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Hilda Yaneth Sotelo
Mujeres cósmicas
yo no soy Lucy la salvadora de todos. Lucy ¿dónde estás?.
Hilvanadora regresa, sé que estás bajo el manzano que ya
casi da frutos; iré por ti el siguiente sueño, el siguiente año.
10 HADA AFÍN
Mientras escucho Deja vu de Gustavo Cerati, los recuerdos
del sol solecito de Anapra llegan uno a uno. Muerdo el polvo
color rojo sumergido de inmediato al estómago ya herido de
ver las cosas como son. Nadie, o al menos eso asumí, nadie
tenía la capacidad de ser tan práctica en las cuestiones del
amor, de la vida, y del trabajo. Tal vez esta letra haya
recorrido el tiempo por ahí, al igual que el tren que pasa tras
la mujer que baila. Esa mujer contenta solía ser yo. Danzaba
en la musicalidad del futuro, de la certeza, y del deber ser.
Preparaba al intelecto con razón pura, en datos que ahora el
viento y el verde bosque esfuman en el frío y en la oscuridad
de las lejanías del sol, del Cristo Rey de la montaña. De
aquel Cristo, la consciencia que a veces me estorba. Sin bien
he merecido salirme del viacrucis también he trazado otra
vía, en la terquedad de la psique. He dicho que un cambio se
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