02.05.2023 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

alguien. Cojo el teléfono y llamo a Landon.

—¡Hola, Tessa! —Parece animado, y me calma un poco la ansiedad.

—Hola, Landon, ¿te pillo ocupado?

—No, sólo estaba viendo el partido. ¿Por? ¿Pasa algo?

—No. Es que me preguntaba si podrías venirte un rato… O, si a tu madre no

le importa, podría ir a veros y aceptar su oferta de enseñarme a hacer

madalenas. —Dejo escapar una leve risita.

—Cómo no. Le va a encantar. Voy a decirle que vas a venir.

—Vale. El próximo autobús no sale hasta dentro de media hora, pero estaré

ahí lo antes posible.

—¿El autobús? Ah, sí. Se me olvidaba que aún no has encontrado un coche.

Iré a recogerte.

—No, no hace falta, de verdad. No quiero ser una molestia.

—Tessa, no son ni veinte kilómetros. Salgo hacia allí —dice, y accedo.

Cojo el bolso y miro la pantalla del móvil por última vez. Pues claro que

Hardin ni me ha escrito ni ha llamado. Odio cómo dependo de él. No quiero

obsesionarme.

Decido emanciparme y apago el móvil. Si lo dejo encendido, me volveré

loca mirándolo cada cinco minutos. Lo mejor será que lo deje en la habitación,

así que lo guardo en el cajón de arriba de la cómoda antes de salir a esperar a

Landon en la entrada.

Aparece unos minutos más tarde y da un pequeño bocinazo. Bajo de la acera

de un brinco al oírlo, sorprendida, y los dos nos reímos mientras subo al coche.

—Mi madre ha tirado la casa por la ventana. Prepárate para una

clase con todo lujo de detalles.

—¿Sí? ¡Me encantan los detalles!

—Lo sé, en eso nos parecemos —dice encendiendo la radio.

Escucho los compases familiares de una de mis canciones favoritas.

—¿Puedo subir el volumen? —pregunto, y asiente.

—¿Te gusta The Fray ? —dice sorprendido.

—¡Sí! ¡Es mi grupo favorito! Me encantan. ¿A ti te gustan?

—¡Claro! ¿A quién no? —Se echa a reír.

Estoy a punto de decirle que a Hardin no le gustan, pero decido callarme.

Cuando llegamos a su casa, Ken nos recibe en la puerta con una acogedora

sonrisa. Espero que no estuviera esperando que viniera con Hardin, pero no veo

ni rastro de decepción en su rostro. Le devuelvo la sonrisa.

—Karen está en la cocina. Avisada estás —me dice en tono travieso.

No bromeaba. Karen tiene la gigantesca isleta de cocina llena de moldes,

cuencos y un montón de artilugios que no sé ni qué son.

—¡Tessa! ¡Estoy terminando de prepararlo todo! —Está resplandeciente de

felicidad, y con una mano me señala todos los extraños utensilios.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!