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El Asegurador 15 Nov 23

El huracán OTIS, categoría 5 que impactó y devastó Acapulco y municipios colindantes, aún carece de cifras oficiales del monto de los daños asegurados. Peritos, ajustadores y personal de las compañías de seguros permanecen en el lugar tratando de darle una respuesta ágil a lo que se perfila será el huracán más devastador y costoso en la historia del seguro. Asimismo, algunos afianzadores de reconocida trayectoria destacan aspectos que reflejan la importancia que para el país tiene este instrumento financiero.

El huracán OTIS, categoría 5 que impactó y devastó Acapulco y municipios colindantes, aún carece de cifras oficiales del monto de los daños asegurados. Peritos, ajustadores y personal de las compañías de seguros permanecen en el lugar tratando de darle una respuesta ágil a lo que se perfila será el huracán más devastador y costoso en la historia del seguro.

Asimismo, algunos afianzadores de reconocida trayectoria destacan aspectos que reflejan la importancia que para el país tiene este instrumento financiero.

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14<br />

Ciudad de México / <strong>Nov</strong>iembre <strong>15</strong>, 20<strong>23</strong>.<br />

MÁS VALE<br />

PREVENIR<br />

Raúl Carlón Campillo<br />

tranquilidadyproyeccion@gmail.com<br />

@rcarlon3 raul.carloncampillo.1<br />

Acuérdate de Acapulco<br />

Inicio esta colaboración con<br />

la referencia del entrañable<br />

puerto de Acapulco que<br />

Agustín Lara inmortalizara en<br />

su canción “María Bonita”, dedicada<br />

a María Félix en 1946,<br />

para escribir acerca de la catástrofe<br />

natural que azotó y<br />

devastó el puerto, así como comunidades<br />

asentadas en la costa<br />

de Guerrero el pasado 24 de<br />

octubre. Unas horas fueron suficientes<br />

para destruir la infraestructura<br />

urbana, rural, turística,<br />

marítima y vial, sin importar el<br />

nivel socioeconómico de las víctimas<br />

del furioso meteoro. Lo<br />

más lamentable son las muertes<br />

que el fenómeno meteorológico<br />

originó, por ello expreso mis<br />

más sentidas condolencias.<br />

Los cálculos preliminares<br />

apuntan a 18,000 millones de<br />

dólares de posibles pérdidas,<br />

aunque esa cifra se verá rápidamente<br />

rebasada por las consecuencias<br />

del desastre, cuando<br />

la interrupción de actividades<br />

turísticas de las que vive esa<br />

ciudad demore meses para poder<br />

reactivarse. Además de las<br />

pérdidas humanas resultantes<br />

directamente del huracán, habrá<br />

que sumar las que se produzcan<br />

por la afectación de infraestructura<br />

hospitalaria que, de inicio,<br />

exige que se restablezca la energía<br />

eléctrica para poder operar.<br />

Reactivar ese flujo tomó más de<br />

una semana, tiempo durante el<br />

cual hubo personas fallecidas en<br />

hospitales porque estaban internadas<br />

ahí cuando ocurrió la catástrofe.<br />

Es oportuno analizar este evento<br />

desde tres ópticas específicas, siendo<br />

inicialmente la que nos corresponde<br />

como sector. <strong>El</strong> papel del seguro en una<br />

comunidad turística tiene usos directos<br />

en las coberturas de daño a terceros<br />

cuando los prestadores de servicios<br />

reciben y atienden a los huéspedes, comensales<br />

y visitantes a instalaciones de<br />

entretenimiento. Sin embargo, cuando<br />

un fenómeno de esta magnitud azota<br />

las edificaciones, el seguro se convierte<br />

en el mejor instrumento financiero para<br />

enfrentar pérdidas que, de otra forma,<br />

son imposibles de atender.<br />

Es precisamente ahí donde resaltan<br />

las condiciones con las que<br />

la cobertura fue configurada<br />

para cubrirlas, aplicando los<br />

principios técnicos de suscripción<br />

a partir de inspecciones<br />

necesarias para proteger ampliamente<br />

lo asegurado. La<br />

experiencia de este siniestro<br />

dejará nuevamente de manifiesto<br />

la importancia de otorgar<br />

valores suficientes para<br />

que la pérdida sea cubierta en<br />

su mayoría por un contrato indispensable.<br />

La segunda óptica toca<br />

también al sector, pero en la<br />

brecha de aseguramiento que<br />

existe en materia de bienes que<br />

carecen de cobertura. Las instalaciones<br />

turísticas cuentan en su mayoría, con<br />

seguros, así sean insuficientes, pero no<br />

así las familias que atienden al turismo<br />

y que habitan en zonas populares donde<br />

han vivido, desde hace generaciones,<br />

sin mayor atención en su carencia<br />

de cultura de previsión, colocándolas<br />

en un crítico estado de vulnerabilidad,<br />

precisamente en una zona de riesgo hidrometeorológico,<br />

sísmico y, lamentablemente,<br />

humano, ante la delincuencia<br />

que azota al puerto.<br />

Asegurar los complejos hoteleros, vehículos,<br />

yates, lanchas, motos acuáticas,<br />

restaurantes y bares, así como a los empleados<br />

