Revista Asociación de Cofradias de Tudela 2024

con muchas velas, flores y adornos. Este acto además de religioso, tenía mucho de social, puesto que toda
Tudela salía a la calle, con los consiguientes saludos y charlas a las puertas de las Iglesias, que por ser
un día especial no cerraban hasta muy tarde. Incluso el Ayuntamiento salía en corporación para hacer
la visita a los diferentes monumentos, vestidos lógicamente para tal ocasión. Entre los años 40 y 60 del
siglo pasado se puso de moda, que las mujeres
fueran ataviadas con peineta y mantilla
española negra, vestido y guantes del mismo
color y un rosario y un devocionario en las
manos.
Foto publicada en la Voz de la Ribera, año 1957, mujeres recorriendo los
monumentos con mantilla
Tudela • Semana Santa 2024
Otra tradición que se realizaba hace
bastantes años a las dos de la tarde, el Viernes
Santo, era la predicación del sermón de la
Soledad de la Virgen, un lamento materno
que representaba la tristeza de la madre de
Jesús al verlo clavado y no tener medios para
bajarlo y darle sepultura. Posteriormente
los tudelanos acudían al convento de los
Franciscanos donde se representaba, en una ceremonia, el Descendimiento. En el Presbiterio era colocada
la Cruz con un Cristo articulado clavado. A su lado la estatua de la Virgen con el rostro tapado con un
negro velo. Un padre Franciscano, tras las oraciones pedía voluntarios para bajar de la Cruz a Jesucristo.
Entonces cuatro tudelanos vestidos con túnicas blancas, cogían unas escaleras y equipados con martillos,
tenazas y lienzos subían a la Santa Cruz. Conforme el padre iba indicando, iban arrancando el letrero
con la inscripción INRI, la corona de espinas, los clavos de pies y manos y por ultimo descendían al
Señor. Una mujer representando a María, iba recogiendo llorosa y apenada todas las piezas y finalmente
sujetaba el Cristo descendido. Tras esto y envuelto en blancos lienzos se le metía en un féretro colocado
bajo palio y comenzaba la procesión del Santo Entierro en la que los asistentes cantaban un Miserere. Por
la tarde se realizaba la procesión.
En fin, como se observa, mucho ha cambiado la Semana Santa tudelana pero más aún ha cambiado la
sociedad. Veo con nostalgia y cierta envidia sana, las narraciones de cómo se implicaban los tudelanos
en los distintos actos, como participaban en
ellos y la devoción que se tenía no hace muchos
años. Hoy en día en que la religión “no está de
moda”, muchos de estos actos se han perdido
y la procesión para muchos es un acto que se
observa pero que no se “vive”, un desfile que se
ve pero que no se “siente”, olvidándonos de que
esa procesión es un acto religioso que narra la
Pasión de Jesús. En la actualidad, muchos pasos
apenas cuentan con cofrades que los saquen
en procesión, porque nos cuesta participar y
preferimos verla (eso sí, lo más cerca posible)
que implicarnos.
Foto del Monumento en la Iglesia Catedral, años 60 (Foto Luis María Marín)
Julian Marín
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