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actitud es la <strong>que</strong> te ayuda y como<br />
soy creyente de Dios, la virgen y San<br />
José, les pedí <strong>que</strong> estuvieran<br />
conmigo en todo el proceso y así lo<br />
sentí.<br />
Jamás sentí <strong>que</strong> me iba a morir,<br />
aun<strong>que</strong> es algo <strong>que</strong> puede pasar ya es<br />
tu realidad. Los médicos te explican<br />
todo el proceso <strong>que</strong> hay detrás del<br />
tratamiento y en ese momento aflora<br />
la vanidad y es cuando crees <strong>que</strong> lo<br />
peor <strong>que</strong> te puede pasar es perder el<br />
cabello y efectivamente cuando<br />
tocaron esa fibra lloré muy duro y<br />
desconsoladamente.<br />
Inicié la quimio el 22 de febrero de<br />
2022, para mi fueron dos procesos: uno<br />
al programar mi el tratamiento de<br />
quimioterapias y el otro <strong>que</strong> era<br />
meramente mío, en el <strong>que</strong> buscaba en<br />
todos medios diferentes maneras para<br />
evitar la caída del cabello. Investigué y<br />
encontré una página en la <strong>que</strong><br />
hablaban de “quimio con pelo”, donde<br />
se usaban unos cascos fríos <strong>que</strong><br />
ayudaban a evitar la caída del<br />
cabello. Yo lo intenté, pero no<br />
funcionó y después de 15 días de la<br />
primera quimio el cabello empezó a<br />
caer. Afortunadamente el casco no<br />
<strong>que</strong>dó bien, y digo afortunadamente<br />
por<strong>que</strong> así tenía <strong>que</strong> ser, si hubiese<br />
sido de otra manera, no hubiera<br />
aprovechado los ratos de tertulias y<br />
lazos <strong>que</strong> se formaron con las<br />
compañeras con las <strong>que</strong> compartí<br />
en esa sala rosa.<br />
importantes <strong>que</strong> el cabello. Pero en<br />
ese momento aún no había entendido<br />
el propósito de todo esto, así <strong>que</strong><br />
insistí con la peluca, nunca me<br />
identifi<strong>que</strong> con ella si soy sincera, pero<br />
me sentía con cabello, sin embargo,<br />
eso duró poco.<br />
A través de ángeles <strong>que</strong> aparecen<br />
entendí <strong>que</strong> el propósito era vivir<br />
este proceso de la manera más<br />
natural posible y así empecé a verlo,<br />
buscando turbantes, pañoletas <strong>que</strong><br />
compraba o me regalaban y aprendí<br />
a colocarlas agradeciendo a Dios<br />
cada momento, no es fácil asumirlo<br />
cuando ya no tienes cabello, cejas y<br />
pestañas. Te miras al espejo, y es en<br />
esa etapa en la <strong>que</strong> debes sacar la<br />
mejor versión de ti y decirte “¡pilas!<br />
para adelante <strong>que</strong> aquí no cabe la<br />
tristeza, ¡tú puedes!”, disfrutando (por<br />
así decirlo), de esa condición temporal<br />
Muchas anécdotas pasaron durante<br />
ese proceso, anécdotas <strong>que</strong> son más