Listín Diario 17-12-2023

https://listindiario.com/ https://listindiario.com/

16.12.2023 Views

14 2 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY SÁBADO DOMINGO 1617 DE DE DICIEMBRE DE DE 2023 EL MUNDO INTELIGENCIA/MARY PIPHER Descubrir la luz en el invierno Las mañanas son oscuras, al igual que el final de las tardes, y antes de que terminemos de preparar la cena, se ha ido la luz del día. A medida que nos acercamos a los días más oscuros del año, nos enfrentamos a la oscuridad de las guerras, los gobiernos disfuncionales, las muertes por fentanilo, los tiroteos masivos y los reportes de refugiados que se arrastran por el Tapón del Darién o se tambalean en pequeños botes en el Mediterráneo. Y no podemos evitar la tragedia del cambio climático con sus sequías, inundaciones, incendios y huracanes. De hecho, el mundo está azotado por la desgracia. Nos podemos considerar afortunados si no vivimos en una zona de guerra o en un lugar sin comida ni agua potable, pero leemos las noticias. Vemos los desastres en nuestras pantallas. Llevamos a Ucrania, Israel y Gaza dentro de nosotros. Si somos empáticos y estamos alertas, compartimos el dolor de todas las tragedias del mundo en nuestro cuerpo y en nuestra alma. No podemos ni debemos tratar de bloquear esos sentimientos de dolor. Cuando lo hacemos, no podemos sentir nada, ni siquiera amor y alegría. No podemos negar la Mary Pipher es una psicóloga clínica y la autora de “A Life in Light: Meditations on Impermanence”. Envíe sus comentarios a intelligence@nytimes.com. Al llegar los días más oscuros del año, nos enfrentamos a la oscuridad de la guerra, la disfunción y una crisis de refugiados. realidad, pero podemos controlar qué tanto asimilamos. Estoy en las últimas décadas de la vida, y a veces siento que mi país y nuestra especie también se aproximan al fin de los tiempos. La desesperación que siento por el mundo me arruinaría si no supiera hallar la luz. Pase lo que pase en el mundo y en nuestra vida personal, podemos encontrar luz. En esta época del año, debemos buscarla. Despierto al amanecer y estoy afuera para el atardecer. Prendo velas temprano por la noche y me siento junto al fuego a leer. Y salgo a caminar bajo el cielo azul plateado del invierno de Nebraska. Si hay nieve, brilla, a veces como un manto de diamantes y otras veces reflejando el resplandor naranja y lavanda de una puesta de sol invernal. Podemos observar las aves. Recientemente fueron los dos pájaros carpinteros en mi comedero con la parte inferior amarilla de sus alas parpadeando, el macho con la cabeza tan roja y tan protector y la hembra tan hambrienta. Para otros tipos de luz, podemos recurrir a nuestros amigos y familiares. Nada se siente más parecido a la luz del sol que entrar en una habitación llena de gente que está feliz de verme. Pienso en mi hijo y mi nuera en mi cumpleaños, en Zeke preparando ravioles caseros y en Jamie horneando un pastel de manzana, con su mirada brillante irradiando amor. O en mis amigos, sentados al aire libre alrededor de una fogata con nuestros abrigos y sombreros, recitando poesía y entonando canciones. También tenemos la luz de los niños pequeños. Mis propios nietos están lejos, pero paso tiempo con Kadija, de 9 años. Mi esposo y yo apadrinamos a su familia. Llegaron aquí procedentes de Afganistán hace apenas unos meses, con sólo el padre dominando el inglés. La niña ya puede traerme un libro ilustrado y leer “ballena”, “marsopa” y “calamar” con una voz que