After - Anna Todd
CAPÍTULO 16—Desafío —responde Hardin antes de que llegue a preguntarle qué opción elige.Sus ojos verdes me atraviesan con una intensidad que me dice que soy y o laque está en un compromiso, soy yo la que tiene el desafío de hacer algo.Y titubeo, porque no tenía nada pensado ni esperaba esa reacción. ¿A quédebería retarlo? Sé que hará lo que sea, sólo por quedar como un gallito.—Hum… ¿A que no te atreves a…?—¿A qué? —inquiere con impaciencia.Casi lo reto a decir algo agradable de cada una de las personas queconformamos el grupo, pero al final lo descarto, por muy divertido que hubiesesido.—¡A quitarte la camiseta y no volver a ponértela durante el resto del juego!—grita Molly.Yo me alegro, y no porque Hardin vaya a quitarse la camiseta, por supuesto,sino porque no se me ocurría nada y así no tengo la presión de tener que pedirleque haga algo.—Qué infantil —protesta él, pero se quita la camiseta por la cabeza.Sin pretenderlo, mis ojos van directos a su largo torso y se centran en eltatuaje negro que se extiende por su piel sorprendentemente bronceada. Debajode las aves de su pecho lleva tatuado un árbol grande dibujado en el estómago,con las ramas desnudas y un aire fantasmagórico. En los antebrazos tienemuchos más tatuajes de los que esperaba. Imágenes e iconos pequeños queaparentemente no guardan relación unos con otros cubren sus hombros y suscaderas. Steph me da un codazo y yo aparto la vista de él al tiempo que rezo paraque nadie me haya visto mirarlo.El juego continúa. Molly besa a Tristan y a Zed. Steph nos habla sobre suprimera vez. Nate besa a otra chica.¿Cómo he acabado en este grupo de macarras inadaptados con las hormonasa flor de piel?—Tessa, ¿verdad o desafío? —pregunta Tristan.—¿Para qué preguntas?… Todos sabemos que va a decir verdad —empiezaHardin.—Desafío —respondo para su sorpresa y también para la mía propia.—Hum… Tessa…, ¿a que no te atreves… a beber un trago de vodka? —meprovoca Tristan sonriendo.—No bebo alcohol.
—Por eso es un reto.—Oye, si no quieres hacerlo… —empieza a decir Nate, pero al levantar lavista veo a Hardin y a Molly riéndose a mi costa.—Vale, sólo un trago —accedo.Imagino que Hardin seguirá mirándome con desprecio ante mi respuestapero, cuando nuestras miradas se encuentran, veo que tiene una expresiónextraña.Alguien me pasa la botella de vodka blanco, y cometo el error deacercármela para oler el hediondo líquido. Me arden las fosas nasales. Arrugo lanariz e intento pasar por alto las risitas que oigo detrás de mí. Trato de no pensaren todas las bocas que han pasado por esta botella antes que la mía. La levanto yle doy un trago. La bebida me abrasa todo, desde la lengua hasta el estómago,pero consigo tragármela. Sabe horriblemente mal. El grupo aplaude y se ríe unpoco. Todos excepto Hardin. Si no lo conociera, pensaría que está enfadado odecepcionado. Es un chico muy extraño.Al cabo de un rato, siento el calor en mis mejillas, y algo más tarde, lapequeña cantidad de alcohol en mis venas que crece con cada ronda en la queme desafían a dar otro trago. Yo cedo, y he de admitir que me siento bastanterelajada para variar. Me siento bien. Todo aparenta ser más fácil. La gente a mialrededor me parece más divertida que antes.—Lo mismo de antes —dice Zed, riendo, y le da un trago a la botella antes depasármela a mí por quinta vez.Ni siquiera recuerdo los besos, las verdades y los desafíos que han tenidolugar durante las últimas rondas. Esta vez doy un par de buenos tragos al vodka,hasta que me quitan la botella de las manos.—Creo que y a has bebido suficiente —dice Hardin, y le pasa la botella aNate, que bebe un sorbo.¿Quién diablos es Hardin Scott para decirme si he bebido suficiente o no?Todos los demás están bebiendo, así que y o también puedo. Le quito la botella aNate y me la llevo a los labios de nuevo, no sin antes dirigirle a Hardin unasonrisa de suficiencia.—No me puedo creer que no te hay as emborrachado nunca, Tessa. Esdivertido, ¿verdad? —pregunta Zed, y yo suelto unas risitas.Me vienen a la cabeza los discursos de mi madre acerca de ser responsable,pero los descarto. Es sólo una noche.—Hardin, ¿verdad o desafío? —pregunta Molly.Él responde desafío, cómo no.—¿A que no te atreves… a besar a Tessa? —dice ella, y le regala una falsasonrisa.Hardin abre unos ojos como platos y, aunque el alcohol hace que todo meparezca más emocionante, tengo ganas de salir huy endo.
