After - Anna Todd
—¿Es muy raro que me guste lo pudorosa que eres? —dice apartándome losbrazos que me servían de escudo.Me quedo callada y, con delicadeza, tira de mí para acercarme al agua, quecae sobre su cuerpo. Baja la cabeza y me empapa el hombro desnudo.—Creo que me atrae que seas tan tímida e inocente, y que aun así me dejeshacerte todo lo que me gusta. —Su aliento quema más que el agua. Parpadeo ysus manos descienden por mis brazos—. Y sé que te gusta que te diga guarradas.Trago saliva y sonríe contra mi cuello.—¿Ves cómo se te acelera el pulso?… Prácticamente puedo ver cómo palpitabajo tu suave piel… —Pone un dedo en el pulso de mi cuello.No tengo ni idea de cómo es que sigo en pie. Mis piernas son un flan y micerebro está en cortocircuito.Sus manos recorren mi cuerpo y dejo de preocuparme por no estar solos encasa. Quiero perder la cabeza y permitir que Hardin me haga todo lo que quiera.Cuando sus dedos largos llegan a mis caderas, me acerco a él sin darme cuenta.—Te quiero, Tessa. Me crees cuando te lo digo, ¿verdad? —pregunta.Asiento. ¿Por qué me lo preguntará justamente ahora, después de que nos lohemos dicho tantas veces en las últimas veinticuatro horas?—Sí, te creo. —Tengo la voz ronca y me aclaro la garganta.—Bien. Nunca antes he querido a nadie. —Pasa de juguetón a seductor y aponerse serio a tal velocidad que a duras penas consigo seguirle el ritmo.—¿Nunca? —inquiero.Creo que ya lo sabía, pero la sensación es distinta cuando es él quien lo dice,sobre todo si estamos así. Pensaba que a estas alturas y a tendría la cabeza entremis muslos, no que estaría expresando sus sentimientos.—No, nunca. Ni siquiera nada parecido —confiesa.Me pregunto si alguna vez ha tenido novia. No, en realidad no quiero saberlo.Me ha dicho que no había salido nunca con nadie, así que me quedo con eso.—Ah —es todo lo que puedo decir.—¿Me quieres igual que querías a Noah?De mi boca sale algo entre un grito ahogado y una tos, y miro hacia otro lado.Cojo el champú. Aún no he empezado a asearme y ya llevamos aquí un rato.—¿Y bien? —insiste.No sé qué contestar a eso. Con Hardin es completamente distinto de como eracon Noah. Yo quería a Noah, creo. Sé que lo quería, sólo que no así. Querer aNoah era cómodo y seguro; siempre fue muy tranquilo. Con Hardin es salvaje yemocionante; me tiene siempre en ascuas y no me canso de estar en sucompañía. No quiero estar sin él. Lo echaba de menos hasta cuando me volvíaloca y me costaba muchísimo mantenerme lejos de él.—Me lo tomaré como un no —dice dándome la espalda, y me da plenoacceso al agua.
Me agobio en este espacio tan reducido y me falta el aire, hay demasiadovapor del agua caliente.—No es lo mismo —digo finalmente.¿Cómo voy a poder explicárselo sin que parezca que me falta un tornillo?Baja los hombros. Sé que tiene el ceño fruncido. Le rodeo la cintura con la manoy lo beso en la espalda.—No es lo mismo, pero no por lo que tú te imaginas —añado—. A ti te quierode otra manera. Estar con Noah me resultaba tan cómodo que parecía que fuerade mi familia. Sentía que se suponía que tenía que quererlo, pero en realidad nolo quería, al menos no como te quiero a ti. Hasta que me di cuenta de que teamaba a ti, no vi lo diferente que era el amor de como yo creía que tenía que ser.No sé si tiene mucho sentido…Siento una punzada de culpabilidad por decir que no quiero a Noah, pero creoque lo sé desde la primera vez que besé a Hardin.—Lo tiene —replica.Cuando se vuelve hacia mí, su mirada se ha suavizado. El deseo y la ansiedadde después han desaparecido. Ahora hay … ¿amor? O alivio… No sé decirlo,pero me da un beso en la frente.—Quiero ser la única persona a la que ames; así serás mía.¿Cómo es que antes era un capullo integral y ahora me dice estas cosas tanbonitas? A pesar del toque posesivo en su voz, sus palabras son muy dulces ysorprendentemente humildes, viniendo de él.