11.05.2023 Views

La tormenta del siglo - Stephen King

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

137

Interior. Cuartel de policía.

Los cuatro hombres y las dos mujeres contemplan a Linoge entre sorprendidos y

perplejos. Éste realiza el mímico gesto de embadurnarse la cara de crema.

LINOGE (cantando): Soy una pequeña tetera, regordeta y certera.

HENRY BRIGHT: Está absolutamente loco. Tiene que es​tarlo.

138

Interior. Junto al mostrador de la carnicería del supermercado, con

Mike y Hatch.

La zona está sumida en tenebrosas sombras; la única iluminación procede de los

fluorescentes del mostrador de carnes.

MIKE: Te voy a dejar al mando aquí durante un rato.

HATCH: Oh, Mike, lo cierto es que desearía que no lo hicieras…

MIKE: Sólo por un rato. Quiero llevarme a las mujeres de vuelta al ayuntamiento

en el todoterreno mien​tras aún pueda hacerlo; asegurarme de que Molly está bien, y

que ella compruebe que yo lo estoy; darle un beso a Ralphie. Y luego me​teré en el

furgón a cualquier hombre que ten​ga aspecto de resultarnos útil y regresaré aquí. Le

vigilaremos por grupos de tres o cuatro hasta que pase la tormenta. O en grupos de

cinco, si es lo que hace falta para sentirnos tranquilos.

HATCH: No volveré a sentirme tranquilo hasta que esté en la cárcel del condado en

Derry.

MIKE: Sé a qué te refieres.

HATCH: Lo de Cat Withers… no puedo creerlo, Mike. Cat no le haría daño a Billy.

MIKE: Yo opino lo mismo.

HATCH: ¿Quién mantiene prisionero a quién aquí? ¿Lo sabes con seguridad?

www.lectulandia.com - Página 242

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!