El sutil arte de que te importe un carajo_Mark Manson
con esta búsqueda del placer. Pregúntale a una adúltera que humilló a sufamilia y perdió a sus hijos si, después de todo, el placer la hizo feliz.Pregúntale a un hombre que casi se comió a sí mismo hasta matarse si elplacer le ayudó a resolver sus problemas.El placer es un dios falso. Las investigaciones muestran que la gente queenfoca su energía en placeres superficiales termina más ansiosa, másinestable emocionalmente y más deprimida. El placer es la forma mássuperficial de satisfacción vital y por ello es la más fácil de obtener y la másfácil de perder.Sin embargo, nos venden el placer las 24 horas del día. Es nuestra obsesión.Es lo que usamos para desensibilizarnos y distraernos. Pero este placer,aunque sea necesario en la vida (en ciertas dosis), no es, en sí mismo,suficiente.El placer no es la causa de la felicidad; más bien es el efecto. Si haces todolo demás bien (los otros valores y parámetros), entonces el placer ocurriránaturalmente, derivará de esto.2. Éxito material. Muchas personas miden su valía personal basándose en quétanto dinero ganan, qué tipo auto manejan o si su patio de enfrente es másverde y más bonito que el de su vecino.Los estudios demuestran que toda vez que uno es capaz de satisfacer lasnecesidades físicas básicas (comida, techo y demás), la correlación entre lafelicidad y el éxito mundano rápidamente alcanza el cero. Si te estásmuriendo de hambre y vives en la calle, a la mitad de la India, un extra de10 000 dólares al año afectaría mucho tu felicidad. Pero si te encuentrascómodamente dentro de la clase media de un país desarrollado, un extra de10 000 dólares anuales no afectará mucho, lo cual significa que te estásmatando trabajando horas extras y fines de semana para, básicamente, nada.El otro problema de sobrevalorar el éxito material es el peligro depriorizarlo sobre otros valores, como la honestidad, la no violencia y lacompasión. Cuando la gente se mide, no por su comportamiento sino porlos símbolos de estatus que va coleccionando, no solamente es superficial,probablemente también sea cabrona.3. Siempre tener la razón. Nuestros cerebros son máquinas ineficientes. Demanera constante asumimos mal, juzgamos equivocadamente lasprobabilidades, recordamos mal los hechos, nos sesgamos cognitivamente ytomamos decisiones con base en nuestros caprichos emocionales. Comohumanos, regularmente permanecemos muy equivocados, así que, si tuparámetro para evaluar el éxito en la vida consiste en tener la razón, bueno,te costará mucho trabajo reflexionar todas esas patrañas.
El hecho es que las personas que basan su valor personal en tener siemprela razón, no se permiten aprender de sus errores; les falta habilidad paracomprender nuevas perspectivas y coincidir con otros; se cierran ainformación nueva e importante.Es mucho más útil asumir que eres ignorante y que no sabes mucho. Eso temantiene libre de creencias mediocres y promueve un estado constante deaprendizaje y crecimiento.4. Mantenerse positivo. Luego vienen aquellos que miden sus vidas respectode su habilidad de ser positivos, básicamente, en la mayoría de las cosas.¿Perdiste tu trabajo? ¡Genial, ahora tienes la oportunidad de explorar tuspasiones! ¿Tu esposo te engañó con tu hermana? Bueno, por lo menos yasabes lo que le importas a los demás. ¿Tu hijo se está muriendo de cáncerde garganta? ¡Al menos ya no tendrás que pagarle la universidad! A pesarde que algo tiene de bueno el “verle el lado amable a todo”, la verdad esque a veces la vida apesta y lo más sano que puedes hacer es admitirlo.Negar las emociones negativas desemboca en experimentar emocionesnegativas más profundas y más prolongadas, así como a la disfunciónemocional. Un constante estado de positivismo es una forma de evasión, nouna solución válida a los problemas de la vida, mismos que, por cierto, siestás eligiendo los parámetros correctos y los valores adecuados, deberíanestar llenándote de energía y motivándote.Es así de