After - Anna Todd

02.05.2023 Views

tocado de verdad.Sus palabras reavivan un fuego ahora familiar que me recorre todo el cuerpo.—Eso no es asunto tuyo —digo, y retrocedo.Cuando lo hago, él avanza tres pasos hacia mí.—No tienes ni idea de lo bien que puedo hacerte sentir —añade, y sofoco ungrito.¿Cómo puede pasar de gritarme a esto? Y ¿por qué me gusta tanto que lohaga? Me quedo sin palabras. El tono y las sucias palabras de Hardin me vuelvendébil y vulnerable, y me confunden. Estoy atrapada en la boca del lobo.—No hace falta que lo admitas. Lo sé —dice con una voz cargada dearrogancia.Pero lo único que puedo hacer es negar con la cabeza. Su sonrisa seintensifica y y o me apoy o de manera instintiva contra la pared. Avanza otro pasohacia mí, y respiro profundamente, esperanzada. Otra vez, no.—Se te ha acelerado el pulso, ¿verdad? Y tienes la boca seca. Piensas en mí ynotas eso… ahí abajo. ¿Verdad, Theresa?Todo lo que dice es cierto, y cuanto más me habla así, más lo deseo. Esextraño anhelar y detestar a alguien al mismo tiempo. La atracción que siento esabsolutamente física, lo que me sorprende teniendo en cuenta lo poco que separece a Noah. No recuerdo haberme sentido atraída nunca antes por nadie queno fuera él.Sé que, si no digo nada ahora, él ganará. No quiero que tenga esta influenciasobre mí, y que encima se salga con la suya.—Te equivocas —farfullo.Pero él sonríe, e incluso eso hace que sienta chispas en mi interior.—Yo nunca me equivoco —dice—, no en esto.Doy un paso a un lado antes de que me acorrale por completo contra lapared.—¿Por qué no paras de decir que me lanzo a tus brazos si eres tú el que mearrincona ahora? —pregunto cuando la ira supera la lujuria que siento por esteexasperante chico tatuado.—Porque fuiste tú quien hizo el primer movimiento. No me malinterpretes, amí me sorprendió tanto como a ti.—Estaba borracha y había sido una noche muy larga, como bien sabes.Estaba confundida porque estabas siendo amable conmigo; bueno, tu versión deser amable.Paso por su lado y me siento en el bordillo para alejarme. Hablar con élresulta agotador.—Yo no soy mezquino contigo —dice acercándose a mí de nuevo, pero suenamás a pregunta que a afirmación.—Sí que lo eres. Te pasas mucho conmigo. Bueno, en realidad te pasas con

todo el mundo. Pero parece que conmigo te ensañas.No puedo creer que esté siendo tan sincera con él. Sé que es cuestión deminutos que esto se vuelva en mi contra.—Eso no es verdad. No soy peor contigo que con el resto de la población.Me levanto. Sabía que no podía tener una conversación normal con él.—¡No sé por qué sigo malgastando el tiempo contigo! —grito, y echo a andarhacia el camino principal y el césped.—Venga, perdona. Vuelve aquí.Gruño, pero mis pies reaccionan antes que mi cerebro y acabo a tan sólounos pasos de él.Se sienta en el bordillo donde estaba y o hace un momento.—Siéntate —me ordena.Y lo hago.—Estás demasiado lejos —dice, y pongo los ojos en blanco—. ¿No confías enmí?—No, claro que no. ¿Por qué iba a hacerlo?Su rostro se ensombrece ligeramente ante la crudeza de mis palabras, pero serecupera enseguida. « ¿Qué más le da si confío en él o no?»—¿Podemos decidir ya si vamos a mantenernos alejados el uno del otro o aser amigos? No quiero seguir peleándome contigo —suspiro.Hardin se acerca un poco a mí e inspira hondo antes de hablar.—Yo no quiero mantenerme alejado de ti —dice.« ¿Qué?» El corazón se me sale del pecho.—Me refiero a que no creo que podamos mantenernos alejados el uno delotro, porque una de mis mejores amigas es tu compañera de cuarto y todo eso.Así que supongo que tendremos que intentar ser amigos.Me siento decepcionada a cuento de nada, pero eso es lo que quiero, ¿no? Nopuedo seguir besando a Hardin y engañando a Noah.—Vale, entonces ¿amigos? —digo dejando a un lado ese sentimiento.—Amigos —conviene él, y me ofrece la mano.—Pero amigos sin derecho a roce —especifico mientras se la estrecho, ysiento cómo me ruborizo.Suelta una carcajada y se lleva la mano a la ceja para juguetear con supiercing.—¿Por qué dices eso?—Como si no lo supieras… Steph me lo ha contado.—¿Lo que pasó entre nosotros?—Sí, y lo que pasa contigo y con todas las demás chicas. —Intento fingir unarisa, pero me sale una especie de tos, de modo que toso un poco más paraintentar que no se note.Él enarca las cejas como si no entendiera de qué le estoy hablando, pero

todo el mundo. Pero parece que conmigo te ensañas.

No puedo creer que esté siendo tan sincera con él. Sé que es cuestión de

minutos que esto se vuelva en mi contra.

—Eso no es verdad. No soy peor contigo que con el resto de la población.

Me levanto. Sabía que no podía tener una conversación normal con él.

—¡No sé por qué sigo malgastando el tiempo contigo! —grito, y echo a andar

hacia el camino principal y el césped.

—Venga, perdona. Vuelve aquí.

Gruño, pero mis pies reaccionan antes que mi cerebro y acabo a tan sólo

unos pasos de él.

Se sienta en el bordillo donde estaba y o hace un momento.

—Siéntate —me ordena.

Y lo hago.

—Estás demasiado lejos —dice, y pongo los ojos en blanco—. ¿No confías en

mí?

—No, claro que no. ¿Por qué iba a hacerlo?

Su rostro se ensombrece ligeramente ante la crudeza de mis palabras, pero se

recupera enseguida. « ¿Qué más le da si confío en él o no?»

—¿Podemos decidir ya si vamos a mantenernos alejados el uno del otro o a

ser amigos? No quiero seguir peleándome contigo —suspiro.

Hardin se acerca un poco a mí e inspira hondo antes de hablar.

—Yo no quiero mantenerme alejado de ti —dice.

« ¿Qué?» El corazón se me sale del pecho.

—Me refiero a que no creo que podamos mantenernos alejados el uno del

otro, porque una de mis mejores amigas es tu compañera de cuarto y todo eso.

Así que supongo que tendremos que intentar ser amigos.

Me siento decepcionada a cuento de nada, pero eso es lo que quiero, ¿no? No

puedo seguir besando a Hardin y engañando a Noah.

—Vale, entonces ¿amigos? —digo dejando a un lado ese sentimiento.

—Amigos —conviene él, y me ofrece la mano.

—Pero amigos sin derecho a roce —especifico mientras se la estrecho, y

siento cómo me ruborizo.

Suelta una carcajada y se lleva la mano a la ceja para juguetear con su

piercing.

—¿Por qué dices eso?

—Como si no lo supieras… Steph me lo ha contado.

—¿Lo que pasó entre nosotros?

—Sí, y lo que pasa contigo y con todas las demás chicas. —Intento fingir una

risa, pero me sale una especie de tos, de modo que toso un poco más para

intentar que no se note.

Él enarca las cejas como si no entendiera de qué le estoy hablando, pero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!