El arte de Andréi Tarkovsky

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El arte de

Andréi Tarkovsky


- Andréi Tarkovsky -

Universidad de los Andes

Editorial

DISO-3912-1

Dirección por: Neftali Vanegas

Hecho por Isabella Quintero

Director de cine, actor, guionista

y teórico de cine soviético - ruso.

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

Solaris, 1972

Ensoñación

poética

l

Stalker, 1979

Tarkovsky no fue un cineasta cualquiera,

el llevó sus películas a un tema más existencial,

personal, diferente y singular, que

fueran un reflejo de la memoria, el tiempo,

la fé y la condición humana. No pretendía

hacer obras de entretenimiento, sino

quería despertar algo profundo dentro

del alma humana. Fue uno de los pocos

cineastas que pudo convertir la poesía en

imagenes.

Hoy, la influencia de Tarkovsky se puede

ver en el trabajo de muchos cineastas

contemporáneos, y su legado continúa

celebrándose en festivales de cine y retrospectivas

de todo el mundo. Andrei Tarkovsky

puede considerarse el poeta por

excelencia no sólo del cine ruso, sino del

cine en su conjunto. Su obra sigue estudiándose

en las escuelas de cine, y en su

libro “Esculpir en el tiempo” recogió todos

sus pensamientos acerca de lo que debe

ser el arte cinematográfico.

Un cineasta que logra esculpir

el tiempo y la poesía

a través de sus imágenes.

Se alejó de las convenciones

comerciales y se centró en

el existencialismo más profundo

del ser humano, confeccionó

películas que buscaban

la reflexión y no el

entretenimiento, películas

que jamás quisieron ponérselo

fácil al espectador.

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

Es muy notoria la

presencia del agua en

todas sus producciones,

que a menudo nos

remite a la memoria

y a la pérdida de la

misma.

Su filosofía:

Su estilo:

Los elementos de la naturaleza tienen en su cine

una presencia importante, y cada uno de ellos

parecen representar distintos conceptos.

Pero si hay algo constante y definitorio en sus películas

es la continua subversión de los clásicos

géneros cinematográficos, como mecanismos

que “bajo argumentos o géneros aparentemente

identificables, dentro de intrigas típicas, poco

“sospechosas”, empezamos a detectar algunos

elementos que convierten el reconocimiento en

un efecto de lectura cuyo fin es - he aquí la paradoja

- intensificar el desconocimiento, la conciencia

de que lo aparentemente cercano está

muy lejos”.

Es un espejismo.

“La poesía es para mí un modo de ver el mundo,

una foma especial de relación con la realidad.”

afirma el propio cineasta en su libro “Esculpir en el tiempo”. Y

así es exactamente su filosofía como artista: extraer la poética

de las imágenes, indagar en ellas como un verdadero intelectual,

como alguien dispuesto a emocionarse y a aprender de

su condición humana a través del medio audiovisual. Para él,

el objetivo del arte no era el de ser consumido como una mercancía,

sino algo que “consiste en explicar por sí mismo y a su

entorno el sentido de la vida y de la existencia”. Es decir:

“Explicarle al hombre cuál

es el motivo y el objetivo

de su existencia en nuestro

planeta. O quizás no

explicárselo, sino tan sólo

enfrentarlo a ese interrogante”.

-Andréi Tarkovsky

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

Un poco más

sobre Tarkovsky:

Andréi Tarkovsky fue un director de cine, actor, guionista y teórico

de cine soviético-ruso que nació el 4 de abril de 1932 en el pueblo

de Zavrazhye, Rusia. Estudió árabe y hebreo en el Instituto de

Idiomas Orientales de Moscú antes de inscribirse en la escuela de

cine VGIK de Moscú, donde estudió con el renombrado cineasta

soviético Mikhail Romm.

