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El Asegurador 15 Nov 23

El huracán OTIS, categoría 5 que impactó y devastó Acapulco y municipios colindantes, aún carece de cifras oficiales del monto de los daños asegurados. Peritos, ajustadores y personal de las compañías de seguros permanecen en el lugar tratando de darle una respuesta ágil a lo que se perfila será el huracán más devastador y costoso en la historia del seguro. Asimismo, algunos afianzadores de reconocida trayectoria destacan aspectos que reflejan la importancia que para el país tiene este instrumento financiero.

El huracán OTIS, categoría 5 que impactó y devastó Acapulco y municipios colindantes, aún carece de cifras oficiales del monto de los daños asegurados. Peritos, ajustadores y personal de las compañías de seguros permanecen en el lugar tratando de darle una respuesta ágil a lo que se perfila será el huracán más devastador y costoso en la historia del seguro.

Asimismo, algunos afianzadores de reconocida trayectoria destacan aspectos que reflejan la importancia que para el país tiene este instrumento financiero.

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8<br />

Ciudad de México / <strong>Nov</strong>iembre <strong>15</strong>, 20<strong>23</strong>.<br />

#DesarrolloPersonal<br />

Comencé a escribir esta columna<br />

19 días después de que el huracán<br />

Otis azotara el estado de<br />

Guerrero con toda la fuerza de su categoría<br />

5 y luego de revisar las primeras<br />

planas de los diarios, encontrando sólo<br />

una nota de unas cuantas líneas que<br />

daba cuenta de los problemas de basura<br />

en Acapulco, una de las ciudades de<br />

aquella entidad más afectadas por el fenómeno<br />

meteorológico.<br />

Somos de memoria corta y dejamos<br />

de lado asuntos que están lejos<br />

de ser resueltos, porque es<br />

claro que las consecuencias<br />

del evento se encuentran lejos<br />

de su resolución en prácticamente<br />

todos los sentidos,<br />

pero que es necesario esconder,<br />

por así decirlo, sobre todo<br />

porque los tiempos políticos<br />

apremian y el mejor camino<br />

parece caer en la manipulación<br />

y hasta el engaño.<br />

Daños derivados de huracanes<br />

no son nuevos en nuestro<br />

país, aunque no de la magnitud<br />

que Otis ha ocasionado ni,<br />

quizás, de la espectacularidad<br />

que se observa en Acapulco,<br />

un puerto cuya fama se presta<br />

a la mediatización, aunque<br />

otras localidades de la entidad<br />

estén sufriendo no sólo los<br />

efectos del fenómeno natural<br />

sino también de los intereses,<br />

en especial, los políticos.<br />

Recordamos, en este contexto,<br />

un sismo como el ocurrido<br />

en 1985, aunque para<br />

muchos tenga mayor frescura<br />

el acaecido en septiembre de<br />

hace seis años. Los efectos<br />

ocasionados por aquel movimiento<br />

telúrico causaron<br />

IMAGEN: EFE<br />

daños materiales que,<br />

pasados los años, han<br />

estado sin solucionarse,<br />

a la vez que muertes en<br />

un número impreciso,<br />

una cifra que oscila tanto<br />

que se pierde de vista su<br />

dimensión.<br />

En 1985 era yo director<br />

general del periódico<br />

<strong>El</strong> <strong>Asegurador</strong>, una marca<br />

que hoy en día constituye<br />

una plataforma de<br />

comunicación en temas relacionados<br />

con seguros. <strong>El</strong> sismo ocurrió el 19 de<br />

septiembre de 1985 y en nuestra edición<br />

del 30 del mismo mes, le dedicamos la<br />

portada al tema. Comenzamos por señalar:<br />

“Afloran la virtud y el populismo,<br />

tras el siniestro”.<br />

Claro que el señalamiento apenas<br />

Las palabras,<br />

por muy bonitas<br />

frases, no bastan<br />

como contestación<br />

a demandas<br />

generales o<br />

puntuales<br />

con Genuario Rojas<br />

Del sismo al huracán<br />

ocupaba una columna.<br />

La nota principal<br />

exponía la intención<br />

de, anotamos, “un sistema<br />

asegurador en<br />

movimiento”, que se<br />

proponía manejar “un<br />

justo y equitativo pago<br />

