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After - Anna Todd

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nombre.

Me lanza una sonrisa blanca de anuncio, me acompaña a un despacho

enorme y le dice a un hombre de mediana edad con barba clara que puedo ver

desde el pasillo:

—Señor Vance, la señorita Theresa Young está aquí.

El señor Vance me hace un gesto para que entre y me estrecha la mano. Sus

ojos verdes se ven desde la otra punta de la habitación, y su sonrisa es muy

agradable y hace que me relaje. Me dice que tome asiento.

—Es un placer conocerte, Theresa. Gracias por venir.

—Tessa, llámeme Tessa. Gracias por recibirme —respondo con una sonrisa.

—Dime, Tessa, ¿estás en primero de Filología Inglesa? —pregunta.

—Sí, señor. —Asiento con la cabeza.

—Ken Scott me ha dado muy buenas referencias. Dice que perdería una

gran oportunidad si no te diera un puesto de becaria.

—Ken es muy amable —digo.

Él asiente y luego se acaricia la barba con los dedos. Me pregunta qué he

leído últimamente, mis autores favoritos y aquellos que no me gustan, o me

gustan poco, y que le explique el porqué. Asiente y me anima a seguir durante

mi explicación y, cuando termino, sonríe.

—Bueno, Tessa, ¿cuándo puedes empezar? Ken dice que será fácil agrupar

tus asignaturas para que puedas venir aquí dos días a la semana y asistir a clase

los otros tres.

La mandíbula me llega al suelo.

—¿De verdad? —es todo lo que consigo decir.

No me lo esperaba. Imaginaba que iba a tener que ir a clases por la noche y

venir aquí durante el día… En caso de que me aceptaran.

—Sí, y también recibirás créditos por las horas que pases aquí.

—Muchísimas gracias. Es una oportunidad increíble. Gracias, gracias otra

vez. —Tengo una suerte que no me la creo.

—Hablaremos de tus honorarios el lunes, cuando empieces.

—¿Tengo un sueldo? —Pensaba que eran prácticas no remuneradas.

—Por supuesto que cobrarás por tu tiempo —sonríe.

Me limito a asentir con la cabeza por miedo a abrir la boca y volver a darle

las gracias por enésima vez.

Vuelvo corriendo al coche y Hardin sale a recibirme al verme llegar.

—¿Y bien? —me pregunta, y y o suelto un gritito.

—¡Me lo han dado! Me van a pagar y las primeras semanas tendré que venir

cada día para coger el ritmo, pero luego sólo tengo que trabajar dos días a la

semana, así que podré ir a clase los otros tres, y me van a dar créditos y el señor

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