El primer largometraje de Tarkovsky fue “Ivan’s Childhood” que

se estrenó en 1962 y ganó el León de Oro en el Festival de Cine

de Venecia. Cuatro años después filmó la que es considerada su

obra maestra, Andrei Rublev, pero esta fue secuestrada por el régimen

soviético. Le gustaba adaptar cinematográficamente obras

clásicas de la ficción especulativa, como Solaris (1972) y Stalker

(1979), títulos ambos de fuerte empaque visual y pausado desarrollo.

Su último filme, Sacrificio (1986), fue tal vez el trabajo en

que Tarkovski abordó sus habituales inquietudes filosóficas con un

lenguaje narrativo y visual sumamente expansivo, con larguísimas

secuencias.

“Andrei Rublev”, “Solaris”, “Mirror” y “Stalker”, se consideran entre

las mejores obras del cine.

Un cine diferente, personal

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

Gracias a su libro Esculpir en el tiempo, podemos entender

y vincularnos todavía más a esta forma de entender el cine

como un arte.

Este libro es una compilación de reflexiones escritas por el

mismo Andréi sobre su trabajo y su forma de entender el

cine y el arte. Surgió de una necesidad de contestar a todas

aquellas personas que escribían al director preguntándole

por el significado de sus películas y que veían mensajes ocultos

en todas ellas. Cualquiera que vea una película de este

aclamado director puede entender estas razonables dudas,

ya que Tarkovski no se deja llevar por un lenguaje narrativo-lineal

al que estamos todos.

Esculpir en el tiempo

se publicó por

primera vez en 1985

pero el libro tuvo

una parte añadida

en 1988 con unas últimas

ideas sobre su

última película Sacrificio.

Las películas de Tarkovsky se caracterizan por

sus imágenes poéticas, tomas largas y ritmo meditativo,

así como por su exploración de temas

existenciales como la memoria, el tiempo, la fe

y la condición humana. A menudo recurría a sus

propias experiencias personales, recuerdos de la

infancia y sueños para crear sus películas.

La carrera de Tarkovsky estuvo marcada por

conflictos con las autoridades soviéticas, que a

menudo censuraban sus películas o impedían su

estreno. En 1984, fue exiliado de la Unión Soviética

y se mudó a Italia, donde continuó haciendo

películas hasta su muerte de cáncer en 1986 a

la edad de 54 años, dejando solo 7 cortometrajes.

La infancia de Iván (1962), Andrei Rublev

(1966), Solaris (1972), El espejo (1974), Stalker

(1979), Nostalghia (1983) y Sacrificio (1986).

Tarkovsky inspira reverencia, y

la naturaleza oblicua, sombría

y elevada de su trabajo a veces

puede ser intimidante.

Fue poco prolífico debido a los

constantes obstáculos impuestos

por las autoridades soviéticas,

que consideraban que

sus películas eran elitistas. Pero

nunca comprometió su integridad

artística. Sus películas, caracterizadas

por tomas largas

y lentas, están llenas de imágenes

de profunda belleza que

invitan a despojarse de la idea

de un significado concreto.

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

Solaris:

¡La ciencia

ficción como arte!

Andrei Tarkovsky decidió rodar ‘Solaris’, una de las películas de su

trayectoria con el que sorprendentemente más a disgusto quedó,

por dos razones fundamentales. Para empezar, la novela del polaco

Stanislaw Lem había ganado muchísimo éxito, y era admirada

como uno de los pináculos del género de ciencia-ficción en el país

natal del cineasta. Pero el principal era que su anterior producción,

‘Andrei Rublev’ (‘Andrey Rublyov’, 1966) la cual no se había estrenado

en Rusia por motivos religiosos, una historia que, contada

de forma completa, daría para un artículo muy extenso. Tarkosvky

tomó la oportunidad de adaptar el relato de Lem lo que le dio el

impulso a su carrera.

Tarkovsky hizo dos cambios fundamentales sobre el texto de Lem

que cambian casi por completo lo que éste planteaba. Encontramos

primero el arranque de la cinta, una larga introducción inexistente

en la novela que alude de forma directa a los intereses del

discurso del cineasta sobre la importancia de la relación entre el

individuo y su entorno y lo trágico que se encierra en la sensación

de desarraigo que se producirá en el protagonista cuando deja

atrás la Tierra y viaje hacia la estación espacial que orbita ese

misterioso planeta que es Solaris.

