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After - Anna Todd

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El jueves transcurre con normalidad. Hardin y yo nos ignoramos mutuamente en

clase. Me paso la tarde en la pequeña biblioteca hasta la hora del cierre y me

acuesto temprano.

Cuando me despierto el viernes, tengo un mensaje de Landon. Me dice que

no podrá venir hoy al campus porque Dakota llegará antes de lo previsto. Barajo

la idea de saltarme literatura pero finalmente decido ir. No voy a permitir que

Hardin me jorobe otra de las cosas que me gustan.

Tardo más de lo habitual en arreglarme. Me hago un semirrecogido con una

trenza y me rizo las puntas. Se supone que va a hacer calor, así que me pongo un

chaleco morado de franela y unos vaqueros. Cuando llego a la cafetería, antes de

clase, resulta que tengo a Logan delante de mí en la cola. Me ve antes de que

pueda escaparme sin ser vista.

—Hola, Tessa —me saluda.

—¿Qué hay, Logan? —pregunto con educación.

—Todo bien. ¿Vas a venir esta noche?

—¿A la hoguera?

—No, a la fiesta. La hoguera va a ser un peñazo, como siempre.

—Ah, pues y o voy a ir a la hoguera. —Me río tímidamente y él me

acompaña.

—Bueno, pues si te aburres y a sabes dónde estamos —me dice cogiendo su

café.

Le doy las gracias y se marcha. Me alegro de que al grupito de Hardin no le

interese la hoguera. Eso significa que no tendré que ver a ninguno de ellos esta

noche.

Cuando llega la hora de literatura entro en clase y voy directa a mi sitio sin

mirar ni una sola vez hacia Hardin. Continúa el debate sobre Cumbres

borrascosas pero él no interviene. En cuanto acaba la clase, recojo mis cosas y

prácticamente salgo corriendo.

—¡Tessa! —me llama Hardin.

Aprieto el paso. Sin Landon me siento más vulnerable. Cuando llego a la

acera noto que me tocan el brazo. Sé que ha sido él por el cosquilleo que siento en

la piel.

—¡¿Qué?! —grito.

Da un paso atrás y me muestra el cuaderno que lleva en la mano.

—Se te ha caído.

El alivio y la decepción se baten en duelo en mi interior. Desearía que se me

pasase ya este dolor de pecho. En vez de ir a menos, va a más cada día que pasa.

No debería haber admitido que lo quiero, aunque sólo fuera a mí misma. Podría

haber seguido ignorando la verdad, tal vez así dolería menos.

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