After - Anna Todd

02.05.2023 Views

CAPÍTULO 77Me molesta muchísimo la actitud de Hardin, pero intento olvidarme del tema. Medesenredo el pelo mojado y me pongo el conjunto de ropa interior rosa que hecomprado hoy y una camiseta. Luego preparo las cosas para mañana. Lo únicoen lo que puedo pensar es adónde habrá ido. Sé que soy obsesiva y que estoy unpoco loca, pero no puedo evitar pensar que está con Molly.Mientras decido si lo llamo o no, recibo un mensaje de Steph. No va a volveresta noche. No entiendo cómo es que no se va a vivir con Tristan y con Nate, sise queda a dormir allí cinco veces a la semana y Tristan la adora. Seguro que lehabló de su trabajo en la segunda cita y que no es borde con ella sin razón.« Qué suerte tiene Steph» , me digo mientras cojo el mando a distancia de latele. Pulso los botones sin pensar y la dejo puesta en un episodio repetido de« Friends» que he visto por lo menos cien veces. No recuerdo la última vez queme senté a ver la tele, pero es genial tumbarse en la cama a disfrutar de unacomedia sin complicaciones para escapar de la última escaramuza sin sentidocon Hardin.Después de varios episodios de distintas series, noto que empieza a entrarmesueño. En mi duermevela, se me olvida que estoy enfadada y le escribo unmensaje de buenas noches a Hardin. Me duermo sin recibir respuesta.—Mierda.Un golpe seco me despierta. Me sobresalto, enciendo la lámpara y veo a unHardin tambaleante que intenta encontrar su camino a oscuras.—¿Qué haces? —le pregunto.Levanta la vista. Tiene los ojos rojos y brillantes. Está borracho. « Genial.»—He venido a verte —dice desplomándose en la silla.—¿Por qué? —protesto.Lo quiero aquí, pero no borracho y a las dos de la madrugada.—Porque te echaba de menos.—Entonces ¿por qué te has ido?—Porque me estabas dando la tabarra.« Ayyy.»—Vale. Voy a seguir durmiendo. Estás borracho y es evidente que vas avolver a tratarme mal.—No te trato mal, Tessa, y no estoy borracho… Bueno, sí que lo estoy, ¿y ?

—Me da igual que estés borracho, pero es entre semana y necesito dormir.Me quedaría toda la noche despierta con él si supiera que no va a decirmeburradas sólo por hacerme daño.—« Es entre semana» … —me imita en tono de burla—. ¿Podrías ser máscuadriculada? —Se echa a reír como si hubiera dicho la cosa más divertida delmundo.—Será mejor que te vay as.Me acuesto y le doy la espalda. No me gusta este Hardin. Quiero que medevuelvan a mi Hardin medio cariñoso, no este capullo borracho.—Venga, nena… No te enfades conmigo —dice, pero no le hago ni caso—.¿Quieres que me vay a de verdad? Ya sabes lo que pasa cuando no duermocontigo —dice apenas en un susurro.Se me cae el alma a los pies. Sé lo que pasa, pero no es justo que lo utilice enmi contra cuando está borracho.—Bien. Quédate. Yo me voy a dormir.—¿Por qué? ¿No quieres estar un rato conmigo?—Estás borracho y estás siendo un borde —replico volviéndome paradecírselo a la cara.—No estoy siendo un borde —dice con expresión neutra—. Lo único que hedicho es que me dabas la tabarra.—Es muy borde decir eso de alguien, sobre todo cuando lo único que hehecho ha sido preguntarte por tu trabajo.—Dios, otra vez no. Vamos, Tessa, déjalo ya. No me apetece hablar del tema—dice con tono quejumbroso y arrastrando las palabras.—¿Por qué has bebido esta noche?No me importa que beba, no soy su madre y y a es may orcito. Lo que memolesta es que siempre bebe por algo, detrás siempre hay una razón. No bebepor diversión.Desvía la mirada hacia la puerta, como si buscara una escapatoria.—Yo… No lo sé… Me apetecía tomarme una copa… o varias. Deja de estarenfadada conmigo, por favor… Te quiero —dice buscándome con los ojos.Esas dos palabras diluy en casi todo mi enfado y de repente me muero porque me estreche en sus brazos.—No estoy enfadada contigo, sólo es que no quiero que nuestra relación vay ahacia atrás. No me gusta cuando la pagas conmigo sin motivo y desapareces. Siestás enfadado por algo, quiero que me lo digas y lo hablemos.—No te gusta no tenerlo todo bajo control —replica, y se tambalealigeramente.—¿Perdona?—Eres de lo más controlador —añade, y se encoge de hombros como sifuera algo de dominio público.

—Me da igual que estés borracho, pero es entre semana y necesito dormir.

Me quedaría toda la noche despierta con él si supiera que no va a decirme

burradas sólo por hacerme daño.

—« Es entre semana» … —me imita en tono de burla—. ¿Podrías ser más

cuadriculada? —Se echa a reír como si hubiera dicho la cosa más divertida del

mundo.

—Será mejor que te vay as.

Me acuesto y le doy la espalda. No me gusta este Hardin. Quiero que me

devuelvan a mi Hardin medio cariñoso, no este capullo borracho.

—Venga, nena… No te enfades conmigo —dice, pero no le hago ni caso—.

¿Quieres que me vay a de verdad? Ya sabes lo que pasa cuando no duermo

contigo —dice apenas en un susurro.

Se me cae el alma a los pies. Sé lo que pasa, pero no es justo que lo utilice en

mi contra cuando está borracho.

—Bien. Quédate. Yo me voy a dormir.

—¿Por qué? ¿No quieres estar un rato conmigo?

—Estás borracho y estás siendo un borde —replico volviéndome para

decírselo a la cara.

—No estoy siendo un borde —dice con expresión neutra—. Lo único que he

dicho es que me dabas la tabarra.

—Es muy borde decir eso de alguien, sobre todo cuando lo único que he

hecho ha sido preguntarte por tu trabajo.

—Dios, otra vez no. Vamos, Tessa, déjalo ya. No me apetece hablar del tema

—dice con tono quejumbroso y arrastrando las palabras.

—¿Por qué has bebido esta noche?

No me importa que beba, no soy su madre y y a es may orcito. Lo que me

molesta es que siempre bebe por algo, detrás siempre hay una razón. No bebe

por diversión.

Desvía la mirada hacia la puerta, como si buscara una escapatoria.

—Yo… No lo sé… Me apetecía tomarme una copa… o varias. Deja de estar

enfadada conmigo, por favor… Te quiero —dice buscándome con los ojos.

Esas dos palabras diluy en casi todo mi enfado y de repente me muero por

que me estreche en sus brazos.

—No estoy enfadada contigo, sólo es que no quiero que nuestra relación vay a

hacia atrás. No me gusta cuando la pagas conmigo sin motivo y desapareces. Si

estás enfadado por algo, quiero que me lo digas y lo hablemos.

—No te gusta no tenerlo todo bajo control —replica, y se tambalea

ligeramente.

—¿Perdona?

—Eres de lo más controlador —añade, y se encoge de hombros como si

fuera algo de dominio público.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!