me recuerda a las campanas de un trineo. Sé que algún día será cirujana, o tal vez poeta. En nuestros momentos más sombríos, el arte crea un rayo de NASUNA STUART-ULIN PARA THE NEW YORK TIMES luz. Hay luz en un libro de poesía de Joy Harjo, una grabación de Yo-Yo Ma y una colección de paisajes de nieve de Monet. Los rituales de la vida espiritual también pueden iluminar nuestros días. En mi caso, se trata de saludos al sol, oraciones matutinas, meditación y lecturas de Thich Nhat Hanh, el monje budista vietnamita e influyente maestro zen. Por último, siempre nos quedará la luz de la memoria. Cuando recuerdo la cara de mi abuela mientras me leía Belleza negra o me tomaba la mano en la iglesia, puedo tranquilizarme y sentirme feliz. Siento la luz en mi piel cuando recuerdo a mi madre al volante de su auto Oldsmobile, con su maletín negro de médico a su lado. Mientras conducía a casa luego de una consulta a domicilio, me contaba historias de su vida en un rancho durante la Gran Depresión y el Dust Bowl, las tormentas de polvo de los 30. En lo profundo de nuestro interior yacen los recuerdos de todas las personas que alguna vez hemos amado. Un maestro favorito, un primer novio, un mejor amigo de la preparatoria o una tía o un tío amable. Y cuando pienso en mi gente, me inunda una luz que me recuerda que ha habido personas tan excelentes en mi vida y que aún están conmigo y vuelven para ayudarme en momentos difíciles. A diario me recuerdo a mí misma que, por todo el mundo, la mayoría de la gente quiere la paz. Quieren un lugar seguro para sus familias, quieren ser buenos y hacer el bien. El mundo está lleno de ayudantes. No importa cuán oscuros sean los días, podemos hallar luz en nuestros propios corazones y podemos ser la luz de los demás. Podemos hacerles saber que estamos presentes para ellos, que trataremos de comprenderlos. No podemos frenar toda la destrucción, pero podemos prender velas unos por otros. Comuna despierta de su sueño utópico Por VALERIYA SAFRONOVA COPENHAGUE — Un sábado reciente, la Ciudad Libre de Christiania, una comuna semiautónoma de 30 hectáreas en el corazón de Copenhague, rebosaba de vida. Un hombre se abría paso entre la multitud en su bicicleta, vendiendo rollos de sushi; locales de mercados callejeros estaban repletos de ropa colorida, tapetes y pipas de agua; y hombres vendían ilegalmente cannabis en puestos de madera que bordeaban una zona conocida como Pusher Street. “Esto es el paraíso”, le dijo una turista a su amiga. Sin embargo, tensiones acechaban bajo la alegre superficie. Fundada en 1971 por posesionarios en una base militar abandonada, Christiania fue concebida como una utopía anarquista posterior a los años 60, donde la gente podía vivir fuera de la economía de mercado de Dinamarca, con la libertad de construir sus casas y vivir como quisieran. El gobierno de Dinamarca iba a tratar de controlar Christiania ALAN MATTINGLY Editor The New York Times International Weekly 620 Eighth Avenue, New York, NY 10018 o ignorarla mientras sus residentes desobedecían las leyes. Pero ahora, con la intensificación de la violencia pandillera y nuevos intentos del Gobierno por normalizar la comuna, algunos residentes ven cómo se desvanece su sueño de una sociedad alternativa. Pusher Street, antes operada Las pandillas pueden acabar con un experimento social. principalmente por residentes, pero ahora invadida por pandillas, puede ser la primera ficha de dominó en caer. Y en el curso de la próxima