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La tormenta del siglo - Stephen King

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CAT: Billy, yo…

BILLY: ¿Es cierto lo que ha dicho ese tipo? ¿Fuiste a abortar a Derry?

Cat no dice nada, lo cual es respuesta suficiente.

BILLY: Me parece que no hay nada más que hablar, ¿no crees? Me parece que con

eso está todo dicho.

Se vuelve y se aleja deliberadamente de ella para rebuscar de nuevo en las estanterías.

Cat reacciona con rabia y frustración y entra en el cobertizo pasando sobre el carretón a

medio cargar para llegar hasta Billy.

CAT: ¿No quieres saber por qué lo hice?

BILLY: No especialmente. Era nuestro, o al menos su​pongo que lo era, y está

muerto. Creo que es todo cuanto preciso saber.

Cat está más furiosa que nunca. Olvida que su intención era salvar la relación, no

destruirla. Aunque tal vez su reacción nos resulte comprensible dada la actitud de Billy.

CAT: Tú ya has preguntado; ahora me toca a mí. ¿Qué me dices de Jenna

Freeman?

Su voz ha adquirido un tono de desafío. Las manos de Billy se quedan inmóviles sobre

las latas que estaba clasificando. Se trata de grandes latas de hostelería de zumo de manzana.

En cada etiqueta se lee «Lo mejor de Mc-Call» sobre el dibujo de una suculenta manzana.

Bajo la manzana vemos las palabras: «Calidad superior.» Billy se vuelve hacia Cat con

expresión de amenaza.

BILLY: ¿Por qué lo preguntas si ya lo sabes?

CAT: Quizá para borrarte de la cara esa expresión de santurrón. Pues sí, lo sabía.

La mayor de las golfas de toda la costa, y la perseguías como si ella fuera fuego y tú

bombero.

BILLY: La cosa no era exactamente así.

CAT: ¿Cómo era, entonces? Dímelo.

Billy no responde. Ahora está de espaldas a la estantería; pero evita mirar a Cat a los

ojos.

www.lectulandia.com - Página 202

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