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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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239 Roxana Recio<br />

Tornado 299 <strong>de</strong>spués Çésar a Roma, triumphó quatro días trayendo sobre sus carros<br />

triumphales <strong>los</strong> simulacros y las ymágines <strong>de</strong> las batallas vencidas. Don<strong>de</strong> primeramente<br />

triumphó <strong>de</strong> Francia, trayendo por insignia el Reno 300 y el Rhódano, y el mar Oçeano. Después<br />

triumphó <strong>de</strong> <strong>los</strong> egiptios, trayendo el lauro egiptiaco, el Nilo y Anxiona reyna, y Achiles muerto<br />

y Potinio, así como escrive Floro y Apiano. Triumphó en el lugar tercero <strong>de</strong> Pharnaces, don<strong>de</strong><br />

traxo figurado a él que yva huyendo y encima levava escripto: “Veni, vidi, vici”.<br />

Verda<strong>de</strong>ramente 301 fue el triumpho affricano, don<strong>de</strong> traxo a Petreo faltado por hambre, Scipión<br />

que caía en mar, y el gran Catón que <strong>de</strong>spedaçava sus proprios intestinos; en el qual triumpho se<br />

comprehendía ser dos vezes España por él sojuzgada.<br />

Después aviéndose hecho perpetuo dictador y sometiendo a sí en parte la libertad <strong>de</strong> la<br />

romana república, fue en presencia <strong>de</strong>l senado muerto en Roma por Bruto y Cassio muy<br />

cruelmente <strong>de</strong> XXIII heridas <strong>de</strong> puñales. Y sintiéndose ya sin remedio ni sperança <strong>de</strong> vida, aun<br />

allí quiso guardar la <strong>de</strong>vida vergüença, que luego puso las manos a adobar el [fol. lxxxiii v]<br />

manto que tenía para caer en la tierra cubierto sin ser sus carnes <strong>de</strong>scubiertas. Bien se <strong>de</strong>muestra<br />

su ingenio singular y su excellente doctrina, allen<strong>de</strong> <strong>de</strong> las armas, en sus letras, pues, siendo<br />

ocupado en guerras crueles y en hechos pesados, no perdía <strong>de</strong> screvir en <strong>los</strong> Comentarios suyos<br />

como en el<strong>los</strong> claro se paresce. Quánta fue la sciencia y la altitud <strong>de</strong> ingenio <strong>de</strong> César bien se<br />

pue<strong>de</strong> comprehen<strong>de</strong>r en lo que dize Quintiliano in X De institutione oratoria. Así que diremos<br />

que justamente nuestro poeta puso a Julio César en la fama prece<strong>de</strong>r a todos <strong>los</strong> otros.<br />

Publio Cornelio Scipión llamose también Affricano, porque hizo a Carthago subjeta a <strong>los</strong><br />

romanos siendo cabeça principal <strong>de</strong> todo el reyno <strong>de</strong> Áffrica. Fue hijo <strong>de</strong> Publio Scipión, aunque<br />

en aquel<strong>los</strong> tiempos fue fama y opinión que fuese hijo <strong>de</strong> Júpiter por muchas señales que en<br />

aquel tiempo se veían, porque la noche que fue <strong>con</strong>cebido hallaron una muy gran serpiente <strong>con</strong><br />

su madre en la cama, y siendo niño fue hallado <strong>con</strong> él un dragón muy spantable, y ninguna cosa<br />

le empeció. Y <strong>de</strong>más <strong>de</strong> esto, yendo <strong>de</strong> noche al Capitolio nunca se halló ladrarle perro ninguno<br />

<strong>de</strong> <strong>los</strong> que por guarda <strong>de</strong>l Capitolio estavan puestos. Por las quales señales juzgavan todos que<br />

Júpiter tenía cuydado <strong>de</strong> él como <strong>de</strong> proprio hijo.<br />

Siendo Haníbal carthaginés passado <strong>los</strong> montes y entrado 302 en Italia, y llegado a<br />

Lombardía cerca <strong>de</strong> la çibdad <strong>de</strong> Pavía, <strong>los</strong> romanos embiaron a Publio Scipión, padre <strong>de</strong> Scipión<br />

Affricano, <strong>con</strong>tra él en <strong>de</strong>fensión y reparo <strong>de</strong>l romano imperio, el qual levó <strong>con</strong>sigo al hijo<br />

Africano. Combatiendo en dos exércitos y siendo Publio Scipión vencido en la batalla y herido,<br />

su hijo le <strong>de</strong>fendió <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>con</strong>trarios, y <strong>de</strong> medio <strong>de</strong> el<strong>los</strong> le sacó salvo y le levó a su campo y<br />

real, don<strong>de</strong>, como scrive Livio, hizo <strong>de</strong> sí el Affricano muy cierta profecía <strong>de</strong> salvar la patria<br />

romana, pues así salvó la vida <strong>de</strong> su carnal padre.<br />

Sucediendo <strong>de</strong>spués las otras rotas dadas <strong>de</strong> Hanibal al pópulo romano, como fue la <strong>de</strong><br />

Sempronio a Tribi, y la <strong>de</strong> Flaminio al lago Trasimeno, y la memorable rota <strong>de</strong> Canas, quisieron<br />

<strong>los</strong> romanos huyrse <strong>de</strong> Roma, y no sólo <strong>de</strong>samparar la patria, mas toda la Ytalia por el<br />

grandíssimo temor que <strong>de</strong> Haníbal tenían. Consultando un día esto en casa <strong>de</strong> Quinto Metello<br />

para <strong>de</strong>samparallo todo huyendo, dixo Scipión el mancebo no ser aquella cosa <strong>de</strong> caer en<br />

<strong>con</strong>sulta, y levantándose dixo estas palabras: “Yo juro <strong>de</strong> nunca <strong>de</strong>samparar mi tierra, ni<br />

<strong>con</strong>sentiré que alguno que çibdadano sea la <strong>de</strong>sampare. Por eso quienquiera <strong>de</strong> <strong>los</strong> presentes que<br />

no lo jurare sepa que le meteré ésta spada por el cuerpo”. Estando en esta aflictión la romana<br />

299 Tornado: B “Tornando”.<br />

300 Reno: El río Rin.<br />

301 Verda<strong>de</strong>ramente: Error por “finalmente”. C “Der-rerament”.<br />

302 entrado: B “entrando”.<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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