11.05.2023 Views

La tormenta del siglo - Stephen King

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAT: No lo entiendo… yo nunca te dije que no. No me negué ni una sola vez… y

aun así… Billy, ¿cuántas veces al día vas caliente?

BILLY: ¿Qué tiene eso que ver con nuestro bebé? ¿Ese de cuya existencia tuve que

enterarme por un ex​traño y delante de la mitad del pueblo?

CAT: Sabía con quién te habías liado, ¿es que no lo en​tiendes? ¿Cómo iba a

confiar en que harías lo correcto? ¿Cómo iba a confiar en ti para nada?

Billy no contesta. Su rostro expresa dureza y obstinación. Si hay algo de verdad en lo

que Cat ha dicho, Billy es incapaz de verlo. De hecho, no quiere verlo.

CAT: ¿Sabes cómo se siente una al descubrir que está embarazada y a la semana

siguiente enterarse de que su novio pasa las tardes con la fulana del pueblo?

Cat está ahora justo ante él, gritándole a la cara.

BILLY (gritando a su vez): ¡Ese bebé también era mío! ¡Te fuiste a Derry y te

deshiciste de él, y tam​bién era mío!

CAT (con tono burlón): Sí, claro. Ahora que ya no está resulta que también era

tuyo.

61

Interior. Cuartel de policía. Noche.

Los cinco hombres, Mike, Hatch, Kirk, Jack y Robbie, están reunidos en torno al

escritorio. Mike trata de contactar por radio con la policía estatal en Machias. Hatch está

mirando a Mike, pero los demás no consiguen apartar los ojos de Linoge.

De pronto el prisionero se incorpora y abre desmesuradamente los ojos. Jack le da un

codazo a Mike para llamar su atención al respecto. Entretanto, Linoge tiende una mano con

el índice señalando hacia abajo. Lo hace girar en el aire.

www.lectulandia.com - Página 203

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!