década, los alrededor de 900 residentes de Christiania podrían tener que dar cabida a 15 mil metros cuadrados de viviendas públicas nuevas, indica un acuerdo tentativo con el INTERNATIONAL WEEKLY CONSULTAS EDITORIALES: nytweekly@nytimes.com CONSULTAS DE VENTAS Y PUBLICIDAD: nytweeklysales@nytimes.com Estado que le daría a la comunidad la oportunidad de comprar el terreno de 30 hectáreas al gobierno danés. Algunos residentes temen que las nuevas viviendas sean una señal del fin del autogobierno de Christiania. Otros creen que la comunidad debería acoger el plan de vivienda y permitir que el Gobierno cierre Pusher Street. “Este lugar era muy anarquista”, dijo Ole Lykke, de 77 años, quien vive en Christiania desde 1980 y opera el archivo de la comuna. “Podías hacer lo que quisieras siempre y cuando no molestaras a los demás”. Ahora, Lykke ve que se acerca el fin del experimento: “Creo que dentro de cinco, siete u ocho años Christiania ya no será Christiania”. Sentado frente a la cervecería de la que es copropietario, Carl Oskar Strange miraba a los comerciantes de Pusher Street. “Son un cáncer para Christiania”, afirmó. Dos semanas antes, un tiroteo sobre la calle había dejado cuatro heridos y un hombre muerto. Después de eso, los residentes de la comuna, que operan una democracia de consenso donde las decisiones se toman por unanimidad, acordaron que Pusher Street debería ser cerrada y que el Estado debería intervenir. El tiroteo sucedió tras un apuñalamiento y una agresión a inicios de este año, y luego de tiroteos fatales en 2021 y 2022. Ofensivas de BETINA GARCIA PARA THE NEW YORK TIMES Christiania enfrenta una crisis luego de más de 50 años de un gobierno comunitario. Un edificio para programas escolares. la policía comenzaron en 2004 y se han intensificado. Sophie Hæstorp Andersen, la alcaldesa de Copenhague, dijo que la Policía intentó cerrar Pusher Street más de cien veces en 2022. “Pero cuando se marchan, vuelve de inmediato”, declaró. En 2011, tras un fallo de la Suprema Corte que confirmaba que el Estado tenía control sobre Christiania, el Gobierno y los residentes llegaron a un acuerdo bajo el cual los residentes formaron una fundación que compró una cuarta parte de las tierras de Christiania, y empezaron a pagar una renta fija por el resto. Ahora los residentes quieren comprar lo que resta por 67 millones de coronas, o unos US$9.5 millones, pero no pueden hacerlo sin someterse a la construcción de 15 mil metros cuadrados de viviendas públicas en el curso de la próxima década. Mette Kierkgaard, una integrante del Parlamento, dijo que el objetivo del acuerdo es “fomentar el desarrollo positivo” y aumentar la vivienda económica. No obstante, a algunos les preocupa el espacio. (La mayor parte de la tierra está protegida). “Nadie sabe dónde se pueden construir todas estas casas”, aseveró Lykke. Otros, como Strange, creen que las nuevas viviendas podrían ser una oportunidad para reinventar el futuro. “La cervecería tendrá más clientes y los recién llegados traerán familias y niños”, dijo. “Podremos crecer”. THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY APARECE EN CLARÍN, ARGENTINA • DER STANDARD, AUSTRIA • O ESTADÃO, BRASIL • EL TIEMPO, COLOMBIA • THE HAMILTON SPECTATOR, TORONTO STAR Y WATERLOO REGION RECORD, CANADÁ • LA SEGUNDA, CHILE • LA PRENSA Y EL HERALDO, HONDURAS • PRENSA LIBRE, GUATEMALA • ASAHI SHIMBUN, JAPÓN • EL NORTE Y REFORMA, MÉXICO • LISTIN DIARIO, REPÚBLICA DOMINICANA • BANGKOK POST, TAILANDIA

