La tormenta del siglo - Stephen King

ylliasbell777
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Exterior. Plano angular del cobertizo de provisiones. Noche.Cat aún se mira las manos, pero sus ojos comienzan a reflejar plena conciencia de losucedido. Su mirada va del bastón ensangrentado a sus guantes manchados de sangre… denuevo al bastón… de vuelta a los guantes… para perderse por fin en la tormenta. Depronto abre desmesuradamente la boca y profiere un agudo chillido.92Interior. Cocina del ayuntamiento. Noche.Joanna, quien casualmente está lavando cazos en el fregadero cercano a la puertatrasera, alza la mirada y frunce el entrecejo. Las demás mujeres prosiguen con sus tareas.JOANNA: ¿Habéis oído algo?CORA: Sólo el viento.JOANNA: Ha sonado como un grito.CORA (con exagerado tono de paciencia): Así es como suena está noche el viento,querida. Joanna, que está bastante harta de su suegra, se dirige a la señora Kingsbury.JOANNA: ¿Ha regresado la muchacha del supermercado? No, ¿verdad?SEÑORA KINGSBURY: No, por aquí no…CORA: Imagino que tenían cosas que discutir, Joanna.Le dirige una mirada maliciosa, que acompaña con el gesto más obsceno queprobablemente aceptarían en televisión (o quizá sea demasiado obsceno): la anciana formaun círculo con el índice y el pulgar de una mano y da unos golpecitos en él con el índice dela otra, sonriendo mientras lo hace.Joanna la mira con expresión de desagrado, para luego dirigirse a coger una parca delperchero del rincón. Le queda grande, pero se sube igualmente la cremallera.www.lectulandia.com - Página 218

CORA: Mi madre solía decir: «Por la cerradura mira lo justo si no quieres llevarteun disgusto.»JOANNA: Me ha parecido un grito.CORA: No seas ridicula.JOANNA: Cállese ya, madre.Cora se queda perpleja. La señora Kingsbury está sorprendida, pero agradablemente; lavemos contener el impulso de exclamar «¡Bien dicho!» Joanna, que sabe reconocer un buencomentario cuando lo hace, aprovecha para ceñirse la capucha forrada de la parca y salir porla puerta trasera a la inhóspita oscuridad.93Interior. Nuevo plano del sótano del ayuntamiento, con Molly.Observa a Úrsula hablar con Lucien, quien ha dejado de toquetear la antena y la escuchaatentamente. En la borrosa pantalla del televisor vemos un mapa de Maine. La mayor partese ha coloreado de rojo y luce la palabra «emergencia» en grandes letras mayúsculas.También vemos escrito: «De uno a dos metros de nieve acompañados de violentasventiscas.»HOMBRE DEL TIEMPO: Si se hallan ustedes en una zona periférica, nuestro consejoes que se queden donde están incluso aunque se hayan quedado sin electricidad y notengan calefacción. Esta noche su necesidad primordial es disponer de refugio. Si sehalla usted en un refugio, no lo deje. Abrigúese bien, comparta sus alimentos, y susenergías. Si ha habido una noche en que uno debiera demostrar que es un buenvecino, es ésta. En el Maine central y costero tenemos esta noche una situación deemergencia a cau​sa de la nevada; repito, en la costa y en las re​giones centrales, lasituación es de emergencia.Johnny Harriman y Joñas Stanhope descienden la escalera del sótano llevando grandesbandejas de pastelillos y galletas. Tras ellos aparece Annie Huston, que lleva un termo decafé de tamaño industrial. Molly, aún muy preocupada, se hace a un lado para dejarles pasar.Está observando atentamente a Úrsula y Lucien, que todavía conversan.www.lectulandia.com - Página 219

Exterior. Plano angular del cobertizo de provisiones. Noche.

Cat aún se mira las manos, pero sus ojos comienzan a reflejar plena conciencia de lo

sucedido. Su mirada va del bastón ensangrentado a sus guantes manchados de sangre… de

nuevo al bastón… de vuelta a los guantes… para perderse por fin en la tormenta. De

pronto abre desmesuradamente la boca y profiere un agudo chillido.

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Interior. Cocina del ayuntamiento. Noche.

Joanna, quien casualmente está lavando cazos en el fregadero cercano a la puerta

trasera, alza la mirada y frunce el entrecejo. Las demás mujeres prosiguen con sus tareas.

JOANNA: ¿Habéis oído algo?

CORA: Sólo el viento.

JOANNA: Ha sonado como un grito.

CORA (con exagerado tono de paciencia): Así es como suena está noche el viento,

querida. Joanna, que está bastante harta de su suegra, se dirige a la señora Kingsbury.

JOANNA: ¿Ha regresado la muchacha del supermercado? No, ¿verdad?

SEÑORA KINGSBURY: No, por aquí no…

CORA: Imagino que tenían cosas que discutir, Joanna.

Le dirige una mirada maliciosa, que acompaña con el gesto más obsceno que

probablemente aceptarían en televisión (o quizá sea demasiado obsceno): la anciana forma

un círculo con el índice y el pulgar de una mano y da unos golpecitos en él con el índice de

la otra, sonriendo mientras lo hace.

Joanna la mira con expresión de desagrado, para luego dirigirse a coger una parca del

perchero del rincón. Le queda grande, pero se sube igualmente la cremallera.

www.lectulandia.com - Página 218

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