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After - Anna Todd

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Abro la boca para gritarle pero entonces veo que Hardin está saliendo del bar.

Miro al que creía que era el amor de mi vida, al hombre que creía que iba a

hacer que todos los días fueran especiales, salvajes, libres. Y luego miro a Zed.

—Está bien —le digo.

El clic del cierre centralizado del coche de Zed me dice que y a puedo subir,

y rápido. En cuanto Hardin se da cuenta de que me voy con él, echa a correr

hacia el coche. Su rostro se contorsiona de la rabia y, por el bien de Zed, espero

que se meta en el coche antes de que Hardin nos alcance.

Zed se sienta tras el volante y arranca. Hardin hinca las rodillas en el suelo

por segunda vez esta noche.

—Perdóname, Tessa. No tenía ni idea de que se nos iba a ir tanto de las

manos… —empieza a decir Zed, pero lo corto.

—No me hables.

No puedo soportarlo más. No quiero oír nada más. Se me revuelve el

estómago y el dolor de la traición de Hardin me desgarra por dentro y me

debilita por segundos. Estoy segura de que si Zed dice una sola palabra no

quedará nada de mí. Necesito saber por qué Hardin ha hecho lo que ha hecho,

pero me aterra pensar lo que puede pasar si escucho hasta el último detalle. No

he sentido nunca un dolor como éste y no sé muy bien qué hacer con él, si es que

puedo hacer algo.

Zed asiente y conduce en silencio.

Pienso en Hardin, en Molly, en Jace y en toda la pandilla, y entonces algo

cambia. Algo me hace más valiente.

—¿Sabes qué? —digo volviéndome hacia él—. Habla. Cuéntamelo todo.

Hasta el último detalle.

Zed estudia mis ojos un momento con expresión preocupada. Luego se da

cuenta de que no tiene elección y dice en voz baja mientras nos metemos en la

autopista:

—De acuerdo.

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