DOMINGO SÁBADO 1617 DE DICIEMBRE DE DE 2023 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY 15 3 Cierre fronterizo afecta el sustento en Arizona Por JACK HEALY y MIRIAM JORDAN LUKEVILLE, Arizona — Igual que mucha gente en el diminuto pueblo de Why, Arizona, la vida de Stephanie Fierro gira en torno al cruce fronterizo cercano. Trabaja en un café a la orilla de la carretera sirviendo enchiladas a turistas estadounidenses que se dirigen a centros turísticos de playa en México. Su marido, un ciudadano mexicano, vive del otro lado. Ese vínculo fue cortado este mes cuando funcionarios fronterizos de Estados Unidos cerraron el puerto de entrada en el poblado cercano de Lukeville para lidiar con los miles de migrantes que han estado acampando en un área de desierto a lo largo del muro fronterizo. Las autoridades dijeron que tuvieron que cerrar el puerto a los cruces legales para poder concentrarse en el aumento de los ilegales. Esto ha creado una emergencia humanitaria en la frontera, donde cientos de migrantes queman cactus para mantenerse calientes por las noches, y un desastre económico para personas en las zonas rurales del sur de Arizona cuyo sustento depende del cruce. “Venimos y vamos todos los días”, comentó Fierro, de 26 años, quien tiene ocho meses de embarazo de su segundo hijo. Si la frontera permanece cerrada, duda que pueda ver a su marido antes de la fecha del parto, aseveró. Sin las alrededor de tres mil personas que a diario cruzan legalmente a Estados Unidos en Lukeville, gasolineras, restaurantes y agencias de seguros de viaje reportaron que sus ventas habían caído un 90 por ciento. Familias que trabajan en Arizona, pero que viven justo al otro lado de la frontera en Sonoyta, México, batallan para llevar a sus hijos a la escuela, trasladarse al trabajo o cuidar de padres a quienes ya no pueden visitar fácilmente. Conducir de Arizona a Sonoyta, por lo normal un trayecto recto de 40 minutos por la autopista 85, ahora requiere un recorrido de seis horas serpenteando por secciones de México controladas por los carteles, dijeron los residentes. Líderes demócratas y republicanos en Arizona han criticado el manejo de la crisis fronteriza por parte de la administración Biden, una coincidencia bipartidista poco común en un estado dividido. La inmigración ilegal ha sido una realidad durante tanto tiempo cerca de Lukeville que los rótulos en el Monumento Nacional Al aumentar los cruces ilegales, se frenan los legales. Organ Pipe Cactus advierten a los excursionistas que estén al tanto de contrabandistas, y los residentes ven camionetas de la Patrulla Fronteriza a diario. Pero muchos dijeron que no habían resentido personalmente los impactos de la crisis migratoria sino hasta ahora. Los residentes de las comunidades cercanas de Ajo y Why dijeron que sentían compasión por los migrantes, pero estaban frustrados porque el aumento de los cruces ilegales había interrumpido sus viajes legales a través de la frontera. El sector fronterizo que corresponde a Tucson, un trecho de 420 kilómetros que incluye a Lukeville, ahora se ha convertido en el tramo más transitado de la frontera sur de 3 mil 220 kilómetros. Agentes allí encontraron a 55 mil 224 migrantes en octubre, el mes del que se tienen datos más recientes, comparado con 22 mil 938 en octubre de 2022. Los migrantes pasan a través de agujeros en el muro fronterizo, luego avanzan durante horas por caminos de tierra hasta llegar a una sección polvorienta del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus. REBECCA NOBLE PARA THE NEW YORK TIMES Allí esperan. La Patrulla Fronteriza detiene primero a mujeres y niños, dejando atrás a hombres adultos que tiemblan bajo mantas de rescate durante horas o días hasta que son detenidos. La administración Biden ha tratado de reducir los cruces ilegales al establecer un proceso ordenado para que los solicitantes de asilo obtengan una cita a través de una aplicación. También ha intentado expulsar a los migrantes, acusar a personas por múltiples ingresos ilegales e imponer normas más estrictas para el asilo. Sin embargo, los migrantes dijeron que no se habían sentido disuadidos por la amenaza de violencia a lo largo del trayecto a Estados Unidos, ni por la deportación una vez que llegaron. A algunos se les había dicho, falsamente, que se les permitiría quedarse permanentemente en Estados Unidos una vez que cruzaran la frontera y se entregaran. Guido Sarango, de 42 años, y