La tormenta del siglo - Stephen King
Todos los isleños guardan silencio ahora y observan esperanzados. Andy ha cogido enbrazos a su hijo Ha-rry. Jill está junto a ellos. Un poco más allá, Jack sostiene a Bustermientras su esposa —la ahora demacrada y canosa Angie— besa al niño en la mejilla y lemurmura algo al oído.ANDY: Me parece que está… dormido.URSULA: Esto no es sueño; si estuviesen dormidos podríamos despertarles.FERD (que por fin se ha abierto paso entre la multitud): Entonces ¿de qué se trata?MIKE: No lo sé.Baja la mirada hacia el rostro sereno de Ralphie, como si tratara de averiguar qué pasatras los párpados cerrados del niño. La cámara sigue su mirada y va acercándose a la cara deRalphie, desde un plano medio a primer plano, y desde éste hasta un primerísimo plano.A medida que lo hace la imagen se va fundiendo lentamente.LINOGE (mirando hacia atrás): ¿Lo pasáis bien, niños?NIÑOS: ¡Sí!… ¡Estupendo!… ¡Esto es genial!54Exterior. Cielo azul y nubes blancas. Día.El cielo por encima de nosotros es de ese azul profundo y penetrante que sólo se vedesde un avión. Estamos a unos ocho mil metros de la superficie de la tierra. Justo debajo, aunos siete mil metros, vemos una nube que se extiende hasta formar una amplísima pista debaile en pleno cielo. De la nube se desprenden zarcillos que se disuelven en el inmenso azul.Aquí arriba todo está sereno e iluminado por el sol. Abajo, todavía con una fuerza de todoslos demonios, arrecia la tormenta del siglo. Una figura en forma de V se hace visible a travésde las nubes, grisácea contra el blanco de éstas. Es como observar un submarino quenavegara justo por debajo de la superficie, o un avión a punto de salir a cielo abierto. Dadanuestra situación, pensarán que se trata de un avión, pero no es así.La V emerge de las nubes. En el vértice vemos a Linoge, con su conocida vestimenta degorro, chaquetón marinero, téjanos y guantes amarillos. Ante él, abriendo camino cualwww.lectulandia.com - Página 352
estrella vespertina, se halla el bastón. Linoge extiende las manos a ambos lados. Aferrada auna de ellas está Pippa Hatcher; Ralphie Anderson se agarra a la otra. Asidos a las manos deambos niños están Heidi y Buster; de las manos de éstos se sujetan a su vez Sally y Don; ypor fin, cogidos a ellos y en últimos lugares van Harry y el pequeño Frank Bright. El airedespeja sus frentes. Sus ropas ondean. Se les ve totalmente extasiados.55Exterior. Primer plano de Linoge.Sus ojos son negros y están surcados de ondeantes vetas rojas. Cuando sonríe, muestrauna vez más los afilados colmillos. La sombra del bastón le hiende el rostro como unacicatriz. Los niños creen estar volando en compañía de un amigo fabuloso; nosotrossabemos la verdad: están en las garras de un monstruo.FUNDIDO EN NEGROwww.lectulandia.com - Página 353
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estrella vespertina, se halla el bastón. Linoge extiende las manos a ambos lados. Aferrada a
una de ellas está Pippa Hatcher; Ralphie Anderson se agarra a la otra. Asidos a las manos de
ambos niños están Heidi y Buster; de las manos de éstos se sujetan a su vez Sally y Don; y
por fin, cogidos a ellos y en últimos lugares van Harry y el pequeño Frank Bright. El aire
despeja sus frentes. Sus ropas ondean. Se les ve totalmente extasiados.
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Exterior. Primer plano de Linoge.
Sus ojos son negros y están surcados de ondeantes vetas rojas. Cuando sonríe, muestra
una vez más los afilados colmillos. La sombra del bastón le hiende el rostro como una
cicatriz. Los niños creen estar volando en compañía de un amigo fabuloso; nosotros
sabemos la verdad: están en las garras de un monstruo.
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