y directivos de dichos complejos<br />

hoteleros, además de la infraestructura<br />

habitacional de lujo en condominios<br />

y torres a unos metros de la playa, así<br />

como a las personas que los atienden, ha<br />

sido el objetivo principal del sector. Sin<br />

embargo, dirigir los esfuerzos a culturizar<br />

a la población para el aseguramiento<br />

de sus bienes, ha sido, por decir lo menos,<br />

discreto.<br />

Ante estas dos ópticas que tocan al<br />

sector, es prudente analizar este fenómeno<br />

desde la percepción ciudadana y<br />

IMAGEN: EFE<br />

popular. Las afectaciones a complejos<br />

turísticos y habitacionales de gran valor<br />

fueron las primeras escenas publicadas.<br />

Las redes sociales se inundaron de fotos<br />

que subían los turistas y propietarios,<br />

teniendo por respuesta la solidaridad<br />

ante la desgracia, aunque en su mayoría,<br />

el seguro del inmueble se encargará de<br />

reponer una generosa porción de lo perdido.<br />

Frente a tal particularidad, no queda<br />

más que aplaudir y resaltar la previsión<br />

que practica este segmento de la población.<br />

Una inversión millonaria, en un<br />

destino costero de sismicidad constante<br />

y a la orilla del mar debe estar, por<br />

principio elemental, bien asegurado. Los<br />

afectados verán repuesto su patrimonio<br />

y seguirán practicando esa indispensable<br />

previsión.<br />

La clase popular, en su mayoría desprotegida,<br />

tendrá que formarse para alimentar<br />

el padrón de damnificados que<br />

un gobierno indolente e inepto levante<br />

para medrar con los apoyos, aplicando<br />

un destacado sentido del oportunismo<br />

en un año electoral.<br />

Ahí, precisamente en<br />

este punto, está la tercera<br />

óptica que es indispensable<br />

resaltar: el<br />

tema político electoral.<br />

Un gobierno atascado<br />

en el lodazal de su<br />

ineptitud acompañado<br />

por el ejército, como lo<br />

ilustran las fotografías<br />

tomadas al titular del<br />

Ejecutivo en un trayecto<br />

carretero, por<br />

Unas horas<br />

fueron suficientes<br />

para destruir<br />

la infraestructura<br />

urbana, rural,<br />

turística, marítima<br />

y vial<br />

#Opinión<br />

demás incomprensible hacia la zona de<br />

desastre, es la viva imagen de lo que ocurrirá<br />

con los damnificados en el preciso<br />

momento de entregar los apoyos, lo que<br />

inspira el título de esta colaboración:<br />

“Acuérdate de Acapulco” para anteponer<br />

la previsión a la diversión. “Acuérdate<br />

de Acapulco” para revisar que esa<br />

previsión sea por la cuantía suficiente y<br />

en las condiciones de uso de mayor beneficio.<br />

“Acuérdate de Acapulco” para<br />

ese acto de reflexión que el sector debe<br />

hacer en beneficio de los damnificados<br />

populares, que no han merecido atención<br />

cuando se prospecta porque, supuestamente,<br />

no tienen dinero para pagar<br />

cuando precisamente por no tenerlo<br />

es que no podrán enfrentar sus pérdidas.<br />

“Acuérdate de Acapulco” cuando estés<br />

frente a una boleta en una casilla<br />

electoral y tengas que tachar una opción<br />

de gobierno.<br />

“Acuérdate de Acapulco” cuando visiten<br />

tu comunidad prometiendo el paraíso<br />

en una zona devastada<br />

que, hasta entonces,<br />

todavía tenga evidencias<br />

físicas y humanas de la<br />

catástrofe.<br />

“Acuérdate de Acapulco”<br />

para darte cuenta que<br />

vives en una zona geográfica<br />

privilegiada, pero,<br />

precisamente por ello, altamente<br />

vulnerable ante<br />

el embate implacable de<br />

la madre naturaleza.<br />

Recordar Acapulco<br />

toca lo hermoso de sus<br />

playas y las puestas de<br />

sol; las vacaciones con<br />

amigos y familia o el primer<br />

destino playero de<br />

los bebés cuando los llevan a conocer<br />

el mar; la luna de miel y las noches de<br />

amor desbordado de los enamorados; los<br />

maravillosos y tradicionales congresos y<br />

convenciones del sector financiero e industrial;<br />

los brindis etílicos en noches<br />

de bohemia y desvelo con aficionados<br />

o profesionales de los excesos, luego<br />

de un pescado a la talla<br />

en Bonfil, o las donas de<br />

chocolate acompañadas<br />

de cervezas a la orilla de la<br />

playa al terminar el paseo<br />

en la banana, el parachute<br />

o la moto acuática; los clavados<br />

de La Quebrada y la<br />

música en vivo de bares y<br />

centros nocturnos de clase<br />

mundial como la discoteca<br />

“Baby´O”.<br />

Acapulco será otro después<br />

de esta tragedia. Sin<br />

embargo, la dura y amarga lección que<br />

nos deja es una oportunidad para insistir<br />

hasta la exasperación en la imperiosa<br />

necesidad de desarrollar la cultura<br />

de previsión en la población vulnerable<br />

que, alarmantemente, sigue sin tenerla.

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