La tormenta del siglo - Stephen King

ylliasbell777
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Escuchamos el sonido amortiguado de la incesante bocina.En primer plano vemos a Molly Anderson sentada junto a Jack Carver en uno de losduros bancos del salón, tratando de calmarle. Al fondo se ha instalado el bufé, al que lagente acude en busca de café y tentempiés. Algunos observan comprensivos a Molly y Jack,pero no es el caso de Robbie Beals y su hijo Don. Ambos devoran donuts con ostensible faltade preocupación. Robbie se ha servido un café y Don sorbe una coca-cola.JACK: ¡Tengo que encontrarla!Intenta levantarse, pero Molly le sujeta un brazo y consigue retenerle por el momento.MOLLY: Ya sabes qué condiciones hay ahí fuera.JACK: ¡Quizá ande perdida por ahí, nutriéndose de frío en plena ventisca acincuenta metros del edi​ficio!MOLLY: Y si tú sales ahí, también te perderás. Si están cerca, les atraerá el sonidode la bocina. Igual que cuando hay niebla en el mar. Ya lo sabes.JACK: Voy a salir a ayudar a Ferd.MOLLY: Hatch ha dicho que…JACK: ¡Que Alton Hatcher no me diga lo que tengo que hacer! ¡Es mi mujer la queestá ahí fuera!Molly no puede detenerle esta vez, de modo que se levanta con él. Detrás de ellosvemos aparecer a Sandra procedente de las oficinas; mira alrededor y distingue a su maridoy su hijo.MOLLY: Ve hasta el todoterreno entonces, pero sólo has​ta allí. No se te ocurraalejarte por tu cuenta.Pero Jack no puede prometerle que no lo hará. Está completamente trastornado. Mollyle observa con tristeza recorrer el pasillo, y luego le sigue. Entretanto, Sandra mira alrededor.Todavía no ha visto a Molly.SANDRA (a Don): ¿Dónde está Ralphie?DON (masticando el donut): No lo sé.SANDRA: ¿No ha venido aquí arriba contigo?Molly llega a tiempo de oír la conversación y, por supuesto, se alarma de inmediato.www.lectulandia.com - Página 318

DON: No; está recogiendo con los demás. Papá, ¿puedo comerme otro donut?MOLLY (a Sandra): ¿No está abajo? ¿Quieres decir que no está con los demás?SANDRA (nerviosa): No le he visto… Cat se ha echado a llorar… ha dejado caer lataza y la ha roto…MOLLY: ¡Se suponía que los estabas vigilando!Sandra esboza una mueca. Lleva casada diez años con Robbie y está acostumbrada aacarrear con las culpas cuando algo sale mal.ROBBIE (con su habitual actitud de gallito): Oye, me pa​rece que ese tono no es…MOLLY (ignorándole): ¡Se suponía que los estabas vigi​lando! (se precipita haciala escalera) ¡Ralphie! ¡Ralphie!Mike se ha parado ante el monigote del porche, burla de Hatch a expensas de RobbieBeals. El muñeco está ahora enterrado en la nieve casi por completo, pero aunque el rostroestá cubierto de copos y aún va ataviado con el impermeable de langostero, advertimos queno se trata de la misma figura.Mike aparta la nieve del rostro. Es la señora Kingsbury. Está totalmente congelada. Kirkla observa consternado mientras Mike hunde una mano en la nieve junto al cuello de lamujer y extrae un nuevo letrero de broma, sólo que esta vez la broma va dirigida a ellos,DADME LO QUE QUIERO Y ME MARCHARÉ, reza.Los dos hombres intercambian una mirada, horrorizados.7Exterior. Supermercado de la isla. Tarde.Los hombres se hallan junto al coche oruga pasándole las cajas cargadas a Mike, que lasva depositando en la parte trasera. Mike habla a gritos para hacerse oír sobre la tormenta trascargar la última caja.MIKE: ¡Un viaje más! ¡Sonny, tú y Henry ocupaos del pan y los bollos! ¡Está todowww.lectulandia.com - Página 319

Escuchamos el sonido amortiguado de la incesante bocina.

En primer plano vemos a Molly Anderson sentada junto a Jack Carver en uno de los

duros bancos del salón, tratando de calmarle. Al fondo se ha instalado el bufé, al que la

gente acude en busca de café y tentempiés. Algunos observan comprensivos a Molly y Jack,

pero no es el caso de Robbie Beals y su hijo Don. Ambos devoran donuts con ostensible falta

de preocupación. Robbie se ha servido un café y Don sorbe una coca-cola.

JACK: ¡Tengo que encontrarla!

Intenta levantarse, pero Molly le sujeta un brazo y consigue retenerle por el momento.

MOLLY: Ya sabes qué condiciones hay ahí fuera.

JACK: ¡Quizá ande perdida por ahí, nutriéndose de frío en plena ventisca a

cincuenta metros del edi​ficio!

MOLLY: Y si tú sales ahí, también te perderás. Si están cerca, les atraerá el sonido

de la bocina. Igual que cuando hay niebla en el mar. Ya lo sabes.

JACK: Voy a salir a ayudar a Ferd.

MOLLY: Hatch ha dicho que…

JACK: ¡Que Alton Hatcher no me diga lo que tengo que hacer! ¡Es mi mujer la que

está ahí fuera!

Molly no puede detenerle esta vez, de modo que se levanta con él. Detrás de ellos

vemos aparecer a Sandra procedente de las oficinas; mira alrededor y distingue a su marido

y su hijo.

MOLLY: Ve hasta el todoterreno entonces, pero sólo has​ta allí. No se te ocurra

alejarte por tu cuenta.

Pero Jack no puede prometerle que no lo hará. Está completamente trastornado. Molly

le observa con tristeza recorrer el pasillo, y luego le sigue. Entretanto, Sandra mira alrededor.

Todavía no ha visto a Molly.

SANDRA (a Don): ¿Dónde está Ralphie?

DON (masticando el donut): No lo sé.

SANDRA: ¿No ha venido aquí arriba contigo?

Molly llega a tiempo de oír la conversación y, por supuesto, se alarma de inmediato.

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