su hijo Neyder, de 21, estaban sentados acurrucados contra el muro fronterizo una fría mañana reciente, su segundo día esperando a que los agentes fronterizos los recogieran. Los hombres habían llegado a la frontera procedentes de Ecuador. Tenían hambre, no se habían bañado en días y tuvieron que hacer sus necesidades en público junto con los cientos de los otros hombres. Sin embargo, valió la pena, manifestó Sarango. “Todo lo que pasa aquí es mejor que lo que sucede en mi país”, afirmó. Migrantes esperan para ser procesados por agentes de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. en Lukeville, Arizona. EL MUNDO Se apaga el clásico neón de Hong Kong Por HANNAH BEECH Nunca se trató solamente del neón, esa estructura voladiza llamativa y consumista sobre las calles de Hong Kong anunciando casas de empeño, panaderías de pasteles de luna, saunas y locales de sopa de aleta de tiburón. Porque si bien la represión del Gobierno contra los rótulos de neón se debe a inquietudes ambientales y de seguridad, la campaña evoca la desaparición del propio Hong Kong. Muchos de los turistas y extranjeros residentes se han ido. Los hongkoneses también se han ido. Más de 110 mil residentes permanentes se marcharon el año pasado, y la población de la ciudad de personas con una fortuna de más de US$30 millones se redujo en un 23 por ciento, arrojan datos de encuestas gubernamentales y de riqueza. Su partida, un cuarto de siglo después de que el territorio volviera del dominio británico al chino, ha sido impulsada por el declive económico del territorio y por una aguda disminución de los derechos políticos. Quienes permanecen en Hong Kong están polarizados entre quienes temen que el liderazgo comunista en Pekín esté destruyendo lo que hacía especial al lugar —como una prensa libre y un poder judicial independiente— y quienes creen que la gente aquí siempre ha soportado los caprichos de quienes están a cargo. Desde 2020, una ley de seguridad nacional penaliza actos considerados amenazantes para el Estado. Por ello, estudiantes y exlegisladores están en prisión. El debut directorial de la cineasta hongkonesa Anastasia Tsang, A Light Never Goes Out (Una luz nunca se apaga), trata sobre una familia que lidia con la muerte de un fabricante de rótulos de neón. La película es una elegía a un oficio moribundo que también podría ser un réquiem por algo más grande. Desde 2021, cuando rodó la película, han desaparecido muchos de los rótulos de neón que usó como telón de fondo. Los letreros de neón han ido desapareciendo en Hong Kong. Jive Lau (arriba) es uno de los últimos maestros del neón en la ciudad. Cardin Chan opera Tetra Neon Exchange, un grupo dedicado a conservar rótulos fuera de servicio. Ella calcula que decenas de miles de rótulos, en su mayoría de neón, han sido retirados en la última década, desde que el Departamento de Edificios inició una ofensiva contra estructuras no autorizadas. Algunos negocios reemplazaron Las medidas contra el neón evocan el desvanecimiento. voluntariamente el neón por pantallas LED más baratas. Chan habla con quienes recibieron notificaciones de retiro y documenta la historia visual de su oficio. Las casas de empeño se anuncian con siluetas de murciélagos sujetando monedas porque la palabra para el mamífero alado suena como “fortuna”. Los símbolos alguna vez fueron importantes para clientes FOTOGRAFÍAS POR ANTHONY KWAN PARA THE NEW YORK TIMES que no sabían leer. “El neón es una especie de emblema de la ciudad, una encarnación de las historias de Hong Kong”, dijo Chan. “Pero no es sólo el neón el que está sufriendo una transformación. Es toda la ciudad, ¿no es así?”. El arte del neón —doblar tubos de vidrio llenos de neón y otros gases inertes— llegó a Hong Kong, en parte, procedente de Shanghái. Después de que los comunistas prevalecieran en la China continental en 1949, millones de refugiados huyeron a la colonia. En la década de los 70, las calles vibraban con comercios teñidos de neón. Cuando Jive Lau se interesó en el oficio, sólo unos cuantos maestros del neón estaban activos, comparado con un máximo de unos 400. Para Peter Tse, un rótulo de neón de 6 metros simbolizaba la longevidad de su panadería Tai Tung, que sobrevivió a la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora de 90 años, Tse ha sobrevivido al cartel, que fue desmantelado el año pasado. Le dijeron que era demasiado grande y demasiado viejo. “Duró más de 50 años”, indicó.

