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La tormenta del siglo - Stephen King

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Exterior. Típica, vista de San Francisco. Día.

MIKE (voz en off): … pero me equivocaba. Durante la gran tormenta mi

aprendizaje no hizo sino empezar. No concluyó hasta la semana pasada.

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Exterior. Una calle ajetreada del centro de la ciudad. Día.

Un montón de gente va de compras. La cámara se acerca a una cafetería un par de

escaparates más allá de la esquina, y Mike sale de ella. Es su día libre y va vestido de modo

informal: cazadora, vaqueros y camiseta. Lleva un par de bolsas de la compra en los brazos y

hace malabarismos con ellas en el intento de sacar las llaves del bolsillo del pantalón

mientras se dirige a la esquina en que está el coche.

En dirección contraria y de espaldas a nosotros, aparecen en el marco un hombre y un

adolescente. El hombre lleva un abrigo gris y un sombrero de fieltro. Lleva un bastón con

empuñadura de cabeza de lobo. El chico que va con él viste cazadora sport y vaqueros. Mike

va a cruzarse con ellos de camino al coche, pero al principio no se fija particularmente en la

pareja. Ha conseguido extraer las llaves; ahora trata de discernir por sobre las bolsas cuál es

la que abre la puerta. Entonces, justo cuando el hombre y el muchacho llegan a la altura de

Mike, escuchamos:

LINOGE (cantando): Soy una pequeña tetera, regordeta y certera…

CHICO (uniendo su voz): He aquí mi asa, he aquí mi ta​padera…

En el rostro de Mike se refleja el espanto del reconocimiento. Al volverse, las llaves se le

caen de entre los dedos y las bolsas se le escurren entre los brazos.

www.lectulandia.com - Página 445

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