MujeresCosmicasPDF

Hilda Yaneth Sotelo
especialmente para aquella iniciación, tendría que estar en la
Sierra de Chihuahua a oscuras, sola completamente sola. La
frase, la sugerencia suena temerosa, uy que miedo tan sólo
imaginarme estar ahí en lo alto en la rokó, esa noche en
Rarámuri. ¿Por qué me roban el alma y las palabras? ¿Por
qué alguien ha escrito lo que voy a decir? Eso no se vale.
Cuando llegué a las cinco con quince, esa mujer esperaba
con el video de los Mayas, sugirió dejarme querer, algo
dentro de mí indicaba todas las respuestas, lo sabía al igual
que el hombre sabio. La diferencia es que a mí no se me
notaba todavía, ella si lo notó.
Insisto veía mi cano cabello, juro que lo veía, pero que
atrevimiento, de verme canas a mis treinta y pico de años.
Alguien lo dijo, mi cabezota blanca estaba analizando los
detalles de aquel domingo de sushi con nieve. Mi pequeña
hija ocupaba su mano en el celular, su cerebro estaba quieto,
su cuerpo también. La mujer estornudó se sintió rara porque
Mujeres cósmicas
la gripa no había avisado que llegaría. Muy pronto nos
inquirió, nos preguntó si alguna de las dos se sentía mal o
algo así, al unísono mi hija y yo contestamos que no. La
mujer nos sugirió no temer, aseguró que las alergias se
transmutan en mariposas en el estómago, mariposas que muy
pronto sentiríamos. Mis dientes se toparon, la mandíbula se
cerró fuerte, tragaba palabras, tantas palabras que debí haber
dicho, debí soltarlas para sanar a mi raza, el chamán lo dijo,
ahora mis dientes lo recuerdan. Las palabras se atoraron en
convocar los defectos que saltan a la vista, los defectos de
los demás. Lucy veía con aprobación, la escolté, le señalé el
camino, le ofrecí visitar aquel hombre, el chamán, ella
aceptó encantada. Después el chamán me diría que no la
quiere volver a ver porque Lucy es la bruja mayor, sería Kali
y él no estaba dispuesto a arrancarse la cabeza todavía, ser
chamán de la ciudad era un buen negocio. Me advirtió
alejarme de Lucy, ahora comprendo por qué, es que con
Lucy el habla era claro, la noche adquiría encanto entre la
204
205