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Hilda Yaneth Sotelo
vi aquella tarde de la reunión no podía ser verdad, auténtico,
los rostros de mis visiones son amorfos, de mirada roja que
se ocultan tras la no hipocresía, tras decir lo que se percibe
sin reflexión alguna de las formas y las texturas que veo,
creo que lo que veo es la verdad absoluta por eso la aviento
sin medida, sin tacto, transgrediendo y ofendiendo todo a mi
paso. Soy el espejo humeante. No tengo la menor idea del
significado de abstracción, ni delicadeza en el trazo, mi arte
es directo, emocional, salir del cubo de las moralejas es casi
imposible, apenas si pude escaparme de la idea del suicido,
trascender será difícil mientras siga encerrada en el cuadro
de las ideas que triunfan cuando hiero a mis semejantes, solo
hiriendo defiendo mis posturas, esas si que deben estar a
salvo, mi ser no.
9. Creo que jugar en el infierno me ha desgastado y cuando
se trata de gastos, avisan de la prodigalidad traducida en
avaricia. Debo ahorrar hasta el último pensamiento, nadie
merece conocerlo. Hace poco un extraño sentimiento de
Mujeres cósmicas
compartir las bellezas que observaba me acompañaba en las
medianías del bosque, de pronto deseé que mis seres
queridos estuviesen todos ahí, lo peor, es que también quise
a mis amigos presentes. ¡Oh no, que espanto! ¿Qué me
sucede? Todo este conocimiento que acumulo es sólo mío.
Acá en el país donde vivo, la vida es excesivamente costosa,
guardo hasta las cáscaras de limón por si acaso me hacen
falta o por si las puedo usar más tarde. Soy cien por ciento
verde, piso el pasto con extremo cuidado para no hacerlo
amarillo. Odio el fútbol, juego el cuatro que casi les tiendo a
estas niñas cósmicas. La posición es incómoda. Soy baja
hábil escurridiza y veloz. Debo cuidar la posición
adelantada. Que desgaste, me han invitado a este juego en la
distancia, entrar a lo lejos es cansado, pero lo veré cuando
necesite un poco de diversión.
10. Lo escrito por Lucy se ha cumplido. Ahora sin mi novio,
con los sueños, las vírgenes, las palabras, las composiciones
las poesías y las creaciones sigo en el caminar lento. He
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