02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Siento que no me lo está contando todo sobre su relación con el señor Vance

pero, por ahora, voy a dejarlo estar.

—Soy feliz. Más feliz de lo que creía que iba a serlo… nunca —añade.

—¿Qué mosca te ha picado? ¡Te estás ablandando! —bromeo, y se ríe.

—Si quieres puedo volcar unas cuantas mesas y romper un par de narices

para refrescarte la memoria —replica, y choco el hombro contra el suy o.

—No, gracias. —Me río como una adolescente.

Nos sirven la comida y le doy las gracias al camarero. Tiene todo muy

buena pinta y me paro a disfrutar de los aromas antes de dar el primer bocado.

Hardin ha pedido para los dos una especie de raviolis que están deliciosos.

—Está rico, ¿eh? —comenta muy satisfecho.

Se llena la boca. Asiento y hago lo propio.

Cuando terminamos, nos peleamos por la cuenta, pero al final gana él.

—Ya me lo pagarás luego —dice guiñándome un ojo cuando el camarero no

mira.

Volvemos a la editorial y Hardin entra conmigo.

—¿Vas a subir? —le pregunto.

—Sí. Quiero ver tu despacho. Te prometo que luego me iré.

—Trato hecho.

Nos metemos en el ascensor; cuando llegamos a la última planta le devuelvo

su cazadora. Se la pone y se me hace la boca agua al ver lo bien que le sienta el

cuero.

—Anda, hola otra vez —me saluda el chico de traje azul marino mientras

caminamos por el pasillo.

—Hola otra vez. —Sonrío.

Mira a Hardin, que se presenta.

—Encantado de conocerte. Me llamo Trevor, trabajo en contabilidad. —

Saluda con la mano—. En fin, y a nos veremos.

Y se marcha.

Entramos en mi oficina, Hardin me coge de la muñeca y me vuelve para

mirarme a la cara.

—¿Qué coño ha sido eso? —me espeta.

« ¿Está de broma?» Miro mi muñeca, que me sujeta con fuerza, y deduzco

que no. No me hace daño pero tampoco me deja moverme.

—¿Qué?

—Ese tío.

—¿Qué pasa con él? Lo he conocido esta mañana en el ascensor.

Recupero mi muñeca de un tirón.

—No parecía que os acabarais de conocer. Estabais flirteando en mi cara.

No puedo evitarlo. Suelto una carcajada que más bien parece un ladrido.

—¿Qué? Estás mal de la cabeza si crees que eso era flirtear. Estaba siendo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!