DOMINGO SÁBADO 16<strong>17</strong> DE DICIEMBRE DE DE <strong>2023</strong> THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />

15 3<br />

Cierre fronterizo afecta<br />

el sustento en Arizona<br />

Por JACK HEALY<br />

y MIRIAM JORDAN<br />

LUKEVILLE, Arizona — Igual<br />

que mucha gente en el diminuto<br />

pueblo de Why, Arizona, la vida<br />

de Stephanie Fierro gira en torno<br />

al cruce fronterizo cercano.<br />

Trabaja en un café a la orilla de la<br />

carretera sirviendo enchiladas<br />

a turistas estadounidenses que<br />

se dirigen a centros turísticos<br />

de playa en México. Su marido,<br />

un ciudadano mexicano, vive del<br />

otro lado.<br />

Ese vínculo fue cortado este<br />

mes cuando funcionarios fronterizos<br />

de Estados Unidos cerraron<br />

el puerto de entrada en el poblado<br />

cercano de Lukeville para lidiar<br />

con los miles de migrantes que<br />

han estado acampando en un<br />

área de desierto a lo largo del muro<br />

fronterizo.<br />

Las autoridades dijeron que tuvieron<br />

que cerrar el puerto a los<br />

cruces legales para poder concentrarse<br />

en el aumento de los<br />

ilegales.<br />

Esto ha creado una emergencia<br />

humanitaria en la frontera, donde<br />

cientos de migrantes queman<br />

cactus para mantenerse calientes<br />

por las noches, y un desastre<br />

económico para personas en las<br />

zonas rurales del sur de Arizona<br />

cuyo sustento depende del cruce.<br />

“Venimos y vamos todos los<br />

días”, comentó Fierro, de 26 años,<br />

quien tiene ocho meses de embarazo<br />

de su segundo hijo. Si la frontera<br />

permanece cerrada, duda<br />

que pueda ver a su marido antes<br />

de la fecha del parto, aseveró.<br />

Sin las alrededor de tres mil<br />

personas que a diario cruzan legalmente<br />

a Estados Unidos en<br />

Lukeville, gasolineras, restaurantes<br />

y agencias de seguros de<br />

viaje reportaron que sus ventas<br />

habían caído un 90 por ciento.<br />

Familias que trabajan en Arizona,<br />

pero que viven justo al otro<br />

lado de la frontera en Sonoyta,<br />

México, batallan para llevar a<br />

sus hijos a la escuela, trasladarse<br />

al trabajo o cuidar de padres<br />

a quienes ya no pueden visitar<br />

fácilmente. Conducir de Arizona<br />

a Sonoyta, por lo normal un trayecto<br />

recto de 40 minutos por la<br />

autopista 85, ahora requiere un<br />

recorrido de seis horas serpenteando<br />

por secciones de México<br />

controladas por los carteles, dijeron<br />

los residentes.<br />

Líderes demócratas y republicanos<br />

en Arizona han criticado el<br />

manejo de la crisis fronteriza por<br />

parte de la administración Biden,<br />

una coincidencia bipartidista poco<br />

común en un estado dividido.<br />

La inmigración ilegal ha sido<br />

una realidad durante tanto tiempo<br />

cerca de Lukeville que los rótulos<br />

en el Monumento Nacional<br />

Al aumentar los<br />

cruces ilegales, se<br />

frenan los legales.<br />

Organ Pipe Cactus advierten a<br />

los excursionistas que estén al<br />

tanto de contrabandistas, y los<br />

residentes ven camionetas de la<br />

Patrulla Fronteriza a diario. Pero<br />

muchos dijeron que no habían<br />

resentido personalmente los impactos<br />

de la crisis migratoria sino<br />

hasta ahora.<br />

Los residentes de las comunidades<br />

cercanas de Ajo y Why dijeron<br />

que sentían compasión por<br />

los migrantes, pero estaban frustrados<br />

porque el aumento de los<br />

cruces ilegales había interrumpido<br />

sus viajes legales a través de la<br />