—En lo que importa de verdad, lo eres —le prometo.Parece satisfecho con mi respuesta y la sonrisa vuelve a su rostro.—Y ¿ahora puedes apartarte para que me saque la tierra de encima antes deque se enfríe el agua? —digo con ternura mientras lo quito de en medio.—Ya me encargo y o.Coge la esponja y le echa jabón. Contengo la respiración todo el rato quededica a enjabonarme y a eliminar la suciedad de mi cuerpo. Me estremezcocuando pasa por las zonas sensibles y se detiene un poco en ellas.—Te pediría que me enjabonases —dice—, pero no podría detener lo quepasaría después. —Me guiña un ojo y me ruborizo.Quiero descubrir qué pasaría después y me encantaría acariciar cadacentímetro de su cuerpo, pero seguramente Karen y a habrá terminado decocinar y es posible que no tarde en venir a buscarnos.Sé que lo más sensato y responsable es salir de la ducha, aunque me cuestaser responsable cuando lo tengo desnudo delante de mí. Alargo la mano y le cojoel pene. Hardin da un paso atrás, pegándose a la pared de la ducha. Me mirafijamente mientras la acaricio arriba y abajo sin soltarla.—Tess —gime apoy ando la cabeza en los azulejos.No lo suelto y gime otra vez. Me encantan los ruidos que hace. Bajo la vista y
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Me agobio en este espacio tan reducido y me falta el aire, hay demasiado
vapor del agua caliente.
—No es lo mismo —digo finalmente.
¿Cómo voy a poder explicárselo sin que parezca que me falta un tornillo?
Baja los hombros. Sé que tiene el ceño fruncido. Le rodeo la cintura con la mano
y lo beso en la espalda.
—No es lo mismo, pero no por lo que tú te imaginas —añado—. A ti te quiero
de otra manera. Estar con Noah me resultaba tan cómodo que parecía que fuera
de mi familia. Sentía que se suponía que tenía que quererlo, pero en realidad no
lo quería, al menos no como te quiero a ti. Hasta que me di cuenta de que te
amaba a ti, no vi lo diferente que era el amor de como yo creía que tenía que ser.
No sé si tiene mucho sentido…
Siento una punzada de culpabilidad por decir que no quiero a Noah, pero creo
que lo sé desde la primera vez que besé a Hardin.
—Lo tiene —replica.
Cuando se vuelve hacia mí, su mirada se ha suavizado. El deseo y la ansiedad
de después han desaparecido. Ahora hay … ¿amor? O alivio… No sé decirlo,
pero me da un beso en la frente.
—Quiero ser la única persona a la que ames; así serás mía.
¿Cómo es que antes era un capullo integral y ahora me dice estas cosas tan
bonitas? A pesar del toque posesivo en su voz, sus palabras son muy dulces y
sorprendentemente humildes, viniendo de él.
—En lo que importa de verdad, lo eres —le prometo.
Parece satisfecho con mi respuesta y la sonrisa vuelve a su rostro.
—Y ¿ahora puedes apartarte para que me saque la tierra de encima antes de
que se enfríe el agua? —digo con ternura mientras lo quito de en medio.
—Ya me encargo y o.
Coge la esponja y le echa jabón. Contengo la respiración todo el rato que
dedica a enjabonarme y a eliminar la suciedad de mi cuerpo. Me estremezco
cuando pasa por las zonas sensibles y se detiene un poco en ellas.
—Te pediría que me enjabonases —dice—, pero no podría detener lo que
pasaría después. —Me guiña un ojo y me ruborizo.
Quiero descubrir qué pasaría después y me encantaría acariciar cada
centímetro de su cuerpo, pero seguramente Karen y a habrá terminado de
cocinar y es posible que no tarde en venir a buscarnos.
Sé que lo más sensato y responsable es salir de la ducha, aunque me cuesta
ser responsable cuando lo tengo desnudo delante de mí. Alargo la mano y le cojo
el pene. Hardin da un paso atrás, pegándose a la pared de la ducha. Me mira
fijamente mientras la acaricio arriba y abajo sin soltarla.
—Tess —gime apoy ando la cabeza en los azulejos.
No lo suelto y gime otra vez. Me encantan los ruidos que hace. Bajo la vista y