11.05.2023 Views

La tormenta del siglo - Stephen King

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

135

Interior. Molly y Melinda en el estrado.

Continúan cara a cara, una frente casi contra la otra, paralizadas y con las manos, ahora

abiertas, tendidas ante sí. En la de Melinda está la séptima piedra blanca. En la de Molly está

la negra.

El rostro de Melinda se contrae en una reacción retardada. Se vuelve, cegada por las

lágrimas, y se dirige al borde del estrado.

MELINDA: ¡Pippa! Tu mami ya viene, cariño…

Trastabilla en la escalera y habría caído rodando de no ser por Hatch, que está ahí para

sujetarla. Melinda, histérica de puro alivio, ni siquiera se percata de ello. Se libera de los

brazos de su marido y se precipita por el pasillo central.

MELINDA: ¡Pippa, cariño! ¡Tranquila! ¡Tu mami ya vie​ne, tesoro, tu mami ya

viene!

Hatch se vuelve hacia Mike.

HATCH: Mike, yo…

Mike sólo le dirige una mirada, una mirada de odio puro y venenoso. «Tú has aprobado

todo esto, y me ha costado a mi hijo», dicen sus ojos. Hatch no puede soportarlo. Se

escabulle en pos de su mujer. Molly ha permanecido atónita durante toda esta escena,

mirando la piedra negra, pero sólo ahora empieza a comprender lo sucedido.

MOLLY: No. Oh, no. Esto no… no puede ser… Arroja la piedra y se vuelve hacia

Linoge.

MOLLY: ¡Es una broma! ¿O una prueba? Se trata de una prueba, ¿verdad? En

realidad no hablaba en serio…

Pero Linoge sí hablaba en serio, muy en serio, y Molly se percata de que es así.

www.lectulandia.com - Página 423

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!