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MujeresCosmicasPDF

En este libro orgánico cuento la historia desgarrada, o sea, con estilo tipo diarreico, la historia de varias dizque amigas que conocí en mis frescos veintes. Mi precepción sobre sus perfecciones me hace crear un personaje que lo juzga todo, se llama Lucy, es una serpiente bien linda que no tiene reparo en emplear todo, el poder femenino a su alcance.

En este libro orgánico cuento la historia desgarrada, o sea, con estilo tipo diarreico, la historia de varias dizque amigas que conocí en mis frescos veintes. Mi precepción sobre sus perfecciones me hace crear un personaje que lo juzga todo, se llama Lucy, es una serpiente bien linda que no tiene reparo en emplear todo, el poder femenino a su alcance.

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Hilda Yaneth Sotelo<br />

Después fui mariposa, no quise escribirme, las nauseas<br />

merodeaban al menor intento de la autobiografía aquí. Huía,<br />

huía escribiendo las historias de otras, responsabilizaba a<br />

Lucy que pesada sombra me atrapa a su antojo mucho antes<br />

de verla entrar por la puerta de mi apartamento en la calle<br />

George Dieter.<br />

Una noche después de conocer a la serpiente erguida que<br />

escupe aceite verde por el hocico, varias noches después, lo<br />

irremediable. El encuentro de antaño, el encuentro que eriza<br />

mi piel, el llamado mala onda, sacude. El Rosario se rompe,<br />

revienta en los rayos del Nagual, la uñas están separadas de<br />

los dedos. Busco la serpiente, la busco en el mismo cuarto,<br />

los cuartos horizontales, amarillos, pre operatorios;<br />

finalmente la encuentro, está a los pies del cristo crucificado.<br />

Le arranco sus cuernos de toro, y libero a El Divino Niño<br />

que a su vez nos libera a las dos.<br />

-No tenemos porque sufrir- Sally susurró repetitivo -Yo te<br />

amo París y el cristo sangrante se ha roto en dos, es de yeso<br />

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Mujeres cósmicas<br />

blanco conquistador-. Rezábamos a nuestra infancia<br />

toqueteada. –No tenemos porque sufrir, no tenemos porque<br />

sufrir, no tenemos porque sufrir, el sufrimiento se ha ido, el<br />

sufrimiento se ha marchado, no tenemos porque sufrir,<br />

amemos-.<br />

Pude ver la lluvia colorida en sus palabras, los juegos, los<br />

vestidos, el globo que flotaba en los aires suaves de sus<br />

realidades. Puede ver la frágil fragancia acariciando los<br />

azulados planos hacia donde va. Amé la vida, amé el<br />

instante. Toda ella, separada de la mitad hombre, mitad<br />

animal, yo la vi. Vi reencuentros casuales revoloteando la<br />

distancia. Despejaba de piedras la flagrancia.<br />

-Merecemos ser felices-. Insinuaba.<br />

Con un hombro descubierto, el otro adornado en pétalos,<br />

anticipados los pasos se daban. Aquello fue en instantes,<br />

meneando el pensamiento, robando de mi historia la pureza,<br />

de mi alma la paz y del Rosario los hilos, las Aves, el<br />

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