07.08.2023 Views

Ruina y ascenso - Leigh Bardugo

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Traté de apartarme, pero él me rodeó la muñeca con fuerza con la mano, uniendo

los dedos, y la brusca sacudida de poder nos atravesó a los dos, llamándome,

exigiéndome que cruzara la puerta. Con su otra mano, me obligó a cerrar los dedos

sobre el mango del cuchillo. La luz vaciló.

—¡No!

—No dejes que no haya servido para nada, Alina.

—Por favor…

Un grito de agonía se elevó sobre el clamor de la batalla. Parecía Zoya.

—Sálvalos, Alina. No me dejes vivir sabiendo que podría haber detenido esto.

—Mal…

—Sálvalos. Esta vez deja que sea yo quien te lleve. —Clavó los ojos en los míos

—. Acaba con esto —añadió.

Su agarre aumentó. Nuestra historia no tiene fin.

Nunca sabría si fue la codicia o la abnegación lo que movió mi mano. Con los

dedos de Mal guiándome, alcé el cuchillo y se lo clavé en el pecho.

El impulso me hizo caer hacia delante, y tropecé. Me aparté, y el cuchillo se cayó

de nuestras manos, la sangre manaba de la herida, pero él siguió sujetándome la

muñeca.

—Mal —sollocé.

Tosió, y unas burbujas de sangre aparecieron en sus labios. Se balanceó hacia

delante. Estuve a punto de caer mientras lo aferraba a mí, y su mano me apretaba la

muñeca con tanta fuerza que pensaba que me iba a partir los huesos. Soltó un jadeo,

un estertor húmedo. Todo su peso se desplomó sobre mí, arrastrándome hasta el

suelo, con los dedos todavía apretados, presionándome la piel como si me estuviera

tomando el pulso.

Noté el instante en que se iba.

Durante un momento todo quedó en silencio, un aliento contenido; y entonces

todo explotó en un fuego blanco. Un rugido me llenó los oídos, una avalancha de

sonido que sacudió la arena e hizo que el propio aire vibrara.

Grité mientras el poder me inundaba, mientras yo misma ardía, consumida desde

mi interior. Era una estrella viviente. Era combustión. Era un nuevo sol nacido para

destrozar el aire y comerse la tierra.

Soy la destrucción.

El mundo tembló, se disolvió, se derrumbó sobre sí mismo.

Y entonces el poder desapareció.

Abrí los ojos. Me encontraba rodeada por una espesa oscuridad, y me pitaban las

orejas.

Estaba de rodillas. Mis manos encontraron el cuerpo de Mal, su camiseta

arrugada y húmeda, empapada de sangre.

Alcé las manos para invocar la luz, pero no sucedió nada. Volví a intentarlo, traté

de alcanzar el poder, pero solo encontré su ausencia. Oí un chillido desde arriba. Los

www.lectulandia.com - Página 228

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!