MujeresCosmicasPDF

Hilda Yaneth Sotelo
cuerpo, el sexo, el amor inconfundible, segura del amor. Lo
amé por varios, años quince para ser exacta. Vivíamos a lo
joven, yo en mi casa con mi madre y él a su casa de
divorciado. Resolvía sus asuntos, sus sueños, sus deseos de
ser administrador de recursos humanos en una empresa. Veía
en él al futuro de cada día. Veía sus sueños que yo cargaba
con dulzura y protegía con esmero, a cada deseo le sugería
un plan donde estaba dispuesta a apoyarlo emocional y
económicamente. Así fue, así pasó, el amor también se fugó,
el amor que jamás sintió se trasladó a otra.
Estoy agotada, necesito la portería, sólo observar. 12
La semana de nuestro rompimiento, camino lento, la hérida
en el vientre abierta; el dolor araña las paredes de mi Ser
atrapado en el rompimiento. Él y yo hemos terminado, en
realidad lo roto era aquel cuarto donde había visto luces, y
olfateado jabón. Esas imágenes siempre llegaban a
rescatarme de cualquier intento de ultraje al corazón, esta
vez lloré amargamente. Levanté un poco los ánimos, juntaba
346
Mujeres cósmicas
pieza por pieza la convivencia con Omar. Recorría los
momentos para dar con el acto exacto del error, deseaba con
toda mi alma saber en qué me había equivocado, pero no
logré detectar el desprecio afuera, más tarde me percaté del
secreto que guardaba el alma, el secreto que me ha costado
tanto descubrir.
Unos meses después de terminar la relación, me sometí a una
liposucción que casi me cuesta la vida. Veía mi cuerpo lleno
de defectos que ahora sé, sólo son producto de mi
imaginación. Me veía obesa, no fui capaz de maltratarme
mentalmente, pero de alguna forma los traumas se vengaban.
No sé cómo lograba enfermar mi cuerpo de uno, de varios
achaques. Apenas si sobreviví de la operación, me arrepiento
muchísimo de haber sometido a mi cuerpo al dolor claro, mi
madre lo dijo claro:- Dios mío ahí te la encargo, esto no es
algo que tu hayas mandado para ella, ella mismísima entro
aquí, así es que yo no tengo porque sufrir por una
experiencia que ella busca y encuentra, la vanidad, el escaso
347