de indemnizaciones de<br />

los daños ocasionados<br />

por el terremoto. Como<br />

ahora, se agregaba, el<br />

evento sería una prueba<br />

de fuego para el sector<br />

y, asimismo, que era una oportunidad<br />

única para el seguro.<br />

Aquellos días, los reaseguradores decían<br />

que sería total su respaldo a las aseguradoras<br />

mexicanas; los ajustadores,<br />

que flexibilizarían sus labores en beneficio<br />

de los asegurados; los agentes destacaban<br />

la importancia que su asesoría<br />

tendría con los clientes, y los consumidores<br />

hablaban del bajoseguro, un problema<br />

presente también en un evento de<br />

la naturaleza como Otis.<br />

Como es lógico, de aquella experiencia<br />

que tratamos desde todos los ángulos<br />

entonces, gracias a que sólo días antes<br />

se había llevado a cabo una reunión<br />

internacional para tratar el tema de los<br />

sismos, se obtuvieron muchas lecciones,<br />

aprendizajes que fueron aprovechados<br />

para mejorar la respuesta a este riesgo<br />

desde distintas perspectivas. Claro, luego<br />

vienen los olvidos.<br />

¿De qué se hablaba entonces, hace<br />

38 años? De la necesidad de enfrentar<br />

el reto; de crear sistemas de protección<br />

más realistas para los riesgos de la naturaleza;<br />

de la revisión de la Ley Sobre<br />

Contrato de Seguros; de tomar acción<br />

con la corrupción, irresponsabilidad y la<br />

desorganización; de la contratación de<br />

seguros con la debida asesoría; de realizar<br />

ajustes más expeditos en favor de<br />

los usuarios.<br />

No faltó la sugerencia de aprovechar<br />

las lecciones derivadas del evento; de<br />

tomar conciencia, como consumidores,<br />

de no caer en falsos ahorros de primas<br />

cayendo en el bajoseguro; de las zonas<br />

sísmicas; de una tarifa en competencia<br />

sana para manejar bien el riesgo de<br />

temblor; de lo cíclicos que son los terremotos;<br />

de que no había ni bajoseguro ni<br />

sobreseguro en 95 de cada 100<br />

condominios, pues sólo cinco,<br />

la diferencia, estaban asegurados.<br />

Se escribió de una propuesta<br />

de constituir una aseguradora<br />

latinoamericana contra<br />

catástrofes; de los orígenes de<br />

la cobertura de terremoto que<br />

se manejaba en nuestro país,<br />

haciéndose notar también la<br />

pobre estimación de daños<br />

producidos por la presencia<br />

de temblores, así como de la<br />

importancia de fomentar una<br />

efectiva administración de<br />

riesgos.<br />

Se pusieron sobre la mesa<br />

los temas de la asegurabilidad<br />

de un riesgo que afecta zonas<br />

donde una vez que ocurre, las<br />

personas vuelven a construir;<br />

del imperativo que resulta trabajar<br />

en la predictibilidad; lo<br />

ilógico, como consideran el<br />

asunto los japoneses, de querer<br />

colocar terremoto en la ley de<br />

los grandes números…<br />

¿A qué vienen estos recuerdos?<br />

A servir de punto de partida<br />

para ver cómo se avanza en<br />

otros riesgos naturales, como<br />

los huracanes, por ejemplo.<br />

Entran en juego los productos, su precio,<br />

su distribución, su entorno jurídico<br />

--que puede facilitar o dificultar toda la<br />

cadena de valor-- y toda una gama de<br />

aspectos que conducen, finalmente, a la<br />

asegurabilidad de esta clase de riesgos.<br />

Claro, en el entendido, como se dice<br />

coloquialmente, que todo riesgo es<br />

asegurable, aunque tiene su precio, y<br />

de que el riesgo climático es un tópico<br />

que no puede seguir siendo un diálogo<br />

de sordos, habida cuenta de que sus<br />

repercusiones no sólo son económicas,<br />

sino también políticas y sociales, y nadie<br />

puede presumir hoy que tiene al ciento<br />

por ciento definida la respuesta que está<br />

comprometido y obligado a dar, pues las<br />

palabras, por muy bonitas frases y operaciones<br />

que con ellas se estructuren, no<br />

bastan como contestación a demandas<br />

generales o puntuales.

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