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La tormenta del siglo - Stephen King

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HATCH: Mike, yo…

MIKE (sin siquiera mirarle): Cállate. Déjame en paz.

HATCH: Cuando hayas tenido ocasión de pensar en ello, lo comprenderás. Entrarás

en razón. Es lo úni​co que podemos hacer. ¿Qué otra opción nos queda? ¿Morir por

nuestros principios? ¿Todos y cada uno de nosotros? ¿Incluidos los que son

demasiado jóvenes para entender por qué tienen que morir? Es necesario que pienses

en ello.

Mike alza por fin la mirada.

MIKE: ¿Y si es Pippa quien resulta que se lleva Linoge?

Sigue un largo silencio mientras Hatch lo considera. Luego clava su mirada en la de

Mike.

HATCH: Me diré a mí mismo que murió siendo un bebé. Una muerte súbita en la

cuna, algo que nadie puede prever o evitar. Y lo creeré. Melinda y yo, ambos lo

creeremos.

Robbie da unos mazazos en el podio.

ROBBIE: Atención, atención… la moción se ha aceptado. ¿Vamos a darle o no al

señor Linoge lo que pide, siempre que cumpla con su promesa de dejarnos en paz?

Debéis pronunciaros, residentes

de Little Tall. Los que estén a favor, que lo expresen de la forma habitual.

Siguen unos momentos de tenso silencio, y entonces, al fondo de la estancia, Andy

Robichaux levanta la mano.

ANDY: Soy el padre de Harry, y voto sí.

JILL ROBICHAUX: Yo soy su madre, y también voto que sí.

HENRY: Carla y yo votamos sí.

Linda St. Pierre levanta la mano. También lo hace Sandra Beals y, en el podio, Robbie

alza la suya.

www.lectulandia.com - Página 412

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