02.05.2023 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CAPÍTULO 66

Tardo un segundo en pensar qué estoy haciendo. He dejado a Zed para irme a

buscar a Hardin, pero tengo que pensar bien lo que ocurra a continuación. Hardin

me dirá cosas horribles, me lanzará improperios, hará que me vay a… O

admitirá que siente algo por mí y que los dichosos jueguecitos son sólo su manera

de no ser capaz de admitir ni expresar sus sentimientos de un modo normal,

como todo el mundo. Si ocurre lo primero, que es lo que tiene más papeletas, no

estaré peor de lo que estoy ahora. Pero si ocurre lo segundo, ¿estoy lista para

perdonarlo por todas las cosas horribles que me ha dicho y me ha hecho? Si

ambos admitimos lo que sentimos por el otro, ¿cambiará todo lo demás?

¿Cambiará él? ¿Es capaz de quererme como necesito que me quiera? Y, de ser

así, ¿seré capaz de aguantar sus cambios de humor?

El problema es que y o sola no puedo contestar a esas preguntas. A ninguna, la

verdad. Odio el modo en que me nubla el juicio y me hace dudar de mí misma.

Odio no saber lo que va a decir o hacer.

Aminoro al llegar a la fraternidad de marras en la que y a he pasado

demasiado tiempo. Odio esta casa. Odio muchas cosas en este momento, y mi

cabreo con Hardin está a punto de caramelo. Aparco en la acera, subo corriendo

los escalones y entro en la casa, que está llena. Voy directa al viejo sofá en el

que Hardin suele sentarse pero no veo su mata de pelo. Me escondo detrás de un

tío cachas antes de que Steph o los demás me vean.

Corro escaleras arriba hacia su habitación. Aporreo la puerta con el puño,

molesta porque vuelve a estar cerrada con llave.

—¡Hardin! ¡Soy yo, abre! —grito desesperadamente sin dejar de dar golpes,

pero no hay respuesta.

« ¿Dónde diablos se habrá metido?»

No quiero telefonearlo para averiguarlo, aunque sería lo más fácil. Sin

embargo, estoy enfadada y sé que necesito seguir estándolo para poder decir lo

que quiero decir, lo que necesito decir, sin sentirme mal por hacerlo.

Llamo a Landon para ver si Hardin está en casa de su padre, pero no, no está

allí. Sólo se me ocurre otro sitio donde buscar: la hoguera. No obstante, dudo que

siga allí. Aun así, ahora mismo no tengo otra opción.

Conduzco de vuelta al estadio, aparco el coche y repito mentalmente las

palabras furibundas que tengo reservadas para Hardin para asegurarme de que

no se me olvide nada en caso de que lo encuentre. Me acerco al campo, casi todo

el mundo se ha ido y el fuego está y a casi apagado. Camino de un lado a otro

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!