frontera.<br />

El sector fronterizo que corresponde<br />

a Tucson, un trecho de 420<br />

kilómetros que incluye a Lukeville,<br />

ahora se ha convertido en el<br />

tramo más transitado de la frontera<br />

sur de 3 mil 220 kilómetros.<br />

Agentes allí encontraron a 55 mil<br />

224 migrantes en octubre,<br />

el mes del que<br />

se tienen datos más<br />

recientes, comparado<br />

con 22 mil 938 en octubre<br />

de 2022.<br />

Los migrantes pasan<br />

a través de agujeros en<br />

el muro fronterizo, luego<br />

avanzan durante horas<br />

por caminos de tierra<br />

hasta llegar a una<br />

sección polvorienta del<br />

Monumento Nacional<br />

Organ Pipe Cactus.<br />

REBECCA NOBLE PARA THE NEW YORK TIMES Allí esperan. La Patrulla<br />

Fronteriza detiene<br />

primero a mujeres y<br />

niños, dejando atrás a<br />

hombres adultos que<br />

tiemblan bajo mantas<br />

de rescate durante horas o días<br />

hasta que son detenidos.<br />

La administración Biden ha<br />

tratado de reducir los cruces ilegales<br />

al establecer un proceso<br />

ordenado para que los solicitantes<br />

de asilo obtengan una cita a<br />

través de una aplicación. También<br />

ha intentado expulsar a los<br />

migrantes, acusar a personas<br />

por múltiples ingresos ilegales e<br />

imponer normas más estrictas<br />

para el asilo.<br />

Sin embargo, los migrantes<br />

dijeron que no se habían sentido<br />

disuadidos por la amenaza de<br />

violencia a lo largo del trayecto a<br />

Estados Unidos, ni por la deportación<br />

una vez que llegaron. A algunos<br />

se les había dicho, falsamente,<br />

que se les permitiría quedarse<br />

permanentemente en Estados<br />

Unidos una vez que cruzaran la<br />

frontera y se entregaran.<br />

Guido Sarango, de 42 años, y su<br />

hijo Neyder, de 21, estaban sentados<br />

acurrucados contra el muro<br />

fronterizo una fría mañana reciente,<br />

su segundo día esperando<br />

a que los agentes fronterizos los<br />

recogieran.<br />

Los hombres habían llegado a<br />

la frontera procedentes de Ecuador.<br />

Tenían hambre, no se habían<br />

bañado en días y tuvieron que<br />

hacer sus necesidades en público<br />

junto con los cientos de los otros<br />

hombres. Sin embargo, valió la<br />

pena, manifestó Sarango.<br />

“Todo lo que pasa aquí es mejor<br />

que lo que sucede en mi país”,<br />

afirmó.<br />

Migrantes esperan para ser procesados<br />

por agentes de la Patrulla Fronteriza de<br />

EE. UU. en Lukeville, Arizona.<br />

EL MUNDO<br />

Se apaga el clásico neón de Hong Kong<br />

Por HANNAH BEECH<br />

Nunca se trató solamente del<br />

neón, esa estructura voladiza llamativa<br />

y consumista sobre las<br />

calles de Hong Kong anunciando<br />

casas de empeño, panaderías de<br />

pasteles de luna, saunas y locales<br />

de sopa de aleta de tiburón.<br />

Porque si bien la represión del<br />

Gobierno contra los rótulos de neón<br />

se debe a inquietudes ambientales<br />

y de seguridad, la campaña evoca<br />

la desaparición del propio Hong<br />

Kong.<br />

Muchos de los turistas y extranjeros<br />

residentes se han ido.<br />

Los hongkoneses también se<br />

han ido. Más de 110 mil residentes<br />

permanentes se marcharon el año<br />

pasado, y la población de la ciudad<br />

de personas con una fortuna de<br />

más de US$30 millones se redujo<br />

en un 23 por ciento, arrojan datos<br />

de encuestas gubernamentales y<br />

de riqueza.<br />

Su partida, un cuarto de siglo<br />

después de que el territorio volviera<br />

