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La tormenta del siglo - Stephen King

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Interior. Salón de actos. Noche.

Lenta, muy lentamente, los padres recorren el pasillo central: Jill, Úrsula, Jack, Linda,

Sandra, Henry y Me-linda. Molly Anderson va la última de la fila. Mira a Mike con expresión

suplicante.

MOLLY: Mike, por favor, trata de entender…

MIKE: ¿Quieres que te entienda? Entonces vuelve ahí atrás y siéntate junto a él.

Niégate a formar parte de esta obscenidad.

MOLLY: No puedo. Si sólo fueras capaz de ver…

Mike está mirando el suelo entre sus piernas. No quiere mirarla, no quiere ver nada de

aquello. Molly se da cuenta y continúa, apesadumbrada, hacia los peldaños. Los padres se

sitúan en una fila en el estrado. Linoge los observa con la benigna sonrisa de un dentista

asegurándole a un niño que no le dolerá, que no le dolerá en absoluto.

LINOGE: Es perfectamente simple. Cada uno extrae una piedra de la bolsa. El niño

cuyo padre o cuya madre haya extraído la piedra negra se viene conmigo. Para vivir

mucho tiempo… para re​correr mundo… y saber muchas cosas. ¿Seño​ra Robichaux?

¿Jill? ¿Quieres empezar, por favor?

Le ofrece la bolsa. Al principio parece que no vaya a hurgar en ella… o que sea incapaz

de hacerlo.

ANDY: Adelante, cariño… hazlo.

Ella le dirige una mirada angustiada y luego introduce una mano en la bolsa para hurgar

en ella y extraer el puño cerrado con fuerza en torno a una piedra. Parece a punto de

desmayarse.

LINOGE: ¿Señora Hatcher?

Melinda coge una piedra. Sandra es la siguiente en hacerlo. Tiende una mano hacia la

bolsa… pero la aparta de nuevo.

www.lectulandia.com - Página 417

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