02.05.2023 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CAPÍTULO 82

Cuando llegamos a la residencia me desplomo sobre la cama. Sigo enfadada con

Hardin, aunque no tanto como antes. No quiero que Jace me preste más atención

que la justa y necesaria, pero conocerlo no ha servido sino para hacer que mi

mente plantee más preguntas que sé que Hardin no quiere siquiera oír.

—De verdad que lo siento. No pretendía herir tus sentimientos —dice.

No lo miro porque sé que me ablandaré al instante. Debe saber que no voy a

consentir que me haga cosas como ésta.

—¿Todavía… todavía quieres estar conmigo? —pregunta con voz temblorosa.

Cuando lo miro, veo su vulnerabilidad. Suspiro. Sé que no puedo seguir

enfadada cuando hay tanta preocupación en sus ojos.

—Sí, claro que quiero estar contigo. Ven aquí —le digo dándole un par de

golpecitos al colchón. Mi fuerza de voluntad se desvanece con este hombre.

» ¿Me consideras tu novia? —le pregunto cuando se sienta.

—Sí, aunque me parece un poco tonto llamarte así —dice.

—¿Tonto? —Me muerdo las uñas. Es un mal hábito del que tengo que

deshacerme.

—Para mí significas mucho más que un calificativo adolescente.

Me coge la cara entre las manos. Su respuesta me conmueve del mejor

modo posible. No puedo evitar sonreír como una idiota. Sus hombros se relajan al

instante.

—No me gusta que no quieras que la gente sepa lo nuestro. ¿Cómo vamos a

vivir juntos si ni siquiera eres capaz de hablarles de mí a tus amigos?

—No es eso. ¿Quieres que llame a Zed y se lo cuente ahora mismo? Si acaso,

deberías sentirte tú avergonzada de mí. Sé cómo nos mira la gente cuando nos ve

juntos —dice.

« Así que ha notado cómo nos miran.»

—Sólo nos miran porque somos distintos y el problema lo tienen ellos. Nunca

me avergonzaría de ti. Nunca, Hardin.

—Me tenías preocupado. Creía que ibas a tirar la toalla conmigo.

—¿A tirar la toalla?

—Eres la única constante en mi vida, lo sabes, ¿verdad? No sé qué haría si me

dejaras.

—No voy a dejarte a menos que me des motivos —le aseguro.

Sin embargo, no se me ocurre nada que me hiciera dejarlo. Estoy demasiado

loca por él. Sólo de pensar en dejarlo me duele tanto el cuerpo que no puedo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!