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Hilda Yaneth Sotelo
inmediato las fauces trazadas por él, este regresó triste,
desolado, acongojado, lujurioso a su oscura y húmeda
mansión. No le quedó otra opción que recordar a las dos
mujeres frente a él. Así coexistiría entre los humanos, entre
sus manifestaciones que cada vez eran más y más débiles.
Lucy se frota los ojos, la arena movediza la había alcanzado.
Los diminutos granos se acrisolaron, reflejan escurridizos
brazos de Neptuno que desaparecía a seguir en otros planos
donde los egos deciden reencarnar una y otra y otra vez en
cuerpos de corta estatura, ojos diminutos, nariz ausente,
manos de dos dedos, brazos de ternera al descubierto y
piernas de elefante. Creaciones dignas del decadente cine
norteamericano.
Arline soltó algunos deseos al mar; asistía a Marisol en el
orgasmoy decidida robó un trozo de la pasión. Sus decretos
era tímidos, inseguros, olvidar, deshacerse de Alberto, llevar
una sana relación, conseguir el sustento económico para sus
hijos, vivir feliz, ser plena. Dijo sentirse aliviada al soltar el
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deseo al mar. De pronto un estridente y poderoso grito fue
esbozado desde lo más profundo de sus entrañas : -¡Quiero
sexo! Abrió la boca hasta el infinito. Una potente oleada
penetraba a Arline con obsceno deseo. Lucy interpretaba
cada segundo vivido por Arline, la ola anunciaba un
encuentro sexual fuera de la moral, fuera de los cuadros
cerrados. Muy alegres, al ver lo que les depararían los
siguientes minutos, departieron a la luz brillante. Sentadas en
la alberca, con extensión al mar y los límites confusos, la
luna iluminaba el azul del cubo. Marisol flotó boca arriba,
sentía la soledad. Las estrellas en su pecho eran sostenidas
por Venus, de un azul casi verde.
Marisol y Arline se dirigen al camino incierto. El hombre
Maya del temazcal esperaba en el crucero para guiar a las
tres mujeres que ya antes se habían encapsulado en el viaje
del tiempo. Arline sugirió salir a buscar la cena. Marisol,
segura y complaciente acompañó. El Maya señaló hacia un
restaurante cruzando la acera en el segundo piso. Arriba las
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