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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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213 Roxana Recio<br />

incantatoribus asseritur quod si spiritus, quos ange<strong>los</strong> aut <strong>de</strong>mones vocant, et anime exute a<br />

corporibus suis moventur <strong>de</strong> loco ad locum, cuius veritas est et nos experti sumus in magicis”.<br />

Dize: “Verdad es, y yo lo he sperimentado, que <strong>los</strong> ángeles y <strong>de</strong>monios y ánimas <strong>de</strong>funtas se<br />

mueven <strong>de</strong> un lugar a otro, como parece por <strong>los</strong> encantadores”. Y últimamente <strong>los</strong> exemp<strong>los</strong> <strong>de</strong><br />

gentiles cerca <strong>de</strong> la observancia <strong>de</strong> las leys, cerca <strong>de</strong> la erectión <strong>de</strong> las statuas, cerca <strong>de</strong> las<br />

funerales sumptuosida<strong>de</strong>s y cerca la piedad <strong>de</strong> <strong>los</strong> dioses no testifican otra cosa sino la sperada y<br />

certificada natura <strong>de</strong> las ánimas humanas. Pues <strong>con</strong>cluyamos juntamente <strong>con</strong> nuestro poeta que<br />

madona Laura bive, y que <strong>los</strong> hombres que biven en el mundo son muertos hasta que mueren,<br />

según la sentencia <strong>de</strong> Cicerón in De somno Scipionis, el qual dize: “Immo vero vivunt qui e<br />

corporum vinculis tanquam e carcere evolaverunt. Vestra vero quam <strong>de</strong> vita mors est”. Dize:<br />

“En la verdad biven <strong>los</strong> que <strong>de</strong> este cuerpo como <strong>de</strong> cárcel se han librado, porque esta vuestra<br />

vida muerte es”. Y Augustinus IX De civitate Dei al capítulo IIII dize: “Multo credibilius et<br />

probabilius est homines quamdiu vivunt, tandiu miseros esse”. Dize: “Dévese mucho creer que<br />

<strong>los</strong> hombres, en tanto que biven, son miserables”. Don<strong>de</strong> justamente po<strong>de</strong>mos affirmar la muerte<br />

matar una viviente muerte y parir la sempiterna vida.<br />

Prosigue el poeta diziendo que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aver dicho Laura cómo era biva y él estava<br />

muerto, la amonestó que dixese en breves palabras lo que quería, antes que el día que ya estava<br />

cercano se aclarase <strong>con</strong> la venida <strong>de</strong>l sol. Entonces dize Petrarcha que la hizo una pregunta <strong>de</strong><br />

esta manera: “Dime, señora, pues ya sabes qué cosa es morir, si es gran pena la muerte al que<br />

muere quando viene a acabarse ésta nuestra serena que llamamos vida”.<br />

“Mas porque es el tiempo breve<br />

y la voluntad muy luenga,<br />

tu <strong>de</strong>zir en poco enbeve,<br />

[fol. lxxv r] antes que el sol, como <strong>de</strong>ve,<br />

siendo ya vezino venga”.<br />

Yo la dixe: “Fenescida<br />

ésta nuestra muy serena<br />

que por nombre tiene vida,<br />

pues tú sabes su salida,<br />

dime si morir es pena”.<br />

Después <strong>de</strong> la admonestación que madona Laura haze en estos versos a <strong>Petrarca</strong><br />

diziéndole que sea breve, <strong>de</strong>vemos saber para entendimiento <strong>de</strong> la pregunta que <strong>Petrarca</strong> la hizo a<br />

ella que tres generaciones <strong>de</strong> pena se hallan, según la diversidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> vulgares, en la muerte.<br />

La una es corporal, la qual proviene sólo <strong>de</strong> la repunançia que ánima y cuerpo hazen en el<br />

apartarse siendo naturalmente unidos, así como el proprio perfectible y la propria perfectión. De<br />

don<strong>de</strong> para resistir a tal división todas las fuerças <strong>de</strong> la natura se levantan, <strong>de</strong> lo qual nasce en el<br />

cuerpo grandíssimo dolor. La segunda pena es mental, que viene por las cosas que se <strong>de</strong>xan en<br />

el mundo; lo qual es tan gran dolor como apartar el coraçón <strong>de</strong>l cuerpo, y ésta es propria<br />

semejança, según la sentencia <strong>de</strong> Cristo en San Matheo al VI quando dize: “Ubi est thesaurus<br />

tuus, ibi cor tuum erit”. Dize: “Don<strong>de</strong> está tu tesoro está tu coraçón”. La tercera y última pena y<br />

pa<strong>de</strong>scer mental es, viéndose el hombre costreñido sin remedio alguno a ser levado ante el juez<br />

eterno cuya justicia nos castiga, y por cuya gracia solamente <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> nuestro mérito y no <strong>de</strong><br />

operación alguna sin ella, así que por estos respectos es dicha la muerte ser una gravíssima pena.<br />

Cuenta tras esto nuestro excellente poeta la digna respuesta <strong>de</strong> Laura a <strong>Petrarca</strong>, diziendo<br />

que le dixo así: “O, misser <strong>Francisco</strong>, mientra que vas tras la opinión <strong>de</strong>l vulgo y tras sus falsas<br />

sentencias, nunca por cierto podrás ser bienaventurado, porque yo te hago cierto que la muerte es<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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