del dominio británico al chino,<br />

ha sido impulsada por el declive<br />

económico del territorio y por una<br />

aguda disminución de los derechos<br />

políticos.<br />

Quienes permanecen en Hong<br />

Kong están polarizados entre quienes<br />

temen que el liderazgo comunista<br />

en Pekín esté destruyendo lo<br />

que hacía especial al lugar —como<br />

una prensa libre y un poder judicial<br />

independiente— y quienes creen<br />

que la gente aquí siempre ha soportado<br />

los caprichos de quienes están<br />

a cargo.<br />

Desde 2020, una ley de seguridad<br />

nacional penaliza actos considerados<br />

amenazantes para el Estado.<br />

Por ello, estudiantes y exlegisladores<br />

están en prisión.<br />

El debut directorial de la cineasta<br />

hongkonesa Anastasia Tsang,<br />

A Light Never Goes Out (Una luz<br />

nunca se apaga), trata sobre una<br />

familia que lidia con la muerte de<br />

un fabricante de rótulos de neón.<br />

La película es una elegía a un oficio<br />

moribundo que también podría ser<br />

un réquiem por algo más grande.<br />

Desde 2021, cuando rodó la película,<br />

han desaparecido muchos de<br />

los rótulos de neón que usó como<br />

telón de fondo.<br />

Los letreros de neón han ido desapareciendo en Hong Kong. Jive<br />

Lau (arriba) es uno de los últimos maestros del neón en la ciudad.<br />

Cardin Chan opera Tetra Neon<br />

Exchange, un grupo dedicado a<br />

conservar rótulos fuera de servicio.<br />

Ella calcula que decenas de miles<br />

de rótulos, en su mayoría de neón,<br />

han sido retirados en la última década,<br />

desde que el Departamento<br />

de Edificios inició una ofensiva<br />

contra estructuras no autorizadas.<br />

Algunos negocios reemplazaron<br />

Las medidas contra<br />

el neón evocan el<br />

desvanecimiento.<br />

voluntariamente el neón por pantallas<br />

LED más baratas.<br />

Chan habla con quienes recibieron<br />

notificaciones de retiro y documenta<br />

la historia visual de su oficio.<br />

Las casas de empeño se anuncian<br />

con siluetas de murciélagos sujetando<br />

monedas porque la palabra<br />

para el mamífero alado suena como<br />

“fortuna”. Los símbolos alguna vez<br />

fueron importantes para clientes<br />

FOTOGRAFÍAS POR ANTHONY KWAN PARA THE NEW YORK TIMES<br />

que no sabían leer.<br />

“El neón es una especie de emblema<br />

de la ciudad, una encarnación<br />

de las historias de Hong Kong”, dijo<br />

Chan. “Pero no es sólo el neón el que<br />

está sufriendo una transformación.<br />

Es toda la ciudad, ¿no es así?”.<br />

El arte del neón —doblar tubos<br />

de vidrio llenos de neón y otros gases<br />

inertes— llegó a Hong Kong,<br />

en parte, procedente de Shanghái.<br />

Después de que los comunistas prevalecieran<br />

en la China continental<br />

en 1949, millones de refugiados<br />

huyeron a la colonia. En la década<br />

de los 70, las calles vibraban con comercios<br />

teñidos de neón.<br />

Cuando Jive Lau se interesó en el<br />

oficio, sólo unos cuantos maestros<br />

del neón estaban activos, comparado<br />

con un máximo de unos 400.<br />

Para Peter Tse, un rótulo de neón<br />

de 6 metros simbolizaba la longevidad<br />

de su panadería Tai Tung,<br />

que sobrevivió a la ocupación japonesa<br />

durante la Segunda Guerra<br />

Mundial. Ahora de 90 años, Tse<br />

ha sobrevivido al cartel, que fue<br />

desmantelado el año pasado. Le dijeron<br />

que era demasiado grande y<br />

demasiado viejo. “Duró más de 50<br />

años”, indicó.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!