- Page 2 and 3: Libro proporcionado por el equipoLe
- Page 4 and 5: Anna ToddAfterAfter - 1
- Page 6 and 7: NOTA DEL EDITORDescubre la aplicaci
- Page 8 and 9: CAPÍTULO 1Mi despertador está pro
- Page 10 and 11: habérmelo rizado como a ella le gu
- Page 12 and 13: Sus tacones son extremadamente alto
- Page 14 and 15: CAPÍTULO 3Una hora después, tras
- Page 16 and 17: cortina. El agua tarda demasiado ti
- Page 18 and 19: mejillas mientras continúa destern
- Page 20 and 21: CAPÍTULO 5Siento un gran alivio cu
- Page 22 and 23: CAPÍTULO 6Más tarde, una vez que
- Page 24 and 25: CAPÍTULO 7Hardin y a ha entrado en
- Page 26 and 27: CAPÍTULO 8La chica se vuelve y me
- Page 28 and 29: CAPÍTULO 9Por fin, después de pre
- Page 30 and 31: —Nate ha dicho que trajésemos a
- Page 32 and 33: CAPÍTULO 10Cuando llego a la escal
- Page 34 and 35: CAPÍTULO 11Al observar esos magní
- Page 36 and 37: CAPÍTULO 12Al despertarme necesito
- Page 38 and 39: CAPÍTULO 13El resto del fin de sem
- Page 40 and 41: salimos, y él coincide.Sin embargo
- Page 42 and 43: esta última semana, pero es que lo
- Page 44 and 45: —Venga, vente —dice Steph—. T
- Page 46 and 47: Molly desaparece en cuanto llegamos
- Page 50 and 51: —No, tengo novio —replico, y to
- Page 52 and 53: CAPÍTULO 17Hardin me mira. Es una
- Page 54 and 55: entonces el agua impacta contra el
- Page 56 and 57: Me levanto y lo empujo para pasar,
- Page 58 and 59: —No voy a hacerte daño… Sólo
- Page 60 and 61: CAPÍTULO 19No tengo ni idea de qu
- Page 62 and 63: muro de piedra y enciendo el móvil
- Page 64 and 65: de que no había bebido alcohol?—
- Page 66 and 67: todo. Se vuelve hacia Hardin y dice
- Page 68 and 69: CAPÍTULO 21El desayuno con Noah y
- Page 70 and 71: teniéndolo largo, pero el nuevo co
- Page 72 and 73: Tiro del brazo de Landon.—Bien. B
- Page 74 and 75: —¿Te pones la alarma para asegur
- Page 76 and 77: haya visto todos los tipos de sujet
- Page 78 and 79: echo a reír y espero que al menos
- Page 80 and 81: más mínimo.—No es cierto que la
- Page 82 and 83: tocado de verdad.Sus palabras reavi
- Page 84 and 85: decido pasarlo por alto.—Bueno, l
- Page 86 and 87: CAPÍTULO 24Intento estudiar al vol
- Page 88 and 89: Regreso a mi habitación y me encue
- Page 90 and 91: —¿Te importaría bajar el volume
- Page 92 and 93: CAPÍTULO 25Nos desviamos por una c
- Page 94 and 95: reír—. Quítate al menos los zap
- Page 96 and 97: Sacude su cabeza mojada y se lanza
—Por eso es un reto.
—Oye, si no quieres hacerlo… —empieza a decir Nate, pero al levantar la
vista veo a Hardin y a Molly riéndose a mi costa.
—Vale, sólo un trago —accedo.
Imagino que Hardin seguirá mirándome con desprecio ante mi respuesta
pero, cuando nuestras miradas se encuentran, veo que tiene una expresión
extraña.
Alguien me pasa la botella de vodka blanco, y cometo el error de
acercármela para oler el hediondo líquido. Me arden las fosas nasales. Arrugo la
nariz e intento pasar por alto las risitas que oigo detrás de mí. Trato de no pensar
en todas las bocas que han pasado por esta botella antes que la mía. La levanto y
le doy un trago. La bebida me abrasa todo, desde la lengua hasta el estómago,
pero consigo tragármela. Sabe horriblemente mal. El grupo aplaude y se ríe un
poco. Todos excepto Hardin. Si no lo conociera, pensaría que está enfadado o
decepcionado. Es un chico muy extraño.
Al cabo de un rato, siento el calor en mis mejillas, y algo más tarde, la
pequeña cantidad de alcohol en mis venas que crece con cada ronda en la que
me desafían a dar otro trago. Yo cedo, y he de admitir que me siento bastante
relajada para variar. Me siento bien. Todo aparenta ser más fácil. La gente a mi
alrededor me parece más divertida que antes.
—Lo mismo de antes —dice Zed, riendo, y le da un trago a la botella antes de
pasármela a mí por quinta vez.
Ni siquiera recuerdo los besos, las verdades y los desafíos que han tenido
lugar durante las últimas rondas. Esta vez doy un par de buenos tragos al vodka,
hasta que me quitan la botella de las manos.
—Creo que y a has bebido suficiente —dice Hardin, y le pasa la botella a
Nate, que bebe un sorbo.
¿Quién diablos es Hardin Scott para decirme si he bebido suficiente o no?
Todos los demás están bebiendo, así que y o también puedo. Le quito la botella a
Nate y me la llevo a los labios de nuevo, no sin antes dirigirle a Hardin una
sonrisa de suficiencia.
—No me puedo creer que no te hay as emborrachado nunca, Tessa. Es
divertido, ¿verdad? —pregunta Zed, y yo suelto unas risitas.
Me vienen a la cabeza los discursos de mi madre acerca de ser responsable,
pero los descarto. Es sólo una noche.
—Hardin, ¿verdad o desafío? —pregunta Molly.
Él responde desafío, cómo no.
—¿A que no te atreves… a besar a Tessa? —dice ella, y le regala una falsa
sonrisa.
Hardin abre unos ojos como platos y, aunque el alcohol hace que todo me
parezca más emocionante, tengo ganas de salir huy endo.