Pero en esta introducción hay muchas más voluntades que se dan

la mano, sirviendo la exposición de la relación entre el protagonista,

un Kris Kelvin asombroso en la piel de Donatas Banionis, y sus

progenitores, como hilo conductor de mucho de lo que después

traslucirá en el grueso del filme a bordo de la estación y de lo que

se planteará en esa hipnótica secuencia que da cierre al metraje y

abre unas inmensas opciones al debate sobre lo que el discurso de

Tarkovsky encierra acerca del alma humana.

Es precisamente en dicho discurso, y en lo que se plantea a bordo

de la estación espacial, donde ‘Solaris’ más se aleja de la novela

de Lem ya que, mientras que ésta indagaba en la incapacidad del

hombre de comunicarse con una inteligencia extraterrestre, y en las

implicaciones filosóficas que ello comportaba sobre la naturaleza

humana, el interés de Tarkovsky queda perfectamente expuesto en

su filme como una exégesis hacia muchas de las constantes que

marcaron su cine, ya sean éstas de carácter religioso —algo puesto

en evidencia desde los créditos iniciales con el uso de la pieza

de Bach— como existencialistas.

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

En este último sentido, ‘Solaris’ es un preciso —y precioso— estudio

acerca de la necesidad del ser humano de sentirse amado y necesitado,

y lo es a través de una dupla de personajes que conforman

la columna vertebral sobre la que se erige todo el relato. De una

parte, ese Kris sobre el que sabemos, porque así lo ha expresado

su padre al comienzo del filme, que es “demasiado duro”, lo que

se traduce en una mentalidad dogmática incapaz de recordar

cuáles son las razones por las que el ser humano vive y quiere

estar vivo, un planteamiento que se verá puesto a prueba, y de

qué manera, cuando se vea

sometido a la influencia del

planeta que da nombre al

título.

Ahora bien, si espléndida

es la labor de Banionis y su

interpretación, como afirma

mi compañero Pablo, está

más allá del elogio, lo que

Natalia Bondarchuk pone

en juego es de una dimensión

asombrosa. En su papel

de Hari, la esposa suicida

que la inteligencia detrás

de ese planeta viviente que

es Solaris devolverá a la

vida a través de los recuerdos de Kris, la actriz rusa —que curiosamente

fue la que le descubrió al cineasta la novela de Lem—

fusiona patetismo y empatía hacia el espectador con una mirada

infinita que la hace acreedora de un etiquetado que se asoma a

lo magistral.

Una película artística despierta en su público emociones y pensamientos,

mientras que en el cine de masas —con ese efecto especialmente

adormecedor e irresistible— apaga todas las demás

reflexiones y sentimientos para siempre.

Dejando de lado las disquisiciones intelectuales acerca de lo que

‘Solaris’ pone en juego —unas disquisiciones inagotables que,

volcadas en los último minutos, mucho darían que hablar si así

lo quisierámos acerca de ese final que tantas afirmaciones hace

sobre el discurso humano de Tarkovsky— resulta incuestionable

que, a la hora de valorar a la cinta como es debido, uno no puede

dejar de lado las innumerables propuestas visuales con las que

el ruso reta al espectador a lo largo de los 165 minutos sobre los

que se prolonga el metraje. Unas propuestas que, en íntima comunión

con todo lo que hemos hablado más arriba, ofrecen todo un

rosario de recursos visuales

de una belleza acongojante

capaz de enmudecer a

aquél que se siente al otro

lado de la pantalla, consiguiendo

Tarkovsky establecer

un nivel de lectura inicial,

la que alude a nuestro

sentido de la vista, que se

complementa con otra de

nuestras capacidades cognitivas,

el oído —el director

siempre hablaba del sonido

como una componente

fundamental en cualquier

filme— para establecer el

punto sobre el que efectuar el salto hacia ulteriores valoraciones.

