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MujeresCosmicasPDF

En este libro orgánico cuento la historia desgarrada, o sea, con estilo tipo diarreico, la historia de varias dizque amigas que conocí en mis frescos veintes. Mi precepción sobre sus perfecciones me hace crear un personaje que lo juzga todo, se llama Lucy, es una serpiente bien linda que no tiene reparo en emplear todo, el poder femenino a su alcance.

En este libro orgánico cuento la historia desgarrada, o sea, con estilo tipo diarreico, la historia de varias dizque amigas que conocí en mis frescos veintes. Mi precepción sobre sus perfecciones me hace crear un personaje que lo juzga todo, se llama Lucy, es una serpiente bien linda que no tiene reparo en emplear todo, el poder femenino a su alcance.

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Hilda Yaneth Sotelo<br />

que Lucy le implanta al besarlo.<br />

Frente a mí, el fantasma mencionaba no haber terminado de<br />

escribir la colección de cuentos espectrales. Solía dialogar<br />

con mujeres que al cabo de un rato le liberaban sus más<br />

íntimos secretos, escuchaba con desinteresada atención<br />

captado cada detalle en el interior de las damas,<br />

inmediatamente después, con su gran talento, su experiencia,<br />

su eterno amor por la vida, escribía los secretos en clave a la<br />

Kabbala, por lo general eran amores del pasado, redactaba el<br />

letra exacta, presentaba el tesoro, que al leerse, con<br />

inmediata soltura, cedían los nudos de la felicidad, para<br />

convertirse en lazos flojos, sueltos, expertos en vivir. Ellas<br />

reportaban tomar decisiones que debieron haber tomado<br />

hacía muchos años. Después de leer la magia, eran felices. A<br />

mí el fantasma me tocó de igual forma, pero yo, aparte de<br />

regresar al Ser, regresé al Don, ¿acaso estaba muerta?. De él<br />

aprendí el oficio. Iniciaba el fuego, la llama de Lucy. El<br />

fantasma fue mi maestro. Desatando mis manos, destraba mi<br />

Mujeres cósmicas<br />

pesada vida con Salvador, al detectar mis anhelos más<br />

profundos: -Ese hombrecillo, no te conviene- insistía, en lo<br />

delicado, el silencio, el arte, la buena vida, lo exquisito, la<br />

cuerda musical, el toque suave, lento al sostener mi cuello<br />

con su mano derecha, acercando su boca al beso, el fantasma<br />

susurraba: -has liberado a esas mujeres, las has liberado-.<br />

Llegando al espacio abandonado, frío por la ausencia de los<br />

dos; la ventana blanca impecable, ordenada, traía el recuerdo<br />

de su mano derecha acomodando la parte superior de la<br />

cortina. Con la misma mano, tallaba la tela de mi blusa, -tú<br />

no usas este tipo de tela, me gustó verte caminando por ese<br />

pasillo azul, buscando la blusa a verme-. Aseguraba. -La<br />

marca es Apt 9 y efectivamente las paredes de la tienda era<br />

azul. -Ahora sí apuntalaste-. Le respondí melosa a punto de<br />

estallar de júbilo al entretener El Aroma entre los besos<br />

libres. La temperatura subió hasta encender mis mejillas.<br />

Arriba en el segundo piso de la cortina recién acomodada,<br />

nos tiramos en la cama helada, la blusa, las camisas volando<br />

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