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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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133 Roxana Recio<br />

simples enamorados que alguna vez tienen fe o palabra <strong>de</strong> amar y ser amados igualmente sin<br />

engaño y, quando <strong>de</strong> este propósito se apartan, son llamados [fol. xlv r] infieles y <strong>de</strong>sleales. ¡O,<br />

ignorante y ciego entendimiento, que llaman traición y rompimiento <strong>de</strong> fe a lo <strong>de</strong> <strong>los</strong> amores y no<br />

se hazen caso <strong>de</strong> <strong>los</strong> matrimonios, <strong>de</strong>xando muchas vezes <strong>de</strong> amar las fieles esposas por adorar<br />

las in<strong>con</strong>stantes amigas! ¡O, quánto 160 diremos que por <strong>con</strong>trario es aquél fiel y bien segurado<br />

engaño quando, re<strong>con</strong>osciéndose a sí mismos 161 las mugeres y <strong>los</strong> hombres, rompen y quebrantan<br />

la fe prometida al <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado apetito! ¡O, quánto sería fiel aquella muger que, aviendo<br />

prometido la fe al enamorado, se la quebrasse o le pusiese en manos <strong>de</strong> quien bien le castigasse<br />

porque a él fuese castigo y a otros escarmiento! Y haziendo el marido otro tanto guardando la fe<br />

a su propria muger y no guardándola a la amiga, no se avía <strong>de</strong> llamar quebrantador mas<br />

guardador <strong>de</strong> fe.<br />

“La voluntad diligente etcétera”: Fue opinión <strong>de</strong> <strong>los</strong> antiguos, así como se <strong>de</strong>muestra en<br />

las Tragedias y por Leonardo <strong>de</strong> Aretio, 162 hombre doctíssimo, en la Epístola a Marisio Sículo 163<br />

que amor era un furor divino dividido <strong>de</strong> Cupido en las mentes <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres, por lo qual <strong>los</strong><br />

enamorados eran atormentados <strong>de</strong> tan perversas obras; por don<strong>de</strong> hablando el poeta según esta<br />

opinión, dize que viene este furor a ser solicitador <strong>de</strong> las mentes o volunta<strong>de</strong>s amorosas, en las<br />

quales la razón duerme <strong>de</strong>l todo. Más si hablamos según la sentencia <strong>de</strong> Tulio en aquella<br />

Paradoxa: “Omnes stultos insanire”; la qual creemos ser más sufficiente sentencia.<br />

Dize tanbién nuestro poeta que aquél<strong>los</strong> que por ignorancia y in<strong>con</strong>tinencia se <strong>de</strong>xan<br />

vencer <strong>de</strong>l apetito sensitivo es necesario que la voluntad por mucha diligencia y solicitud se torne<br />

furiosa; por don<strong>de</strong> la razón se duerme y está perezosa, y el hombre metido en la cárcel <strong>de</strong> mala<br />

subjeción, a la qual se vino a meter por muy anchos caminos <strong>de</strong> <strong>de</strong>leytes carnales y <strong>de</strong> plazeres<br />

mundanos. Y queriendo salir <strong>de</strong> la tal cárcel halla <strong>de</strong>spués muy angosto el camino y cerrado, en<br />

tanta manera que quasi es imposible salir <strong>de</strong> él a la libertad, según la sentencia <strong>de</strong> Augustino in<br />

libro Confessionum que dize: “Ex voluntate enim perversa fit libido, et dum libidini servitur fit<br />

<strong>con</strong>suetudo, et dum vero <strong>con</strong>suetudini non resistitur fit necessitas, quibus tan quasi a nullis<br />

sibimet innexis quos catenam appellant tenebant me dura servitus”. Dize: “De la perversa<br />

voluntad y mala inclinación vienen <strong>los</strong> libidinosos <strong>de</strong>seos, y <strong>de</strong> <strong>con</strong>sentir el hombre en el<strong>los</strong><br />

viene la costumbre, y <strong>de</strong> la costumbre no resistida nasce la necesidad, y el que en estos laços<br />

cabe bive en cruel servidumbre y subjeción”. Asimismo prueva Cicerón en la sobredicha<br />

Paradoxa aquél ser siervo que es embuelto en <strong>los</strong> <strong>de</strong>leytes y siempre sigue el sensitivo apetito, la<br />

qual sentencia testifica la inefable verdad <strong>de</strong> Cristo en Sant Juan al viii capítulo quando hablando<br />

a <strong>los</strong> judíos <strong>de</strong>zía <strong>de</strong> esta manera: “Todo aquél que haze pecado es siervo <strong>de</strong>l pecado”. Y quien<br />

es siervo <strong>de</strong>l pecado está en po<strong>de</strong>r ageno, y quien en po<strong>de</strong>r ageno no tiene libertad para tornar al<br />

estado libre, así como lo <strong>de</strong>muestra Aristótiles en el tercero <strong>de</strong> la Éthica. Así que por esta razón<br />

dize muy bien el nuestro poeta que la cárcel <strong>de</strong>l Amor tiene la entrada muy ancha y la salida muy<br />

estrecha.<br />

Aña<strong>de</strong> nuestro poeta quál sea la vida <strong>de</strong> <strong>los</strong> enamorados <strong>de</strong>spués que son atraídos y<br />

<strong>con</strong>duzidos a la presión amorosa, diziendo que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella no avía otra cosa sino una<br />

<strong>con</strong>fusión mezclada y escurescida <strong>de</strong> penas ciertas y <strong>de</strong> dudosos plazeres. Y allen<strong>de</strong> <strong>de</strong> esto dize<br />

por comparación que nunca hizieron ruydo tan furioso estas cinco islas que aquí pone como<br />

160 quánto: B “quando”.<br />

161 mismos: RB “mismas”.<br />

162 Leonardo <strong>de</strong> Aretio: Leonardo Bruni.<br />

163 Marisio Sículo: Lucio Marineo Sículo, humanista italiano.<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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