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Hilda Yaneth Sotelo
permitía ver, se asoman. Reposando en una cama blanca
durante un paseo de verano, soy mi propio testigo, admiro el
cambio interno de la mujer que ahora se permite jugar en los
años mozos, los años que vuelven en cuatro cuartos, siento el
mundo como una niña de diez años.
2. El poder me tiene sin cuidado, la fama la veo lejos. Odio a
las infieles, la moral es importante, el looking, la fiesta, los
labios rojos, los hijos, la familia, la amistad. Elevar la estima
de los demás, recordando mis cualidades, casi cayendo en la
zalamería. La gula, la herejía, la pereza, la avaricia, la
traición y hasta el limbo, los juegan otras. Ya el punto de
obesidad mórbida, me es ajeno. He limpiado hasta el último
gramo de polvo en mi hogar, he expulsado el hechizo de
siglos, fueron las letras. Continúo en el sueño de las tres
ardillas; estábamos Ramona, Marisol y yo, alguien
observaba, nos veía de siglos atrás. Unos segundos eternos,
después, Ramona sonreía, Marisol era tragada por una
serpiente, seguimos siendo ardillas, solas las dos, yo
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asfixiaba el pequeño hocico, a punto del desmayo, ella, Lucy
retiraba un conjuro, una bola de pelos que había sido
incrustada en mis rodillas posteriores. Posterior a ayer supe
que desde la medieval a Paris, hasta hoy, había jugado
pateando las ganas de ser yo, finalmente ser yo sin ataduras
internas, sin ardientes lazos en hogueras de brujas, sin
acomodarme a la ficción propia de una vida de este tiempo.
Ya basta, he vomitado unas bolas de pelos y letras, he
expulsado el mal, ahora, el eterno presente ha llegado. El
estrés adquiere una prioridad: es pintar. Juego el ocho, al
fraude, la blogia dos de los aduladores. Veremos qué pasa.
Seguimos terrícolas ya el payaso se fugó, llegó a manos
sabias adolescentes, le incertan divertidos diálogos que yo
reviso, edito.
3. Sexo de juguete ha pasado. Anillos de compromiso
botados a rabiar, no quiero casarme, entienden. La docencia
es igual a la decencia, las vacaciones son para soltar los
nudos, para despilfarrase. No quiten del camino a la maestra
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