02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¿Te parece bien? —Me destapo un poco la cara.

—Por supuesto. Es tu madre, Tessa.

Le lanzo una mirada inquisitiva, dado lo mal que se lleva él con su padre.

Pero cuando comprendo que lo dice en serio, recuerdo que está dispuesto a

intentar arreglar las cosas con sus padres. Yo también debería ser valiente.

—Voy a llamarla —digo.

Me quedo un rato mirando el móvil antes de respirar hondo y marcar su

número. Está tensa y habla muy deprisa. Sé que se está conteniendo para cuando

me tenga cara a cara. No le doy detalles del apartamento ni le cuento que vivo

aquí. Sólo le digo que me encontrará en esta dirección y cuelgo todo lo deprisa

que puedo.

Instintivamente, salto de la cama y me pongo a ordenar la casa.

—El apartamento está limpio. Apenas hemos tocado nada —dice Hardin.

—Lo sé —contesto—. Pero así me siento mejor.

Después de doblar y guardar la ropa que había en el suelo, enciendo una vela

en la sala de estar y espero a que aparezca mi madre sentada a la mesa con

Hardin. No debería estar tan nerviosa, soy una adulta y tomo mis propias

decisiones, pero la conozco y sé que le va a dar algo. Ya tengo las emociones a

flor de piel gracias a la breve visita al pasado de Hardin de hace una hora, y no

sé si estoy en condiciones de enzarzarme en una batalla campal con mi madre

esta noche. Miro el reloj. Ya son las ocho. Con suerte no se quedará mucho, y

Hardin y y o podremos acostarnos pronto y abrazarnos mientras ambos

intentamos lidiar con la familia que nos ha tocado en suerte.

—¿Quieres que me quede o prefieres que os dé tiempo para hablar de

vuestras cosas? —me pregunta al cabo de un rato.

—Creo que deberíamos estar un tiempo a solas —le respondo.

Por mucho que y o quiera tenerlo a mi lado, sé que mi madre se pondrá

hecha un basilisco si lo ve.

—Espera… —digo—. Acabo de acordarme de algo que ha dicho Noah. Me

ha comentado que el último recibo de la residencia ya estaba pagado. —Miro a

Hardin con una ceja enarcada.

—Sí, ¿y?

—¡No me digas que lo has pagado tú! —exclamo. No estoy cabreada, sólo

molesta y sorprendida.

—¿Y? —Se encoge de hombros.

—Hardin, tienes que dejar de gastarte el dinero en mí. Me hace sentir

incómoda.

—No veo dónde está el problema. Tampoco era tanto —me discute.

—¿Es que eres rico o algo así? ¿Traficas con drogas?

—No, sólo es que tenía mucho dinero ahorrado que no me gastaba en nada.

El año pasado no gasté en alojamiento, con lo que las pagas se iban acumulando.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!