Y aquí juegan al mismo nivel tanto los inmensos recursos de los

que el realizador echa mano, recursos que van desde cambios

en la gama cromática hasta la construcción de duales naturalezas

vivas y muertas —y de éstas últimas mucho sabía el fotógrafo

que era el cineasta— que parecen sacadas de esas pinturas de

Brueghel con las que se pretendía acercar el arte al espectador,

como lo que las texturas musicales de Eduard Artemyev instilan a

lo largo del metraje posicionándose como un valor irrenunciable

a la hora de caracterizar, por ejemplo, todo lo que emana de la

personalidad de Hari.

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

Es cierto que su ritmo lento, y la aparente casualidad

con la que se introducen algunas secuencias

—ese paseo en coche por Akasaka, una

ciudad japonesa, que se erige en doble metáfora

del estado mental del personaje de Berton

y del despegue de la nave en la que Kris viaja a

Solaris—, pueden hacer, y hacen, de ‘Solaris’ un

filme del que el espectador de a pie huiría irremisiblemente

como de hecho servidor había huido

hasta ahora, máxime cuando la componente

de ciencia-ficción está reducida a su mínima

expresión, alejándose así, por ejemplo, de esa

estúpida y reiterada comparación que se le hace

con ‘2001, una odisea en el espacio’ (‘2001, a

Space Odissey, Stanley Kubrick, 1968).

Es obvio que para valorar en toda su amplitud

ambos filmes, la preparación del espectador tiene

que tocar muchas y muy variadas disciplinas

que no se limitan al séptimo arte, pero también lo es

el que, como crisol que éste es, asomarse a ‘Solaris’

con una mirada carente de prejuicios y de todo ese

conocimiento multireferencial que cualquier crítico

cahierista pondría sobre el tapete, valida aún más

lo que Tarkovsky pretendía según queda recogido

en la cita que podéis encontrar más arriba.

En esa voluntad de aires docentes, la relación maestro-alumno

que se establece entre observador y

observado es de una atemporalidad espectacular,

siendo tanto o más válidas las enseñanzas que el

espectador de hoy puede extraer del visionado del

filme como aquellas que pudieron hacer las generaciones

que lo vieron hace cuatro décadas. Y ahí,

en su atemporalidad, y en su hipnótica disposición,

residen los mayores valores de una cinta que ya

considero de obligado visionado para todo aquél

que quiera llamarse amante del cine.

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- Andréi Tarkovsky - - Andréi Tarkovsky -

Referencias

Tomado de las siguientes fuentes:

Balbuena, I. (2018, March 11). Andréi Tarkovski,

el cineasta brillante de un mundo imperfecto.

infobae. https://www.infobae.com/

cultura/2018/03/11/andrei-tarkovski-el-cineasta-brillante-de-un-mundo-imperfecto/

Benítez, S. (2014, March 1). Ciencia-ficción:

“Solaris”, de Andrei Tarkovsky. Espinof.com; Espinof.

https://www.espinof.com/criticas/ciencia-ficcion-solaris-de-andrei-tarkovsky

LaGuerre, A. (2020, October 12).Andréi Tarkovski.

Historia del Cine.es; Historiadelcine.es.

https://historiadelcine.es/directores-cine/andrei-tarkovski-peliculas-caracteristicas/

Mullor, M. (2016, December 26). Andrei Tarkovsky

para principiantes. Fotogramas. https://www.fotogramas.es/noticias-cine/

a17606767/andrei-tarkovsky-para-principiantes/

Víctor, P., & Espinosa, S. (n.d.). EL CINE DE AN-

DREI TARKOVSKI. Ucm.Es. Retrieved May 30,

2023, from https://webs.ucm.es/BUCM/revcul/e-learning-innova/209/art3098.pdf

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Dirección por: Neftali Vanegas

Hecho por Isabella Quintero

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