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26 SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>17</strong> DE DICIEMBRE DE <strong>2023</strong><br />
Lecturas de domingo<br />
‘Wonka’ es una especie de arma de doble filo porque es desalentador seguir los pasos de un gran narrador como Roald Dahl, que escribió estos personajes extraordinarios y perdurables.<br />
Timothée Chalamet sobrevive a Johnny<br />
Depp y a la corrección política en ‘Wonka’<br />
El joven actor protagoniza ‘Wonka’, una nueva película sobre el origen del popular<br />
chocolatero<br />
CINE<br />
LUCÍA CABANELAS<br />
Madrid, España<br />
Tomado de ABC<br />
Parece que ha pasado<br />
una eternid<br />
a d d e s d e q u e<br />
Timothée Chalamet<br />
despidió a<br />
Matthew McConaughey en ‘Interestellar’,<br />
pero en realidad<br />
no ha sido tanto. En una década,<br />
el actor ha crecido a lo alto<br />
y en prestigio y, aunque sigue<br />
siendo igual de imberbe,<br />
ya poco queda de aquel desconocido<br />
que casi debutaba a las<br />
órdenes de Christopher Nolan<br />
en 2014. Convertido en una de<br />
las grandes promesas de Hollywood,<br />
con un currículum en<br />
el que ya figuran Woody Allen,<br />
Wes Anderson, Adam McKay<br />
o Greta Gerwig, despide <strong>2023</strong><br />
con el reto mayúsculo de hacer<br />
olvidar a Gene Wilder y Johnny<br />
Depp como la versión adolescente<br />
de Willy Wonka. «Me<br />
intimidaba la idea de interpretar<br />
a Willy Wonka porque es un<br />
personaje muy querido, pero a<br />
las cinco páginas del guion, vi<br />
lo inteligente que era esta versión<br />
sobre la historia de cómo<br />
Willy se convirtió en el Wonka<br />
que conocemos. La historia está<br />
justificada. Es pura imaginación»,<br />
cuenta el actor sobre<br />
la película de los orígenes del<br />
chocolatero, en cines desde<br />
ayer.<br />
Su joven chocolatero canta,<br />
baila y derrocha un sinfín de<br />
muecas que honran la persona-<br />
lidad extravagante del personaje<br />
que legó su famosa fábrica a<br />
Charlie Bucket; también dirige<br />
un red clandestina de venta de<br />
bombones en una ciudad condenada<br />
a probar solamente el<br />
cacao aburrido de un cartel del<br />
chocolate que opera desde el<br />
subsuelo de una catedral custodiada<br />
por un obispo y 500 monjes<br />
adictos al dulce manjar.<br />
Wonka y su grupo de desarrapados<br />
se mueven por las alcantarillas,<br />
montan y desmontan<br />
tenderetes itinerantes y ordeñan<br />
a una jirafa, porque la leche<br />
de vaca es demasiado normal<br />
para elaborar unos bombones<br />
cuyo ingrediente secretos son<br />
lágrimas de un payaso ruso que<br />
ponen a volar a quien los prueba.<br />
Su sueño no es elaborar el<br />
mejor chocolate, sino encontrar<br />
la fórmula perdida de su madre.<br />
«‘Wonka’ es una especie de arma<br />
de doble filo porque es desalentador<br />
seguir los pasos de<br />
un gran narrador como Roald<br />
Dahl, que escribió estos personajes<br />
extraordinarios y perdurables.<br />
Parece fácil, pero nosotros<br />
sabemos cuánto cuesta. Lo<br />
bueno de trabajar en el universo<br />
de otra persona es que te subes<br />
a sus hombros y te permite jugar<br />
con todas sus ideas», explica<br />
el cineasta Paul King, al timón<br />
de esta adaptación inspirada en<br />
la obra del escritor tras su éxito<br />
con el oso ‘Paddington’.<br />
En ‘Wonka’ se mantienen los<br />
decorados dignos de la imaginación<br />
