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Hilda Yaneth Sotelo
han bajado, el ataque de los virus es inminente, lo estoy
permitiendo, nada tiene sentido ya. Toso, estornudo, tengo el
cuerpo partido en mil años de dolor, quiten esto, por favor.
Pasados los días decido jugar, tomo el tres, pero la gula
gana. Como sin digerir, mientras, pateo el balón que no sé
hacia donde enviar. El juego más reciente fue cuando éramos
ardillas, yo no permití nada, sólo observé por unos instantes,
el juego parecía diabólico, Arline gritaba enfurecida, Marisol
sonreía de dientes para afuera, las palabras se le hacían nudo
hasta que llegó la víbora a devorarla para convertirla en
bellos delfines, ella dejó la delantera, se fue a otros planos,
seguros, felices. Cuando yo la vi partir quise ir pero no me
atreví, decidí seguir con mi dolor, calentando el balón en la
cancha sin arrojarlo. Ahora regreso con el corazón medio
atribulado, veo a Marisol a la distancia, sigo en la misma
posición jugando de lleno, quiero ver mi futuro, necesito la
lectura del Tarot Zen, ver si a mi vida llega el amor,
mientras, lanzo tremendo pase a Arline.
Mujeres cósmicas
13. Sueño de hace varias noches:
Soñé una boa, gigante y gente, mucha gente la rodeaba. Yo
estaba en el segundo piso de una tarima improvisada,
cargaba el faro que alumbraba a la serpiente; era una especie
de linterna mágica. De pronto dejé la linerna en el piso
mientras la boa me tragaba, saqué la mano derecha y me
lleve la lámpara adentro. Las vértebras nos apretaban con
fuerza y la lineterna gritaba; yo le calmé sus histerias y ella
dijo que la dejara desahogarse, sus voces iban directo a
gritarle a su equipo favorito de fútbol; los jugos gástricos
poco a poco empañaban nuestros brillos. Vi a un perro de
nombre Rokó, lo vi resbalar encima de una alcolchonada
cama, dijo que iba cuesta arriba a arrancar la cabeza de las
serpientes guindas y diseminar las sombras. Yo sabía que
estaba dentro de un sueño e intentaba interpretarlo –Arline,
debe ser Arline, oh no, Marisol, la culpa es de Marisol,
seguro Salvador está en sus brujerías para que no me vaya
bien en la vida, oh Dios mío, siento culpa, debo salir a
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