sencillo, en serio: las cosas van mal, la gente nos irrita, losaccidentes ocurren. Estos asuntos nos hacen sentir fatal. Y está bien. Lasemociones negativas son un componente necesario de la salud emocional.Negar esa negatividad es perpetuar los problemas en vez de resolverlos.El truco con las emociones negativas es: 1) expresarlas de una manerasocialmente aceptable y de forma sana, y 2) manifestarlas de un modo quese alinee con nuestros valores. Un ejemplo sencillo: un valor mío es la noviolencia, medida bajo los criterios de no pegar, de modo que, si me pongofurioso contra alguien, expresaré esa ira, pero sin asestarle un puñetazo enla cara. Una idea radical, lo sé. Pero la ira no es el problema. La ira esnatural. La ira es una parte de la vida. La ira es muy sana en muchassituaciones (recuerda, las emociones son sólo retroalimentación).¿Ves? El problema es pegarle en la cara a la gente, no la ira. La ira esmeramente el mensajero de mi puño en tu rostro. No le eches la culpa almensajero. Culpa a mi puño (o a tu cara).Cuando nos forzamos por mantenernos positivos todo el tiempo, negamosla existencia de los problemas en nuestra vida. Y cuando negamos nuestrosproblemas, nos robamos la oportunidad de resolverlos y generar felicidad.
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El hecho es que las personas que basan su valor personal en tener siempre
la razón, no se permiten aprender de sus errores; les falta habilidad para
comprender nuevas perspectivas y coincidir con otros; se cierran a
información nueva e importante.
Es mucho más útil asumir que eres ignorante y que no sabes mucho. Eso te
mantiene libre de creencias mediocres y promueve un estado constante de
aprendizaje y crecimiento.
4. Mantenerse positivo. Luego vienen aquellos que miden sus vidas respecto
de su habilidad de ser positivos, básicamente, en la mayoría de las cosas.
¿Perdiste tu trabajo? ¡Genial, ahora tienes la oportunidad de explorar tus
pasiones! ¿Tu esposo te engañó con tu hermana? Bueno, por lo menos ya
sabes lo que le importas a los demás. ¿Tu hijo se está muriendo de cáncer
de garganta? ¡Al menos ya no tendrás que pagarle la universidad! A pesar
de que algo tiene de bueno el “verle el lado amable a todo”, la verdad es
que a veces la vida apesta y lo más sano que puedes hacer es admitirlo.
Negar las emociones negativas desemboca en experimentar emociones
negativas más profundas y más prolongadas, así como a la disfunción
emocional. Un constante estado de positivismo es una forma de evasión, no
una solución válida a los problemas de la vida, mismos que, por cierto, si
estás eligiendo los parámetros correctos y los valores adecuados, deberían
estar llenándote de energía y motivándote.
Es así de sencillo, en serio: las cosas van mal, la gente nos irrita, los
accidentes ocurren. Estos asuntos nos hacen sentir fatal. Y está bien. Las
emociones negativas son un componente necesario de la salud emocional.
Negar esa negatividad es perpetuar los problemas en vez de resolverlos.
El truco con las emociones negativas es: 1) expresarlas de una manera
socialmente aceptable y de forma sana, y 2) manifestarlas de un modo que
se alinee con nuestros valores. Un ejemplo sencillo: un valor mío es la no
violencia, medida bajo los criterios de no pegar, de modo que, si me pongo
furioso contra alguien, expresaré esa ira, pero sin asestarle un puñetazo en
la cara. Una idea radical, lo sé. Pero la ira no es el problema. La ira es
natural. La ira es una parte de la vida. La ira es muy sana en muchas
situaciones (recuerda, las emociones son sólo retroalimentación).
¿Ves? El problema es pegarle en la cara a la gente, no la ira. La ira es
meramente el mensajero de mi puño en tu rostro. No le eches la culpa al
mensajero. Culpa a mi puño (o a tu cara).
Cuando nos forzamos por mantenernos positivos todo el tiempo, negamos
la existencia de los problemas en nuestra vida. Y cuando negamos nuestros
problemas, nos robamos la oportunidad de resolverlos y generar felicidad.