02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Ah, sí. Espera…, ¿quién es?

—No estoy segura…, un chico joven… Lleva tatuajes, muchos tatuajes —

susurra, y me entra la risa.

—Sí, dile que salgo a recibirlo. —Cuelgo.

Que Hardin haya venido me emociona y me asusta al mismo tiempo. Espero

que vay a todo bien. Salgo al vestíbulo, donde me espera de pie con las manos en

los bolsillos. Kimberly está al teléfono. Tengo la impresión de que sólo finge

hablar, pero no podría asegurarlo. Espero que el hecho de recibir visitas en mi

segundo día de trabajo no dé la impresión de que me estoy aprovechando de la

gran oportunidad que se me ha dado.

—Hola, ¿va todo bien? —digo cuando y a lo tengo cerca.

—Sí, sólo quería ver cómo te va el trabajo. —Sonríe y le da vueltas con los

dedos al aro de la ceja.

—Ah. Pues va muy bien, estoy … —empiezo a decir cuando el señor

Vance se nos acerca a grandes zancadas.

—Bueno, bueno, bueno… ¿Has venido a suplicarme que te devuelva tu

empleo? —le dice a Hardin con una gran sonrisa y una palmada en el hombro.

—Eso quisieras tú, viejo zorro —dice Hardin, riéndose, y me deja

boquiabierta.

El señor Vance se echa a reír y le da un puñetazo juguetón a Hardin en las

costillas. Deben de estar más unidos de lo que y o creía.

—¿A qué debo el honor? ¿O sólo has venido a acosar a mi nueva becaria? —

Me mira.

—Lo segundo. Acosar a las becarias es mi pasatiempo favorito.

Miro a uno y a otro y no sé qué decir. Me encanta ver este lado bromista y

juguetón de Hardin. No lo saca muy a menudo.

—¿Tienes tiempo para salir a comer? Si es que no has comido ya… —me

dice Hardin.

Miro el reloj que cuelga de la pared. Ya es mediodía. Se me ha pasado la

mañana volando.

Miro al señor Vance, que se encoge de hombros.

—Tienes una hora para comer. ¡Una chica tiene que alimentarse! —Sonríe y

se despide de Hardin antes de desaparecer por el pasillo.

—Te he mandado varios mensajes de texto para asegurarme de que habías

llegado a la oficina, pero no me has contestado —me dice Hardin cuando

subimos al ascensor.

—No he mirado el teléfono en toda la mañana, estaba muy metida en una

historia —respondo cogiéndolo de la mano.

—Estás bien, ¿verdad? ¿Estamos bien? —pregunta mirándome fijamente.

—Claro, ¿por qué no íbamos a estarlo?

—No lo sé… Empezaba a preocuparme que no respondieras a mis mensajes.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!