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MujeresCosmicasPDF

En este libro orgánico cuento la historia desgarrada, o sea, con estilo tipo diarreico, la historia de varias dizque amigas que conocí en mis frescos veintes. Mi precepción sobre sus perfecciones me hace crear un personaje que lo juzga todo, se llama Lucy, es una serpiente bien linda que no tiene reparo en emplear todo, el poder femenino a su alcance.

En este libro orgánico cuento la historia desgarrada, o sea, con estilo tipo diarreico, la historia de varias dizque amigas que conocí en mis frescos veintes. Mi precepción sobre sus perfecciones me hace crear un personaje que lo juzga todo, se llama Lucy, es una serpiente bien linda que no tiene reparo en emplear todo, el poder femenino a su alcance.

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Hilda Yaneth Sotelo<br />

preservan la sana convivencia y cuando faltaba a alguno de<br />

sus honorables principios se sometía al ayuno, poco a poco<br />

se convirtió en el adulto juez de sí mismo. Ahí se quedó.<br />

Soñaba con militares que lo secuestraban exigiendo como<br />

único rescate cumplir sus compromisos académicos y un<br />

favor sexual. Terminaría su tesis doctoral meses después de<br />

este sueño. El sexo lo fundiría en la promesa de estar toda su<br />

vida al lado de Karló a pesar de las adversidades, ellos<br />

adquirirían una bonita casa, fundarían un decorativo hogar<br />

donde nadie, absolutamente nadie tendría cabida, sólo ellos<br />

dos, amantes de su propia historia.<br />

Antes de ello Gastón rompió el ayuno de la manda Cristiana,<br />

cuando Persé tocó la puerta, esa caricia se filtró. Gastón<br />

femeninamente se enamoró, siendo Gastón, uno a uno los<br />

gestos imitaban a la mujer, depositando en él brillos de plata,<br />

para que Karló se congelara ante su presencia. Juntos<br />

escuchaban Alma, corazón y vida. Confundido pensando en<br />

Mujeres cósmicas<br />

conquistar, corazón para querer, y vida para vivirla junto a<br />

Karló. La diosa del infierno carecía de alma y corazón, la<br />

vida se la daban todos aquellos ojos humanos que la leían, se<br />

complacía al revivirse una y otra vez. Tontos humanos cuyo<br />

pensamiento mágico integra el miedo. Persé tramó hasta la<br />

casa de la hilvanadora de letras, la que conjura en la palabra,<br />

hasta ahí llegó a la par de dos cocodrilos y de una pequeña<br />

serpiente, era Lucy adolescente, exploradora, sexosa,<br />

desafiante, rebelde, extraviada buscaba en las camas el nido.<br />

Persé orquestaba a los dos largos oscuros cocodrilos que<br />

entraban a la tarde azul cristalina, la tarde fue una alberca<br />

ovalda donde Marisol y Marco Vinicio departían,<br />

jugueteaban a vivir, a besar, a platicar, esperaban el arribo de<br />

los delfines, que antes habían sido cocodrilos en la taza de<br />

café de Arline, ese suculento café de la sierra de Oaxaca, los<br />

finos granos los leía el hada del bosque, plasmada en las<br />

ventanas de la Cabaña. La bitch en Marisol veía cocodrilos<br />

el<br />

juego imitaba las letras, deseaba tener alma para<br />

en la lectura de la taza del café.<br />

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