Central Municipal 105 junio 24
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HACIENDA
P Ú B L I C A
JOSÉ ORTEGA RÍOS*
@jortega65
Finanzas públicas sostenibles,
reto para el nuevo gobierno federal
Las finanzas públicas sostenibles implican que en
el proceso de toma de decisiones de inversión pública
se tengan en cuenta los factores medioambientales, sociales
y de buen gobierno; a estos criterios se les conocen
como criterios ASG.
Se denomina indicador social de desarrollo sostenible
a un indicador social que mide el nivel de daño al medio
ambiente y a los recursos naturales, que son los aspectos a
medir o sustentabilidad del ecosistema (organización social,
población, medio ambiente y tecnología).
El índice de finanzas públicas sostenibles surge de la necesidad
imperante de que los flujos financieros públicos y
privados, nacionales e internacionales, sean compatibles con
una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima
y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
Las finanzas sostenibles apoyan proyectos que mejoran
la calidad de vida, la salud, la educación, la equidad de género
y los derechos humanos; sin embargo, resaltan aquellas
metas que son las más básicas, pero también las más necesarias:
luchar contra el cambio climático; preservar el agua,
un bien escaso; implantar una economía circular; proteger
la biodiversidad; y concienciar sobre el cuidado del agua.
Preocupa sobremanera proteger, conservar y asegurar el
agua; sí, el agua es vida, y una de las claves para que el planeta
siga funcionando es asegurar su existencia y garantizar
el acceso a ella. Su demanda es alta y está previsto que cada
año lo sea más y más, estimándose aumentos para 2030 de
hasta un 50% en el consumo doméstico, un 45% en el sector
agrario y en un 87% en el industrial.
Con una gestión adecuada se puede conseguir el máximo
aprovechamiento de los recursos hídricos, con el correspondiente
impacto positivo en el medio ambiente y en el acceso
presente y futuro de la población al agua, pero para ello hay
que tomar cartas en el asunto.
Ante realidades como que en 2024 las reservas hidráulicas
de México alcanzaron los niveles más bajos de los últimos
años; de los 210 embalses existentes en el país, acumulan
un almacenamiento actual de 48,421.5 hectómetros cúbicos
(hm³), al 16 de abril del 2024, y representa 40.6% respecto
a los 119,323.9 hectómetros cúbicos de su Nivel de Aguas
Máximas Ordinarias (Namo) de almacenamiento, encontrándose
nuestro país ante un elevado estrés hídrico, donde
la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible.
Tal situación está estrechamente relacionada con el aumento
de las sequías debido al cambio climático. México
es un país vulnerable a sequías, con 52% de su territorio
ubicado en clima árido o semiárido, y aunque las sequías
son fenómenos recurrentes, durante la última década estas
han ido en aumento en frecuencia, intensidad y duración.
En este contexto, a pesar de que la disponibilidad suficiente
y de calidad del agua es un asunto de gestión, resulta
esencial contar con un presupuesto adecuado que permita
abordar las necesidades relacionadas con el agua para el desarrollo
social y económico, a la vez que se tome en cuenta
la variabilidad climática.
Debemos trabajar en reducir el equivalente al 20% del
consumo de agua por habitante mediante principalmente su
reutilización en agricultura e industria, parques y jardines
urbanos, pero también por medio de redes más eficientes
que reduzcan el porcentaje de agua no registrada (perdida
en la red o de consumos no registrados), en México alrededor
de un 15% del agua potable no se registra en los sistemas
urbanos de agua antes de llegar al consumidor.
*Tesorero Municipal de Atizapán de Zaragoza
JUNIO 2024 centralmunicipal.mx 23