02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

perdiendo. No obstante, sé que mi primera vez no habría sido tan fantástica si no

hubiera sido con él. Cuando me miro al espejo, la mandíbula me llega al suelo.

Tengo el cutis resplandeciente y los labios hinchados. Me pellizco las mejillas y

muevo los brazos. Se me ve distinta. Es un cambio imperceptible y no sé lo que

es, pero me gusta. Me tomo un minuto para admirar las pequeñas marcas rojas

en mi pecho. Ni siquiera recuerdo que me las hay a hecho. Mi mente vuelve a

Hardin haciéndome el amor, su boca ardiente y húmeda contra mi piel. La

puerta se abre y me saca de mis ensoñaciones. Me sobresalto.

—¿Contemplándote en el espejo? —comenta Hardin burlón.

Cierra la puerta.

—No… Yo… —No sé qué decir porque estoy en cueros delante del espejo,

fantaseando con sus labios sobre mi piel.

—No tienes de qué avergonzarte, nena. Si y o tuviera ese cuerpo, también me

miraría al espejo.

Me ruborizo.

—Creo que voy a ducharme —le digo mientras intento cubrirme como puedo

con las manos.

No quiero quitarme su olor de la piel, pero todo lo demás sobra.

—Yo también —dice. Lo miro enarcando una ceja y Hardin levanta las

manos con gesto inocente—. Lo sé, no podemos ducharnos juntos… Pero si

vivieras conmigo sí que podríamos.

Algo ha cambiado en él, lo noto. Sonríe más a menudo y le brillan más los

ojos. No sé si alguien más sería capaz de verlo, pero y o lo conozco mejor que

nadie, a pesar de los muchos secretos que guarda y que planeo descubrir.

—¿Qué? —pregunta ladeando la cabeza.

—Nada. Te quiero —le digo.

Se ruboriza y sonríe de oreja a oreja, igual que y o. Parecemos dos

quinceañeros embobados el uno con el otro. Me encanta.

Voy a coger el albornoz y se me acerca.

—¿Has pensado acerca de lo de vivir conmigo?

—Me lo pediste ay er. Sólo puedo tomar una decisión de vital importancia al

día. —Me río.

Se frota las sienes.

—Es que quiero firmar el contrato cuanto antes. Necesito salir de la dichosa

fraternidad.

—¿Por qué no lo alquilas tú solo? —sugiero otra vez.

—Porque quiero que sea nuestro.

—¿Por qué?

—Porque quiero pasar contigo todo el tiempo que pueda. ¿Por qué te

muestras tan reticente? ¿Es por el dinero? Yo correré con todos los gastos.

—De eso, nada —protesto—. Si accedo a vivir contigo, quiero contribuir. No

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!