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en Dios y nuevamente su providencia<br />
no se hizo esperar, con la ayuda de<br />
familia y amigos logramos conseguir<br />
una cita con el Doctor Manuel<br />
González, quien nos habló claro y nos<br />
explicó lo complejo del asunto, nos<br />
íbamos a enfrentar a un tipo de cáncer<br />
raro para mi edad y la mayor<br />
preocupación era el comportamiento<br />
acelerado del mismo. Yo en esos<br />
momentos, nuevamente volví a<br />
experimentar como una disociación de<br />
la realidad, me encontraba ausente y<br />
perdida en medio de tantas opiniones<br />
médicas; solo Dios me sostenía en ese<br />
momento, por<strong>que</strong> todo lo contestaba<br />
como por inercia; los médicos me<br />
hablaron de un programa de<br />
investigación y yo sin pensarlo dije “Sí”,<br />
y ahí empezó todo, trámites, papeles y<br />
muchos exámenes por<strong>que</strong> al principio<br />
no sabían qué tratamiento aplicar.<br />
siempre agradeceré es el apoyo de<br />
mi esposo, mis padres y mis<br />
hermanas <strong>que</strong> siempre estuvieron<br />
ahí sosteniéndome.<br />
Dios siempre es bueno, aun<strong>que</strong> a<br />
veces sea un poco difícil ver esa<br />
bondad en medio de las pruebas.<br />
Curiosamente mientras yo<br />
atravesaba mi proceso con un<br />
cáncer bastante agresivo, en una<br />
época difícil para todos por la<br />
pandemia mundial <strong>que</strong> se llevó a<br />
tantos seres <strong>que</strong>ridos, también<br />
experimente justo en días de<br />
programación de quimioterapias la<br />
pérdida de 3 familiares, uno en el<br />
mes de marzo, otro en abril y el<br />
último en mayo, lo <strong>que</strong> hizo más<br />
agotadora sobrellevar la situación,<br />
pero cuando Dios te sostiene, puedes<br />
mantener la fe en medio de toda<br />
adversidad.<br />
El 5 de febrero de 2021 empecé la<br />
primera quimioterapia de las 16 <strong>que</strong><br />
me mandaron, fue un proceso duro, a<br />
la vez <strong>que</strong> enfrentamos los temores del<br />
covid. Algo <strong>que</strong> nunca me faltó fue el<br />
auxilio de la Madre celestial María<br />
santísima y de mi madre biológica a<br />
quien debo la <strong>vida</strong>, siempre presentes,<br />
recibiendo también el apoyo de toda<br />
mi familia y amigos <strong>que</strong> me sostuvieron<br />
en oración y con ayudas visibles como<br />
la de mi hermana mayor quien acogió<br />
a mi hija.<br />
Las primeras 12 quimioterapias <strong>que</strong> me<br />
programaron eran cada 8 días y luego<br />
4 cada 21 días, donde llegaba muy<br />
temprano a la clínica <strong>IMAT</strong> y pasaba<br />
ahí todo el día hasta finalizar la tarde,<br />
lo <strong>que</strong> me hacía llegar a mí casa por<br />
las noches muy agotada; algo <strong>que</strong>