más desbordante, pero<br />
también hay una atmósfera dickensiana<br />
que amenaza con estrangular<br />
el gran optimismo del<br />
que goza un Wonka con bastón<br />
y sombrero pero todavía por<br />
hacer, que comienza a dar sus<br />
primeros pasos en un mundo<br />
ambientado veinticinco años<br />
antes de los acontecimientos<br />
de ‘Charlie y la fábrica de<br />
chocolate’. En ‘Wonka’ se mata<br />
a la gente por sobredosis de<br />
chocolate y se castiga a los soñadores<br />
que no saben leer a<br />
trabajar en la lavandería de<br />
un hostal de mala muerte. El<br />
gozoso entusiasmo de Wonka<br />
tiene trabas a la altura, con<br />
una Olivia Colman metida a<br />
villana. «Como está basada en<br />
el universo de Roald Dahl, el<br />
mundo no es un lugar amable,<br />
cálido y acogedor, pero<br />
Willy Wonka no acepta un<br />
no por respuesta y se propone<br />
cambiar las cosas, que sean<br />
como deberían ser», asegura<br />
Los oompa-loompa, sin embargo,<br />
no son como los imaginó<br />
el autor de ‘Matilda’,<br />
porque la corrección política<br />
actual censura que se relacione<br />
a unos enanos que custodian<br />
el cacao en una isla imaginaria<br />
con África. Con ánimo<br />
caricaturesco, Hugh Grant,<br />
colmo del esnobismo británico,<br />
encarna aquí a uno de<br />
estos seres de baja estatura<br />
adictos al chocolate. Para que<br />
no haya lugar a equívocos, al<br />
oompa-loompa de Grant, que<br />
tiene la canción más pegadiza,<br />
lo discriminan sus homólogos<br />
por ser más diminuto<br />
que el resto, tiene el pelo verde<br />
y la piel naranja.<br />
Quejas de Hugh Grant<br />
Y mucho CGI, motivo de disgusto<br />
para alguien que enamoró<br />
a Julia Roberts de forma<br />
analógica en ‘Notting Hill’.<br />
«Ha sido miserable, horrible»,<br />
dice el actor sobre el proceso<br />
para convertirse en un personaje<br />
que terminará siendo ayudante<br />
de Wonka, pero que aquí<br />
lo persigue por haberle robado<br />
cacao. «Llevas una especie de<br />
corona de espinas, es muy incómodo.<br />
Hice un gran alboroto al<br />
respecto. Es un proceso incomprensible,<br />
te ponen una especie<br />
de casco de bicicleta, tienes correas<br />
alrededor. Hay 16 cámaras<br />
diferentes en tu cara. Yo no<br />
sabía dónde estaba, lo que estaba<br />
pasando. Lo hice lo mejor<br />
que pude. Y dos meses después<br />
me dijeron: ‘¿Puedes venir y<br />
hacerlo de nuevo?’. Y dos meses<br />
más tarde, otra vez. Y así<br />
durante dos años. No podría<br />
haberlo odiado más», se queja<br />
el intérprete. «Es muy divertido<br />
hacer el tonto. Me gusta todo<br />
eso. Cantar y bailar. Bueno,<br />
debe ser divertido pero mucho<br />
de eso lo hace el animador. Todavía<br />
no sé dónde termino yo y<br />
dónde empieza el animador»,<br />
bromea Grant.<br />
Lo que cala, al final, no es el<br />
ilusorio mamotreto por el que<br />
el Wonka de Chalamet salta y<br />
trepa, sino el subtexto de una<br />
historia en la que sobre todo se<br />
sueña, porque toda gran idea<br />
empezó como un sueño. Y como<br />
toda fábula,’Wonka’, por<br />
supuesto, tiene moraleja: «Es<br />
una película sobre la familia<br />
y la impresión duradera que<br />
nuestras familias dejan en<br />
nosotros y el tipo de familias<br />
que formamos por el camino»,<br />
sugiere King. En el mundo<br />
de Willy Wonka, el chocolate<br />
engorda solo a los malos.<br />
pero las ideas, que surgen<br />
siempre con un ‘Ah’, se subrayan,<br />
por si acaso.