27.06.2023 Views

273810

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CHOLE (Riendo).—Es gracioso. ¡Está usted contenta porque me río

yo!

ALICIA.— Hace mucho bien oír reír. Tampoco había tenido nunca una

amiga. Y usted me dio la mano mirándome a los ojos, tan hondo y tan

claro… ¿Quiere usted darme la mano otra vez?

CHOLE (Estrechándosela cariñosamente).—¿Amigas siempre?

ALICIA.— ¡Siempre!

CHOLE.— Y no diga usted «gracias». Déjeme decirlo a mí. Usted lo

dice siempre, a todo. Se lo diría a un pájaro que viniera a cantar a su

ventana.

ALICIA.— ¿Por qué se ríe usted ahora? ¡Se ríe de mí!

CHOLE.— Sí. ¡Es usted tan chiquilla!

ALICIA (La oye feliz. Sonríe también).—Gracias…

(Sale. Entra el DOCTOR.)

DOCTOR.— Señorita Chole…

CHOLE.— Buenas tardes, doctor. ¿Nota usted algo nuevo aquí?

DOCTOR.— No sé… ¿Esas flores? (Volviéndose.) ¡Los cuadros! Por

fin los ha arrancado usted.

CHOLE.— Eran demasiado sombríos. No hacían ningún bien a esta

pobre gente.

DOCTOR.— Sin embargo, tenían un prestigio solemne. En fin…

(Contempla el cuadro.) «La Primavera» de Botticelli.

CHOLE.— ¿He elegido bien?

DOCTOR.— Sí, es luminoso, tranquilo… Veo que empieza usted a

interesarse de veras por mis enfermos.

CHOLE.— Mucho. Nunca había imaginado un espectáculo humano tan

desconcertante, tan comedia y tragedia al mismo tiempo.

DOCTOR.— Es curioso. Y está usted atravesando las mismas etapas

que ellos. El primer día entró aquí como un golpe de viento, ansiosa de

encontrar algo original para lanzarlo a la publicidad. Después, ha ido

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!