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Hilda Yaneth Sotelo
que gane mi equipo favorito en el 2018. México, mi don.
Eso si es interesante. Logré que Arline aborrezca a Lucy, la
lleno de miedo para que me obedezca ciegamente. ¡Jajajaja!
qué risa, cuanto misterio. He muerto anciana miles de veces,
estoy de regreso vieja por siempre, tal vez esa ha sido mi
maldición por no querer despertar a una luz en un cosmos
compartido. Amo mis sombras, jejejejeje.
Mi abuela falleció a los ciento siete años, falleció de causa
naturales. Una vez me contó de su bisabuela Rarámuri quien
le había abandonado en la fría montaña durante una noche,
dijo que escuchaba la tierna voz de la mujer hilvanadora, mi
abuela mencionó que no se olvidó porque la voz parecía
impregnada en los troncos de los árboles, era un cuento para
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instaba que me describiera ese demonio tan esculpido en su
psique. Ahora no lo menciono porque corro el riesgo de
desencapsularlo y entonces si que nada me rescatará de ello.
Apuraba a mi abuela la costumbre de contarme lo que
escuchó. Ahora yo también quiero escuchar la vocecita de la
hilvanadora, muy pronto lo haré iniciando el octubre.
Primero debo lavar las imágenes oscuras que me provocan
miedo, mucho miedo. Es urgente que lo haga, ir a la
iniciación porque mi raza cósmica espera a Ileana con la
alcanzable voz de las estrellas encerradas en los polvos
convertidos en cristales que llevan letras sanadoras, voces
convincentes. Lo hará en varias lunas, varias lunas
estrelladas.
provocarme miedo o consuelo. Mi abuela repetía una y otra
vez lo que la voz de la hilvanadora escribió, me robó mi
psique. Los cuentos del diablo de mirada roja, el demonio
femenino de la edad media encapsulado por siglos habían
invadido mi atribulada estancia. Me contaba. Yo presurosa la
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